Estoy caminando por la playa ya han pasado casi dos meses, creo que ya estoy preparada para regresar a mi casa. Salir de mi entorno me ha hecho muy bien. A pesar de lo que hizo Jonathan, no hay un día que no piense en lo bien que me sentí a su lado. Beth no me entiende, ella dice que debo despreciarlo por lo que me hizo, pero sencillamente no puedo. Mi hermano como siempre dice que si lo ve lo golpeará. – ¡Oh por Dios! – digo al entrar a la casa de playa y encuentro a Anthony y a Beth teniendo sexo en la sala. Ambos dan un salto, Beth se tapa con una sábana y Anthony con una de las almohadas decorativas. – Lo siento – me disculpo y me comienzo a reír a carcajada, haciéndolos reír a ellos también. – Me voy a mi habitación para que terminen lo que estaban haciendo – digo entre risas. – Después de ese susto no creo que funcione – dice él mirando hacia su miembro. – ¿Y ustedes? ¿Desde cuándo? – pregunto. – Hace un mes aproximadamente – responde Beth un poco avergonzada envolviéndose en la sábana para levantarse. – No te queríamos decir nada todavía...ya regreso – dice Anthony tomando su pantalón del suelo y se va a su habitación. – Sin vergüenza, ¿y es en serio o solo picazón? – pregunto haciéndola reír. – No sé, pero tu hermano es...wow – dice sonriendo. – ¡Oye más respeto! – digo tapándome los oídos y me voy para la cocina para preparar un postre. – Me encanta verte en la cocina, tu semblante cambia completamente, ya me hacía falta verte así – dice Beth entrando por la cocina. – ¡Cocinemos juntas, yo preparo la comida mientras tú haces lo tuyo! – dice abrazándome por la cintura. – Trato hecho – respondo y nos ponemos a preparar todo. – Así me gusta, se ven hermosas. Hacen un bello equipo – dice Anthony acercándose para besarnos la cabeza. – Prepara la mesa del deck, vamos a comer afuera – le digo. – Como ordenes – responde y le agarra la nalga a Beth antes de marcharse. – Hacen bonita pareja – le digo a Beth haciéndola sonreír.
- Ahora sí, díganme cómo es que lo de ustedes comenzó – pregunto mientras comemos. – Hemos pasado mucho tiempo juntos estas últimas semanas, tenemos muchas cosas en común – dice Beth. – Pues tu a mí me gustas desde hace mucho tiempo, desde que eran adolescentes, lo que pasa es que los cinco años de diferencia en aquel entonces si era bastante, imagínate yo 20 y ella 15 – dice negando con la cabeza. – Nunca me lo dijiste – digo sorprendida, él se encoge de hombros y le acaricia la barbilla. – Pues me encanta que mis dos personas favoritas estén juntas, mamá y papá estarían tan felices con esta relación. Ven, si no me hubiese pasado lo que me pasó, ustedes no estarían juntos – digo y tomo un sorbo de jugo. – Ya regresó la Sophia de antes, viendo lo bueno en lo malo – dice Beth haciéndome sonreír. – Ya es tiempo de regresar a mi casa y comenzar de nuevo. Así que desde hoy tienen la casa para ustedes solitos – les digo con gesto sugestivo haciéndolos reír. – Regresamos contigo entonces, ya me transfirieron a las oficinas de la ciudad para poder estar más cerca de ti – me explica Anthony. – ¿Y esta casa? – pregunto. Me quedaré con ella también, será nuestra casa de playa, tuya, mía y de Beth – dice sonriendo. – Wow entonces lo de ustedes es más que picazón – digo mirando a Beth. - ¿Picazón? – pregunta Anthony riendo. – Tu hermana que está loquita – responde Beth poniendo los ojos en blanco.
Llegamos a mi casa. Miro todo con recelo. – ¿Segura que quieres estar aquí? – pregunta Beth. – Segura, no estoy, pero tengo que intentarlo – respondo. – Me quedo contigo esta noche – ella dice tomando mi mano. – No te preocupes, de todas maneras estoy muy cansada, me voy a refrescar y me voy a dormir – respondo. – ¿Dónde pongo tus cosas? – pregunta Anthony al entrar. – En mi habitación por favor – respondo. – ¿Te preparo un café o algo? – pregunta Beth. – Estoy bien gracias – le agradezco. – Bueno bebé nosotros dormiremos en uno de las habitaciones de arriba – dice Anthony, pero le interrumpo. – Vayan tranquilos yo me voy a acostar temprano, gracias por todo – les digo, ellos asientan con la cabeza, nos despedimos y se marchan. Vuelvo a mirar todo con recelo, aunque todo en la sala es prácticamente nuevo ya que todo estaba salpicado de sangre. Pero trato de pensar en cosas buenas, como mi madre siempre me decía que hiciera cuando estuviese pasando por un momento difícil.
Termino de refrescarme y voy a la cocina. Salgo para afuera y hay un auto estacionado cerca del basurero, parece que hay alguien dentro del auto, pero como está oscuro no puedo ver bien. Cuando me voy acercando se abre la puerta, así que me detengo. – Sophia –, es Jonathan y siento que mi cuerpo comienza a temblar. Me quedo perpleja, ni él ni yo nos movemos, solo nos miramos. – Jonathan, necesito que me abraces – digo con voz entrecortada porque comienzo a llorar. – Mi Sophia – dice acercándose rápidamente para abrazarme. Me siento tan segura en sus brazos, por unos segundos se me olvida lo que hizo conmigo. – ¿Cómo sabías que estaba aquí? – pregunto despegándome de su cuerpo. – Sophia, vengo todas las noches para ver si te encontraba, tenemos que hablar de muchas cosas. Todos los días me culpo de lo que te ocurrió, si yo hubiese seguido mi impulso nada de esto hubiese pasado – dice queriendo acariciar mi rostro, pero se detiene. – Ya lo hecho, hecho está y no podemos darle para atrás al tiempo – digo con lágrimas todavía bajando por mis mejillas. Saca un pañuelo y limpia mis lágrimas. Nos quedamos mirando y se acerca para besarme. Abro mis ojos porque mi celular suena, pero los vuelvo a cerrar porque la luz del sol entra por las cortinas de mi habitación. Al mirar el teléfono es Beth quien llama, estoy muy confundida con el sueño que tuve así que no le contesto, pero le envío un mensaje diciéndole que la llamo en un rato. Me quedo pensando porque el sueño pareció tan real, será verdad que él venía todas las noches como me dijo en el sueño, me pregunto. No creo, él viaja demasiado, mi subconsciente responde. Me siento en la cama y miro hacia la ventana, parece que es un hermoso día, además que me siento muy bien, tal vez haber soñado con Jonathan me ha dado energía, así que salgo de la cama enciendo mi computadora e imprimo el plan de negocios que él me preparó. Estoy lista para comenzar mi nueva vida haciendo lo que tanto amo.
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Dime la Verdad
RomanceSophia conoce a Jonathan en las circunstancias menos esperadas. Ambos acceden a vivir una pequeña aventura dejando una marca muy profunda en ellos. Jonathan tiene un plan que no les permite estar juntos y después de varios años, ambos se encuen...