Hora de almuerzo

24 2 0
                                    

Despierto y lo primero que hago es recapitular lo sucedido, ¿fue realidad o un sueño? me pregunto.  En ese momento suena en mi celular la alerta de que he recibido un email.  "Buenos días Sophia, espero hayas descansado. Adjunto archivo con toda la información como acordado.  Gracias por hacerme tener un dí­a y una noche tan grandiosa.  Tu asistente financiero Jonathan DeLouie".  -  Por Dios fue real - digo en voz baja y sonrí­o.  Mientras me alisto Jonathan me da vueltas en la cabeza, pienso en sus sabrosos besos haciendo que mi piel se erice.  ¡Jack, tengo que llamarlo!  digo con culpabilidad marcando su número.  - Hola Sophia - responde la voz de una mujer.  - Es Cristal, vine a buscarte a casa de Jack pensando que estarías aquí como todos los viernes - me explica.  - Tuve un compromiso anoche, ¿para qué me buscabas? - pregunto.  - Es que tengo una fiesta y me gustaría saber si me puedes ayudar con la pastelerí­a - responde.  - Por supuesto Cristal, con mucho gusto. ¿Cuál es el tema de la fiesta? ¿Qué colores y postres desea? - pregunto.  Ella me da todos los detalles y yo los anoto en un papel.  - Gracias amiga, aquí­ te dejo con Jack -.  ¿Podré hablar con él? me pregunto.  - Hola Sophy, perdona estaba trotando, ¿cómo te fue en la fiesta? - pregunta con voz agitada.  - Muy bien, tengo que decirte la propuesta de Jonathan, pero mejor te lo digo cuando nos veamos - digo y me asombro al no sentir culpabilidad.  - Parece que fue buena porque te escuchas muy animada - dice.  - Ya verás, tan pronto salga de la oficina caigo en nuestro restaurante favorito, yo invito - digo muy feliz.  - Trato hecho, que tengas un bonito día - dice y nos despedimos.

Disfruto del paisaje mientras voy al trabajo, el dí­a está hermoso, así­ que bajo las ventanas y dejo que el aire fresco alborote mi cabello.  - Miranda, hoy no quiero saber nada de nadie, por favor hazte cargo de todas las llamadas y resuelve todo como puedas - dice Alanis al sentir que entro a la oficina.  - Buenos dí­as Alanis, no hay problema - respondo y enseguida me pongo a trabajar.  Es casi mediodí­a así­ que termino un reporte y a lo que me levanto para tomar mi bolso, suena el teléfono de la oficina.  - Buenas tardes oficina de la Abogada Morett - respondo.  - Sophia - escucho esa voz varonil que tanto me descontrola.  - Hola, enseguida le paso con Alanis - respondo nerviosa.  - No, no llamé para hablar con ella, llamé para hablar contigo - dice provocando esa deliciosa cosquilla en mi pecho.  - Necesito verte, ¿puedes venir al hotel? - pregunta.  Trago fuerte, mi corazón se quiere salir por la boca.  - ¿Estás ahí­ Sophia? - pregunta.  - Sí­, aquí­ estoy.  No sé estoy muy ocupada - digo pensando, pero realmente si quiero verlo.  - Tengo el sabor de tus besos en mis labios - comienza a decir haciéndome abrir mis ojos.  - Ya salgo, en quince minutos llego - digo agitada y termino la llamada.  - ¿A dónde vas Miranda? - pregunta Alanis.  - Una emergencia, ya regreso - digo y me marcho lo más rápido posible.  Me subo a mi auto y me voy de prisa, sin darme tiempo de pensar mucho y evitar arrepentirme.

Llego al hotel y camino rápidamente, presiono el botón del elevador y al entrar me pasan muchísimas cosas por la cabeza.  ¿Qué rayos estoy haciendo?  me pregunto en voz baja, suena el elevador cuando llego al cuarto piso.  Me detengo frente a la puerta de su habitación, quiero y no quiero tocar a la puerta, pero mi impulso gana la batalla.  - Sophia - dice al abrir la puerta sonriendo. - No sé si deba entrar - respondo agitada.  Él toma mi mano para hacerme pasar.  Me mira de arriba abajo - Estas hermosa - dice arreglando mi alborotado cabello, luego acaricia mi rostro.  Yo cierro mis ojos para disfrutar del contacto de sus manos con mi piel.  Luego acaricia mis labios con su dedo pulgar - Estos labios - dice con voz suave.  Al abrir mis ojos, su rostro está muy cerca del mi rostro y acerca sus labios para rozar los míos.  Siento un nudo muy fuerte en mi pecho, mi sexo se comienza a poner muy sensible por la excitación.  Abro mis labios porque ansío sentir sus deliciosos besos.  - ¿Qué tienes Sophia que has puesto mi mundo de cabezas? - dice pegado a mis labios.  - Solo bésame - digo casi sin aliento.  Él sigue mis instrucciones y me comienza a besar, comienza suave, pero a medida que nos agitamos sus besos se hacen muy intensos haciéndome vibrar de pies a cabeza.  - ¿Puedo tocarte? - pregunta agitado sin dejar de saborear mi boca.  - No pregunte, solo hágalo - respondo.  Sus manos bajan hasta mis caderas y lentamente suben hasta llegar a mis senos, creando una corriente que llega a mi sexo.  Mi cuerpo comienza a temblar, nunca había experimentado todo esto que estoy sintiendo. Luego se despega de mí­ y mira muy intensamente mis ojos.  Lentamente sus manos comienzan a desabotonar mi blusa, como si estuviera esperando por mi permiso, yo asiento con la cabeza y comienzo a quitarle su camisa. Mis manos hacen contacto son su pecho y él deja soltar un leve jadeo.  Luego me pega a su cuerpo y me vuelve a besar, esta vez sus manos juegan con mis senos, haciéndome gemir.  Esto lo excita mucho más y desabrocha mi sostén.  Mi respiración es muy rápida, mi libido está por las nubes.  Se vuelve a detener y me mira muy intensamente.  - No me dé tiempo de pensar Jonathan - le digo quitándome el sostén y desabrochando mi pantalón.  - Sophia - dice y se acerca a mí­ para besarme, comienza a bajar por mi cuello luego mi pecho hasta llegar a mis senos.  Puedo escuchar su respiración, su ardiente aliento cerca de mis pezones me hacen gemir.  Su lengua comienza a jugar con ellos, siento que voy a explotar.  - Eres hermosa - dice sin dejar de estimularme.  Luego su mano entra por mi ropa interior llegando a mi sexo.  -Jonathan - gimo he inmediatamente me hace tener un fuerte orgasmo.  Luego me levanta y me acuesta en la cama.  Lo miro cómo se quita su pantalón y queda desnudo.  Su masculinidad me impresiona, quiero sentirlo dentro de mí­.  Observo cómo toma un preservativo de la gaveta de la mesita de noche, verlo cómo se lo pone me enciende mucho más, siento que voy a estallar.  Finalmente se pone entre mis piernas y poco a poco entra en mí.  ¿Qué es esto? me pregunto sintiendo tan delicioso placer.  Gimo incontrolablemente, me está haciendo volar de placer.  Que hombre más delicioso, me está haciendo tener orgasmos múltiples uno tras otro.  Comienza a jadear y al escucharlo abro mis ojos para observarlo mientras llega - Sophia - dice entre dientes mirándome.

No puedo dejar de sonreí­rme mientras me estoy vistiendo.  Él también se está vistiendo sonriendo.  - Estamos completamente locos - digo negando con la cabeza.  - Wow, eres una mujer muy exquisita - dice tomándome de la mano para acercarme a él.  - Usted también se siente muy bien, nunca voy a olvidar este momento, créame - digo sonriendo y lo beso en los labios.  - ¿Y qué te hace pensar que ésta es la última vez que estaremos juntos? - pregunta.  - Usted está comprometido, y para colmo con mi jefa.  ¿Ya se le olvidó? - digo muy cerca de su rostro.  -Pero tú también tienes novio - dice jugando con mi cabello.  - Las cosas entre nosotros no están marchando muy bien, siento que estamos juntos por compromiso, es una historia muy larga - le explico.  Mi celular comienza a sonar así­ que me despego de él para ver quien llama, es Alanis.  - Me tengo que ir - digo poniendo los ojos en blanco.  - Considera mi propuesta y así­ no tendrás que aguantar a nadie - dice acercándose nuevamente.  - Me tengo que ir Jonathan - digo cerrando mis ojos.  Él me besa, me toma la mano y me acompaña hasta mi auto.

Dime la VerdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora