Amor Inquebrantable

15 2 0
                                    

Mi Bizcocho es tan fuerte, su recuperación ha sido mucho más rápido de lo que esperábamos, aunque todavía está en silla de ruedas. Estamos celebrando el primer año de Manicito en el rancho, todos estamos disfrutando. Beth está casi a punto de dar a luz, se ve hermosa. Charlie y Carolina son novios, nunca volvimos a mencionar el suceso de la cabaña en Hawaii, aunque siempre me acuerdo cuando lo veo, por suerte no hicimos nada más allá del beso. Sebastián está hermoso corriendo por todos lados disfrutando de su fiesta. Adora a su papá y su papá lo adora también, son muy unidos. Y yo los amo con locura. Jonathan pasa toda la fiesta mirándome y yo a él, todavía no hemos tenido intimidad porque él no ha querido hasta sentirse cien porciento, y lo entiendo. Lo que le ocurrió fue muy grande y quiero que su cuerpo se vaya sanando gradualmente. Aunque lo deseo, lo deseo muchísimo y han habido momentos que me provoca besarlo y devorarlo de pies a cabeza, pero me he aguantado. Él me ha querido dar placer de otras maneras, pero no lo he dejado ya que quiero que ese momento que nos volvamos a hacer el amor sea mágico porque el amor ha crecido mucho más entre nosotros y se ha hecho más fuerte.

En el transcurso de la recuperación de Jonathan, Alanis se arrepintió de haber hecho lo que hizo aquella noche. Personalmente nos pidió perdón y se fue a vivir a Europa. Jonathan no quiso ponerle cargos por haber entrado a la casa sin autorización para tomar las muestras y así comprobar que Manicito y él eran padre e hijo. Charlie compró el delicatesen y ahora Anthony, Beth y Amelie se mudaron para el rancho con nosotros, en unos meses comienzan a construir su casa del otro lado del estanque. Ya tenemos los locales para abrí la repostería acá, pero esta vez nos vamos a concentrar en cuentas más grandes y utilizaremos productos que crezcamos en el rancho. Estamos muy emocionados y creando muchos proyectos como una familia. Estamos más felices que nunca.

La fiesta ha acabado y ya todos se han ido. Nosotros estamos en nuestra habitación y Sebastián se ha quedado dormido en nuestra cama. – La verdad que duerme igualito a ti – digo admirando a mi bebé, al levantar la vista veo a Jonathan levantado de la silla. – ¡Bizcocho te paraste! – digo sorprendida. Él sonríe y camina lentamente hacia mí. – Te quería dar la sorpresa hermosa - dice agarrando mi cintura y me pega a su cuerpo, nos besamos muy intensamente. – Esos besos – dice pegado a mis labios. – Esa hombría – digo rozando mi cuerpo a su excitación. – Hoy sí hermosa, hoy te voy a pagar todo lo que has hecho por mí – dice con voz sensual haciéndome estremecer. – Voy a dejar a Sebastián a su habitación, ya regreso – digo, lo beso tiernamente en los labios y me llevo a Manicito. Estoy ansiosa por estar con él, pero a la vez me da preocupación. Cuando entro él está desnudo sentado en la cama con su mano en su miembro. – Madre mía... ¿alguna vez te he dicho que me encanta ver cuando te tocas? – digo mordiendo mi labio. Él extiende su mano, le estrecho la mía y me hala hacia él. Me detengo y me quito la bata, él me mira el cuerpo completo admirando cada pulgada. – Hermosa – dice entre dientes. Me subo a horcajadas en sus piernas, su miembro está cerca de mi sexo, solo con sentirlo presionado a mí, llego sorpresivamente. – Mi Sophia – dice agitado y me besa apasionadamente. Me muevo un poco y me dejo caer despacio sintiendo cada pulgada de su hombría dentro de mí. – Oh – jadea de placer al sentirme. Me muevo muy lentamente y con cuidado de no hacerle daño. – Mírame hermosa, quiero llegar mirando tus bellos ojos – pide agitado, y al seguir sus instrucciones nos dejamos ir. Nos quedamos besándonos y de pronto nos volteamos. – Bizcocho no, te vas a lastimar – digo preocupada. – Tranquila te estoy haciendo el amor no me voy a lastimar – responde y comienza a moverse. Lo siento tan delicioso, y se lo dejo saber con mis gemidos. – Te amo Sophia – dice una y otra vez mientras me hace suya. – No te detengas...lléname de ti – digo disfrutando de este hermoso momento cuando nuestros cuerpos vuelven a ser uno. – Oh Sophia – dice con voz ronca hundiéndose profundamente en mí...

Y así fue, esa noche mi Bizcocho dejó su semillita dentro de mí haciendo fortalecer nuestro amor borrando cada dolorosa huella que quedó en el pasado, sin mentiras, sin secretos...solo nuestro amor, amor que nació desde aquel día que nos entregamos debajo del sauce llorón.

Dime la VerdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora