Me ha ido muy bien con mi negocio, mi plan resultó y he estado muy ocupada ya es tiempo de buscar un nuevo local. He encontrado el lugar perfecto en un pueblito histórico no muy lejos de donde vivo es exactamente lo que buscaba ya que en la parte de arriba puedo tener mi departamento y en la parte de abajo mi repostería. Pero primero tengo que vender mi town house ya que ambas hipotecas será mucha carga así que voy a visitar a Charlie para que me ayude nuevamente.
– Sophia que gusto verte. ¿Cómo va tu negocio? – me pregunta Charlie. – Me va muy bien, muchísimas gracias. Ahora vengo por otra consulta, necesito crecer y me gustaría saber si me pueden ayudar con la venta de mi casa – comento. – Está en muy buena ubicación, creo que conozco a alguien que estaría interesado en la compra – dice y me emociono. – ¿En serio? Tienes mis datos por si la persona quiere ver la casa, solo avísame para estar disponible – digo. - Muy bien, entonces te dejo saber en un día o dos – dice sonriendo. – ¿Cuál es tu postre favorito? – le pregunto. – Cualquiera que tenga chocolate – responde. – Perfecto, entonces te haré uno especialmente para ti por toda tu ayuda – digo y le doy un beso en su mejilla para despedirme. – Trato hecho – dice riendo. Salgo del banco con una felicidad inmensa llego a mi casa y por supuesto lo primero que hago es entrar a la cocina para preparar la cajita en la cual pondré el postre para mi ayudante banquero, luego me refresco y caigo rendida en un profundo sueño.
- Hola Sophia, es Charlie – dice cuando contesto la llamada. – Te tengo buenas noticias, la persona interesada quiere hacer la compra ya, ni siquiera quiere ver la casa – dice dejándome perpleja. – No puede ser – digo incrédula. – ¿Puedo ir con el tasador en una hora? – pregunta. – Por supuesto, aquí los espero – digo con emoción. - ¡Sí! – comienzo a brincar. – Gracias mami, gracias papi – digo mirando hacia arriba. Suena el timbre de la puerta, al abrirla es la Sra. Brown. - ¿Todo bien? Escuché un grito – pregunta. – Adelante Sra. Brown, no he podido agradecerle el haberme ayudado – digo tomando su mano. – Mi hijita, no quiero ni recordarlo. Me alegro tanto que te hayas recuperado – dice con lágrimas en los ojos y me abraza. – Venga, vamos a la cocina hice un postre delicioso, acompañémoslo con un café – le digo, la tomo de la mano y nos vamos a la cocina. – ¿Y ha hablado con el chico guapo de la otra vez? – pregunta mientras preparo el café. - ¿Cuál chico guapo Sra. Brown? – pregunto. – El chico por quien dejó a Jack – responde. Se refiere a Jonathan - ¿Por qué lo pregunta? – cuestiono. – Porque venía todas las noches a ver si habías regresado – responde. Igual que en mi sueño pienso. – Sí, logré hablar con Jonathan y no dejé a Jack por él. Tenga pruebe ésta delicia – le digo para cambiar el tema. - Mmm está delicioso – dice saboreándolo y mientras disfrutamos del café y del postre le comento de la venta de la casa. Al principio se entristece, pero luego me felicita y me desea la mejor de las suertes.
Al rato llegan Charlie y el tasador, los recibo y mientras el tasador hace su trabajo me quedo conversando con Charlie. - ¿Puedo saber quién es el comprador? – pregunto. – Es una amiga de mi tía, ella compra casas para alquilarlas y siempre le ha interesado esta área, especialmente este vecindario – responde. - ¿Crees que el valor de la casa sea cerca de lo que hablamos ayer? – pregunto con preocupación. – Claro, tal vez un poco más – responde. – ¡Ojalá! – digo sonriendo. – Aquí están los números Charlie. Ese olor me tiene el estómago sonando – dice el tasador haciéndome reír. – Pasen al comedor para que coman de la torta que acabo de preparar – les invito, ellos felizmente se sientan y mientras comen revisamos los números. Para mi suerte la puedo vender en un poco más de lo que habíamos calculado. – Pero no quiero que la compradora cambie de opinión si le damos el nuevo valor – digo con preocupación. – No te preocupes, ella está al tanto que el precio que le dije ayer podría cambiar. Entonces preparo el contrato de venta y te aviso para que lo revises, ¿qué te parece? – pregunta Charlie. – Perfecto, gracias. Ten aquí te hice lo que te debía, espero te guste – digo entregándole la caja con el postre de chocolate y fresas. – Para usted le puedo dar para que lleve de la torta – le digo al tasador poniendo un pedazo en una de mis cajitas. – La caja parece hecha a mano – dice Charlie observándola. – También es hecha por mí – digo con orgullo. – Definitivamente que su negocio será exitoso – dice el tasador haciéndome sentir muy bien. Luego se despiden muy felices con sus cajitas y se marchan. Llamo a Anthony y a Beth para dejarles saber que voy a vender la casa, ellos se asombran de que todo se haya dado tan rápido y me avisan que estarán de regreso en el fin de semana, están pasando unos días en la playa. Estoy tan feliz, enciendo la música y continúo trabajando en mi cocina para una entrega que tengo que hacer en la tarde.
Cuando termino de hacer mis entregas voy al banco ya que Charlie me ha llamado para ir a cerrar la venta. – Dígale a la amiga de su tía que está invitada cuando sea la inauguración de mi repostería y que todo lo que quiera va por la casa – digo firmando el último documento. – ¿Y yo? – pregunta Charlie haciéndome reír. – Pero por supuesto que tu también – respondo entre risa y se me queda mirando. – Me gustaría invitarte a cenar– dice sin dejar de mirarme. – Después que no sea una cita – le digo. – Muy bien, entonces ¿me acompañas a ir a comer a algún lado? como amigos, para celebrar la venta de su casa– dice haciéndome reír. – Está bien Charlie, te acompaño a comer – respondo así que terminamos y nos vamos a nuestra cena de celebración.
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Dime la Verdad
RomanceSophia conoce a Jonathan en las circunstancias menos esperadas. Ambos acceden a vivir una pequeña aventura dejando una marca muy profunda en ellos. Jonathan tiene un plan que no les permite estar juntos y después de varios años, ambos se encuen...