Acepto

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Ya es miércoles, Alanis ha estado muy insoportable todos estos días ni siquiera he tenido tiempo de tomar mi hora de almuerzo lo único que me hace sentir bien es que Jonathan y yo nos hemos pasado todo el tiempo enviándonos mensajes de texto o hablando por teléfono.  – Miranda necesito que me hagas una investigación y el reporte en este caso, y lo necesito hoy – dice dándome una caja con muchísimos documentos.  – Alanis, son las cuatro de la tarde – le comento.  – Pues tendrás que quedarte horas extras porque es para mañana – dice prepotentemente haciéndome hervir la sangre.  No le contesto nada, solo tomo la caja y comienzo a sacar todos los documentos para comenzar inmediatamente.  Tengo tanto coraje y para empeorar las cosas, pasan 30 minutos de haber hablado con ella y sale de su consultorio con ropa deportiva hablando por teléfono.  – Perfecto Susan después del gimnasio nos vamos al spa y luego vamos al bar – me mira y sonríe.  – Hasta mañana Miranda – se despide.  Me dan deseos de lanzarle la grapadora en la cabeza, me levanto con coraje a buscar agua y tratar de calmarme un poco.  Tomo mi teléfono y le escribo un mensaje a Jonathan.  "Sí, acepto tu propuesta" le envío e inmediatamente me llama.  – Wow, me has dado la mejor noticia del día.  ¿Cuándo quieres venir para comprar el pasaje? – pregunta.  – Yo lo puedo comprar Jonathan, solo dígame a cuál aeropuerto necesito llegar – respondo.  – No Sophia, yo me encargo, ¿para cuándo lo hago? ¿Para mañana? – pregunta en tono juguetón.  – Sí – respondo.  – ¿De verdad?, no me hagas emocionar... - dice con emoción, pero le interrumpo.  – Sí y lo más temprano posible – le interrumpo.  – Me parece perfecto, te envío la información por email.  – ¡Excelente! Ahora tengo que despedirme que necesito terminar aquí, mañana cuando esté en el aeropuerto lo llamo – le digo.  - ¿Ya no vamos a hablar más? – pregunta.  – No, así lo ansío más para desbaratarlo cuando lo vea – digo sonriendo.  – Ese plan me gusta, está bien Sophia, hasta mañana – se despide, yo también me despido y continúo trabajando sin darle tiempo a que mi cabeza se vaya a pasear a un mundo de lujuria para poder terminar todo.

Son las diez de la noche, acabo de llegar a la casa y lo primero que hago es abrir el email con la información del vuelo.  – Sophia, estas desquiciada – me digo mientras leo la información.  El vuelo sale de aquí a las nueve de la mañana, siento mariposas por todo mi cuerpo.  Enseguida llamo a Beth para dejarle saber que no estaré aquí por unos días, no le doy muchos detalles, pero le dejo saber para que no se preocupe, luego hago mi equipaje, me ducho y me acuesto en la cama, pero por la emoción del viaje se me hace muy difícil quedarme dormida.

- Hola Alanis – la llamo antes de salir hacia el aeropuerto.  Estoy acostada con la cabeza colgando del filo de la cama para así sonar como que tengo una gripe terrible.  – Estoy muy enferma no podré ir a trabajar – digo.  – Pero te necesito hoy en la oficina – dice un tanto enojada y comienzo a toser.  – No puedo Alanis, tengo hasta náuseas, mi estómago está descompuesto parece que tengo un virus – digo con deseos de reírme.  - ¿Virus?...está bien Miranda, yo veo cómo me las arreglo, adiós – dice y termina la llamada, sé que está furiosa pero por primera vez no me importa, ni siquiera me importa perder mi trabajo.  Tomo mi equipaje y salgo ya que el taxi espera por mí.  Cuando llego al aeropuerto los nervios despiertan, siento que me tiemblan las manos.  Tomo mi teléfono para enviarle el mensaje a Jonathan "Disculpe si le he despertado, en 10 minutos subo al avión.  Prepárese que estoy hambrienta" escribo lo último riendo.  "No he podido dormir pensando en que pronto estarás conmigo.  Estoy muy preparado, tengo mucha comida para ti" responde haciéndome vibrar.  – Vuelo 325 con destino a California abordando en puerta A4 – escucho que llaman por el altavoz, suspiro y me levanto para subir al avión.

Al fin llego, el vuelo se me hizo eterno. Mi cuerpo entero tiembla, mi corazón se quiere salir por mi boca cuando estoy bajando por las escaleras eléctricas hacia el área de llegada.  Mientras voy bajando lo veo, está justo al terminar la escalera esperando por mí sonriendo.  – Hola hermosa – dice agarrándome por la cintura y me besa con un mínimo de lengua ya que estamos en público.  – Hola delicioso – digo pegada a sus labios.  – Al fin te tengo en mi poder – dice abrazándome haciéndome sentir increíblemente bien.  Luego toma mi equipaje y salimos del aeropuerto.  - ¿Tienes hambre? – pregunta.  Muerdo mi labio, toco su miembro por encima del pantalón – Muchísima – respondo haciéndolo sonreír.  – Me refiero a hambre de comida – dice entre risa tomando mi mano para besarla.  – Oh – digo decepcionada haciéndolo reír aún más.   – Quiero llevarte a mi lugar favorito de desayunar – dice poniendo el auto en marcha.  - ¡Desayunar! Si para mi cuerpo es hora de almorzar – digo riendo.  – Recuerda las tres horas de diferencia – dice acariciando mi barbilla.  – Bueno vamos a desayunar entonces – digo.  – Muy bien – dice y besa mis labios.  

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