En el hospital me atienden enseguida, afortunadamente manicito está lo suficientemente desarrollado para nacer sin ninguna complicación, aunque hay que dejarlo en la incubadora por una semana. – Ahora que estamos más tranquilos, voy a llamar a Beth y a Anthony – dice Jonathan. – Espera un momento, ven aquí – digo sonriendo. – Creo que estabas más nervioso que yo ¿cierto? – pregunto. – ¿Lo notaste? Será porque lo único que podía decir era que todo iba a estar bien ¿cierto? – dice haciéndome reír y me da una contracción muy fuerte. – Mírame Sophia – dice con esa voz encantadora, mis ojos se concentran en sus ojos haciendo pasar el dolor de la contracción. – ¡Uff! – digo respirando aire y miro sus pantalones. Me comienzo a reír a carcajada al darme cuenta que están todos mojados, él se mira y se comienza a reír – No me dio tiempo de cambiarme, estoy lleno de jugo de bebé – dice haciéndome reír aún más, cuando de pronto siento muchos deseos de pujar. – Jonathan, el bebé va a nacer ahora – digo soplando para calmar el deseo, él rápidamente llama a la enfermera. – Ya va a nacer, no puedo aguantar más – digo entre dientes. Rápidamente acomodan la cama y Jonathan se pone a mi lado – Voy a llamar a tu hermano – dice con emoción. – No mejor grábalo, lo llamamos luego – digo entre dientes evitando que mi cuerpo puje involuntariamente. – Ahora sí ya puede pujar – finalmente dice el doctor. Mientras pujo me concentro en mirar a Jonathan, sus expresiones me indican que todo marcha bien. – Ya lo veo hermosa – dice mirándome con su bella sonrisa. Vuelvo a pujar y veo que él abre los ojos y se les llenan los ojos de lágrimas. – No puje – dice el doctor para asegurarse que el cordón umbilical no esté enredado, estoy ansiosa por ver a mi bebé. – Okay uno más – me indica el doctor. Al pujar siento su cuerpito salir con facilidad e inmediatamente lo ponen en mi pecho. Su cuerpito caliente encima de mí paraliza el tiempo, siento que solo estamos mi bebé y yo en el cuarto, lloro de felicidad besando su cabecita. – ¿Quiere cortar el cordón umbilical? – le pregunta la enfermera a Jonathan, él me mira y yo asiento con la cabeza. – Hola Manicito por fin te conozco, mi amor, eres perfecto – digo entre sollozos mientras acaricio su pequeña mano y observo a Jonathan cortar el cordón umbilical. Que momento tan hermoso y a la vez tan inesperado, ¿será que era el momento preciso para que naciera mi hijo? Me pregunto. – Tenemos que llevarnos al bebé – dice la enfermera tiernamente. – Pronto nos veremos manicito – digo besando su cabecita y lo observo hasta que se lo llevan. – Es hermoso mi bebé – digo mirando a Jonathan quien está con su bella sonrisa plasmada en su rostro. – Hiciste tremendo trabajo, estoy muy orgulloso de ti – dice y besa mi cabeza. – Con su permiso debemos limpiar a la madre – dice la enfermera. – Adelante, yo voy a llamar a tu hermano mientras espero afuera – dice y me besa en los labios.
- Hola mamá – dice Beth entrando con un peluche. – Vimos a manicito, está precioso – dice Anthony con emoción. – Sí ¿verdad? – digo sonriendo. – ¿Y Jonathan? – pregunto. – Se quedó con Amelie a lo que veníamos a verte, no la queríamos despertar, ya sabes cómo se pone cuando su sueño se interrumpe – responde Beth. – Ves que él no es como piensas – le digo sonriendo. – No quita que sea un mentiroso – ella dice encogiéndose de hombros. – Pero por una buena causa – Anthony dice. – Y tú escondiendo la verdad a tu hermana – dice ella mirándolo con enojo. – Ay no peleen – digo sonriendo. – Ten, debes tener hambre – dice Anthony entregándome una ensalada. – No, lo que quiero es ver a mi bebé – digo. – La enfermera nos dijo que teníamos poco tiempo porque te tocaba ir a darle leche, ¿y ya pensaste en el nombre? – pregunta Beth. – Sí, Manicito Miranda – respondo haciéndolos reír. – Con permiso, ¿está lista para ir a ver al bebé? – pregunta la enfermera. - ¡Claro! – respondo. – Bueno Sophy nos vemos mañana, te quiero – dice Anthony ayudándome a sentarme en la silla de ruedas. – Los amo – les digo y la enfermera me lleva a ver a mi amor.
Regreso a la habitación después de experimentar el más bello lazo entre una madre y un hijo, pero estoy muy agotada. Mi teléfono suena, es un mensaje de texto de Jonathan. "Hermosa, gracias por hacerme vivir tan bella experiencia" lee el mensaje, así que lo llamo. – Hola Jonathan, gracias a ti por haber estado conmigo y ser testigo del nacimiento de mi hijo – digo cuando responde mi llamada. – Estoy todavía sorprendido, creo que me he enamorado más de ti – dice haciéndome reír. - ¿Enamorado? – digo entre risas. - ¿Lo dudas? – pregunta. – Creo que también estoy enamorada de ti – respondo. – ¿Crees?... bueno por lo menos me das un poco de esperanza – dice riendo haciéndome reír. – Jonathan, quiero tenerte a nuestro lado – digo de forma coqueta. – Entonces, sí estás enamorada de mí – dice haciéndome reír. – Descansa hermosa trabajaste muy duro hoy, mañana a primera hora estaré con ustedes – me dice. – Esta bien, sueña conmigo – le digo sonriendo. – Tenlo por seguro, buenas noches – dice con su hermosa voz. Termino la llamada, le doy gracias a la vida por mis regalitos y sin pensar mucho me quedo dormida.
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Dime la Verdad
RomanceSophia conoce a Jonathan en las circunstancias menos esperadas. Ambos acceden a vivir una pequeña aventura dejando una marca muy profunda en ellos. Jonathan tiene un plan que no les permite estar juntos y después de varios años, ambos se encuen...