Hermoso pasadía...asqueroso encuentro

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Llegamos a la casa de Beth, estoy ansiosa por tener a mi bebé en mis brazos. – ¡Bubu! – dice Amelie con emoción al abrir la puerta confundiéndome por un segundo y se abalanza a los brazos de Jonathan. – Amelie ¿no te emociona verme? – le pregunto haciéndole cosquillas en la barriguita, pero después de reírse abraza a Jonathan y le da besitos en su mejilla. - ¿Y esos amores? – digo confusa mirando a Beth quien viene por la sala con Sebastián para recibirnos. – Parece que tienes magneto con las chicas Miranda – ella le dice a Jonathan sonriendo y nos saluda con un beso en la mejilla. – Sophia como que tienes un brillo y un semblante diferente – comenta pellizcando mi nalga. – ¡Beth! – la regaño haciendo que Jonathan se ría. – Dame a mi Sebastián – le digo dándole una nalgada. – Hola manicito, te extrañaba tanto – le digo al cargarlo haciéndolo sonreír. – ¿Desean algo de comer? – Beth nos pregunta. – No, gracias Beth. Tal vez te traigo a Sebastián más tarde – digo y ella me interrumpe. – ¿No te bastó con lo de anoche? – dice haciéndonos reír. – Nunca me cansaré de disfrutarlo – le respondo haciéndola abrir los ojos. – Es que tenemos una invitación a un restaurante, pero como es un Bar & Grill no quiero llevar a Sebastián. ¿Sí se puede quedar con ustedes otra vez? – pregunto. – Por supuesto que sí, ni lo tienes que preguntar – dice ella acariciando la mejilla de Sebastián. – Perfecto, entonces nos vemos más tarde – respondo y nos despedimos.

Jonathan nos lleva a un parque cerca de un lago, nunca había visitado tan hermoso lugar. - Tu siempre me sorprendes – digo cuando nos sentamos en una banca. – Los quiero llevar a muchos lugares que conozco los cuales pocos saben que existen. Son lugares que mi papá visitó en su juventud y me los dejo marcado en un mapa – dice sonriendo. – Se nota que eras bien apegado a tus padres – comento. – Siempre, éramos una familia muy unida, y así quiero que sea la nuestra – dice jugando con las manitas de Sebastián. – O sea que ya piensas en nosotros como una familia – digo mirando lo tierno que se ven. – Claro, tu eres mi Sophia y Sebastián mi niño, ¿verdad que sí? – le pregunta con voz graciosa mirándolo. Sebastián responde haciendo un ruido muy gracioso haciéndonos reír. – Te amo Jonathan – digo acariciando su rostro. Él me mira con ojos brillosos – Ansiaba escuchar esas palabras de ti – dice y besa tiernamente mis labios. - ¿Puedo preguntarte algo? – pregunta. – Sí bizcocho – respondo sonriendo haciéndolo sonreír. - ¿Qué le pasa a ese Charlie que los llevó a ustedes al parque? – pregunta un tanto serio. - ¿Celoso? – pregunto porque me pongo nerviosa. – ¿Debería estarlo?, hasta donde yo tengo entendido él tenía interés en ti – responde. – Eso es del pasado, solo salimos como amigos, realmente quería despejar mi mente y acepté su invitación – le explico. Él suspira y voltea su mirada hacia el lago - Espero que de verdad su interés sea cosa del pasado, porque me pareció que no estaba muy cómodo al verme -. – No tienes por qué dudar, ya sabes lo que siento por ti y eso no va a cambiar...bueno, aclaro que no acepto las traiciones ni las mentiras, pero eso ya lo sabes – digo guiñando un ojo y lo beso. – ¿Y cuál es el proyecto de Anthony si se puede saber? – pregunto para cambiar el tema. – Unas inversiones que quiere hacer, no quiere decir nada hasta que tenga un plan estable con números reales. Pronto les dirá – responde. – Mi hermano y sus ideas. Lo bueno es que siempre son viables, por eso no me preocupa que él maneje más a fondo el negocio – digo con orgullo.

El cielo se comienza a nublar así que decidimos marcharnos, pero antes de ir a la casa nos detenemos en una plaza comercial para comer helado. Mientras Jonathan hace la orden, yo busco una mesa dónde sentarme y darle biberón a mi manicito. – Miranda, tanto tiempo – escucho y al levantar la mirada me quedo perpleja, es Alanis. – Oh, hola Alanis – la saludo. – ¿Y ese bebé? – pregunta. – Es mi hijo – respondo. – Wow te casaste y tuviste un hijo, también escuché que te ha ido bien con tu negocio, todos en el área hablan de tu repostería y delicatesen, tengo que probarlo ya que estoy de visita, ahora vivo en Texas. Me divorcié y es lo mejor que pude haber hecho, fui tan infeliz en mi matrimonio. La verdad que fue un infierno... - está diciendo sin tomar aire y de repente escucho la voz de Jonathan - ¿Estás segura de lo que estás diciendo? -. Mis ojos se abren pareciendo que se van a salir, los de ella peor. – Ten hermosa – él dice dándome el helado. Ella me mira y lo vuelve a mirar a él, luego mira a Sebastián y nos mira a ambos confusa. – ¿Ustedes juntos? ¿Me fuiste infiel y con ella? – pregunta alarmada enfureciéndome. – Mira Alanis, ¿Quién te crees que eres para referirte de mí en ese tono? Sabes que no eres nadie para reclamarle a él de nada, ¿tan sucia tienes la conciencia que dudas de él? Primero estudia tu comportamiento y las mierdas que has hecho, antes de decir tanta bazofia, el mundo no te pertenece grábate eso en la cabeza – digo en tono fuerte, pero en voz baja para no hacer un espectáculo. Ella se queda perpleja, pálida mirándome sin saber que decir. – Lárgate de mi vista y déjanos tranquilos – digo para que reaccione y funciona porque se da media vuelta sin decir nada y se marcha. Mis manos tiemblan y mi respiración es rápida por el coraje. Jonathan me mira sorprendido sentándose en la silla delante de mí. – Perdón no me pude contener, quería decirle tantas cosas – digo aun con coraje. – Tranquila hermosa no gastes tu energía en alguien tan insignificante – dice acariciando mi rostro. – Pero es que es tan mentirosa, y después como dice..."con ella" mirándome como si fuera un objeto asqueroso – digo indignada. – No te angusties Sophia, ¿te sientes mejor si te digo que eres la mujer de mi vida y que tú y Sebastián son las personas más importantes para mí? – dice con cara de enamorado. – Usted es tan hermoso, ya me quitó el coraje – respondo sonriendo. – Interesante, ya volvimos al "usted" – dice haciéndome reír. – Pero me fascinaba cuando me hablabas así con tanto respeto, pero a la vez te derretías por mí – dice sonriendo. – ¿Tanto se notaba? – pregunto riendo. – Oh sí y todavía se nota – responde levantando las cejas. – Es que usted es tan divino – digo de forma coqueta haciendo que él se muerda el labio muy sensual. Luego terminamos nuestros helados y nos vamos a mi casa.

Mientras me ducho y me arreglo, Jonathan se encarga de Sebastián, lo escucho que no deja de hablarle, me asomo y me comienzo a reír al ver al bebé mirando a Jonathan tan atento como si entendiera todo lo que él le dice. Jonathan me mira y se encoge de hombros sonriéndose, yo le tiro un beso – Los amos – digo feliz. Regreso al baño a terminar de arreglarme, estoy en ropa interior mientras me seco el cabello con la secadora. Escucho música, me vuelvo a asomar y Jonathan tiene a manicito en sus brazos y está bailando con él, los observo, realmente parecen padre e hijo disfrutando de su tiempo de calidad. Regreso a terminar con mi cabello y escucho que comienza la canción Love Me Now de John Legend. Comienzo a mover mi cuerpo bailando la canción sin darme cuenta que Jonathan está parado en la puerta, pero lo veo por el espejo. – ¿Qué haces ahí parado? – pregunto. – Observando a mi Sophia – dice acercándose y comienza a cantarme la canción haciéndome reír, pero a la vez siento una emoción muy fuerte, lágrimas comienzan a salir de mis ojos. Él limpia mis lágrimas, y me besa – Te amo hermosa – dice y besa mi frente. Lo abrazo tan fuerte como puedo – Gracias por regresar a mi vida – digo. – Siempre lo estuve – responde confundiéndome. Sebastián comienza a llorar haciendo que ambos salgamos rápidamente para verlo. Lo tomo en mis brazos y enseguida se calma, pero está incomodo ya que le toca su biberón. – Termina hermosa yo me encargo de él – dice Jonathan, así que regreso y me apuro porque ya se nos ha hecho un poco tarde.

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