Inaguración, Bizcocho y Tentación

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Han pasado unos meses, es el gran día de la inauguración. Todos en el pueblito son muy amigable y me han recibido con mucho cariño. Mi departamento en la parte de arriba del edificio quedó hermoso, tengo acceso a una terraza y allí hice mi pequeño jardín orgánico. Beth ha decidido en trabajar conmigo ya que quedó embarazada cuando estuvieron de vacaciones, tiene una pancita hermosa. - ¡Felicidades! – dice Charlie al entrar. - Hay bastantes personas esperando en la fila – dice sonriendo. – Muchas gracias por tu ayuda en todos estos meses, con la mudanza, la remodelación del departamento...en fin por todo tu apoyo – le agradezco. – Ha sido un placer – responde. – Hola Sophy – me saluda Jack entrando por la parte trasera del edificio con Cristal, ya hemos limado asperezas. – Hola chicos, gracias por venir a ayudarme – les digo mientras los saludo con un abrazo. – ¡Te ha quedado precioso! – dice Cristal con asombro. – Bueno ya es hora de abrir las puertas, ¿están listos? – pregunto. - ¡Manos a la obra! – dice Anthony y abre la puerta para que yo salga a darle la bienvenida a todos.

Mientras todos atienden al público, Beth y yo estamos haciendo más postres ya que todo se está vendiendo muy rápido. – Sophia tienes visita – dice Jack muy serio, pero como estoy en medio de la preparación de un pastel le digo que haga pasar a la persona. – Sophia – escucho mi voz favorita. Al voltearme viene acompañado de su abuela. – Hola Teddy, que bueno verla, ¿cómo ha estado? – le pregunto acercándome para darle un abrazo. – Bien Sophia, muy feliz de verte – dice ella dulcemente mientras me abraza. Luego lo miro a él – Hola Jonathan – le digo asintiendo con la cabeza. - ¿Qué les puedo servir? – pregunto mirando a Teddy. – Yo quiero probarlo todo – ella responde sonriendo. – ¿Puedo hablar contigo a solas? – él pregunta. – Buenas tardes mi nombre es Beth mucho gusto – dice Beth estrechando la mano a Teddy. – Hola Sr. DeLouie – saluda a Jonathan. – Hola Beth, el embarazo le asienta muy bien, felicidades – le dice sonriendo, se ve tan hermoso. – Venga conmigo, mi fresita también quiere probar todos los postres – ella le dice a Teddy y se la lleva de la mano. – Felicidades, te ha quedado muy bonito todo. Me alegro que me hayas hecho caso – me dice sonriendo. – Muchas gracias la verdad que hacer esto realidad ha sido algo muy bueno para mí – respondo. – Si no llega a ser porque vine con Teddy tu hermano no me deja pasar, y Jack ni se diga... - dice haciéndome reír. – Están pendientes de mi todo el tiempo – digo y nos quedamos mirándonos. – Me voy de aquí, me voy a llevar a Alanis – dice tragando fuerte. – Se van a California, ¿le vas a dar la sorpresa del rancho? – pregunto sintiendo un nudo en mi pecho. – Nos vamos para Texas y allá podré terminar con lo que tengo pendiente, pero te prometo que regreso – dice acercándose. – No me tienes que decir tus planes Jonathan – digo dando un paso para atrás. – Quiero que lo sepas, por favor no dudes en llamarme si me necesitas, por cualquiera que sea la razón, es más si necesitas ayuda con alguna receta me llamas – dice haciéndome reír. – ¿Del agua quemada? – digo entre risas. – Mi Sophia eres tan hermosa – dice sonriendo. - ¿Me puedo despedir con un abrazo? – me pregunta. – Está bien, pero solo porque me has hecho reír – digo. Él se acerca y me abraza tiernamente. En ese momento Beth y Teddy regresan. – Sophy la gente sigue llegando – dice Beth para interrumpirnos. – Todo se ve delicioso, aquí me llevo dos de cada uno en estas hermosas cajas. ¿Cuánto es para pagarte? – pregunta Teddy. – Ni se preocupe, que los disfruten – digo orgullosa. – Gracias corazón, te dejamos trabajar, aquí está mi número de teléfono para que me llames cuando quieras – dice Teddy despidiéndose de mí. – Le doy el mío para mantenernos en contacto – digo buscando un bolígrafo. – Jonathan me lo da, no te preocupes – dice y se despide con un abrazo. – Adiós Jonathan – le digo, él me mira, me guiña el ojo y se marchan. – Amiga cuando estas cerca de él tus ojos se iluminan, ¿no te importa lo que te hizo? – Beth pregunta. – Sí me importa, pero no puedo evitarlo, él tiene algo muy fuerte que me debilita – digo encogiéndome de hombros, ella sonríe negando con la cabeza.

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