Es viernes mi día de cumpleaños, todos me han tratado como si fuera una reina. No me han dejado hacer nada y después de haber llegado con Beth y Teddy del spa, no me han dejado salir de la habitación ya que están arreglando todo para la fiesta. Pero yo estoy feliz pasando mi tiempo de calidad con mi Sebastián. Como hemos tenido un itinerario muy ocupado en estos días, no he podido tener esos momentos madre – hijo que me fascinan. – Hermosa te traje una copa de vino, ya casi está todo listo – dice dándome la copa y de paso, me besa en los labios. – A usted caballero también le traigo su bebida – dice enseñando el biberón haciéndome reír. – Ve a ducharte Bizcocho, yo le doy el biberón a Sebastián – digo sonriendo viendo como se los come a besos. – Ves manicito, ya me dijeron apestoso – dice haciéndome reír a carcajada. – Ya regreso – dice y entra al baño. Mientras él se ducha veo la ropa que él va a vestir y recuerdo que Sebastián tiene un conjunto de ropita muy parecido, así que lo busco y se lo pongo.
- Sophia, estás preciosa – dice Jonathan al salir y verme ya lista para la fiesta. – Tú estás muy guapo, bueno, como siempre – digo mirándolo de arriba abajo. – Chis...esa mirada – dice con voz ronca acercándose a mí, me agarra por la cintura y me pega a su cuerpo. – ¿Hacemos un rapidito? – dice besando mi cuello. – Manicito nos está mirando – respondo sonriendo con mis ojos cerrados porque disfruto su respiración en mi piel. Él voltea la mirada y sonríe – Estamos vestidos iguales – dice feliz. – Sí, igual que papá – digo, me mira sorprendido y sonríe. - ¿Papá? – dice con emoción y se acerca para besarme. – Ay mi hermosa Sophia, cómo los amo – dice acariciando mi rostro con ternura. – Ahora que has aceptado formar una familia conmigo tengo que contarte cosas que no sabes... - dice mientras nos sentamos en la cama. – No me importa, no quiero saber nada del pasado, me importa el Jonathan que regresó a mi vida en el mejor momento y me ha hecho sentir la mujer más afortunada del mundo – digo abalanzándome encima de él para besarlo. – Sisi, Bubu...- escuchamos que Amelie nos llama haciéndonos reír. – Siempre llega en el momento menos oportuno – digo riendo. La dejamos pasar y corre a los brazos de su Bubu. Tomo a mi bebé y bajamos.
Me quedo sorprendida al salir al patio, lo han arreglado igualito a como es mi terraza de mi departamento, con muchas luces y flores. – Wow gracias a todos – digo con emoción. – Todo esto le debes agradecer a Jonathan, él se encargó de que todo quedase exacto como tu terraza – dice Beth mirando a Jonathan con cariño. – Feliz cumpleaños amada mía, lo quise hacer exacto a nuestra primera cita – dice él cuando lo abrazo. – Feliz cumpleaños bebé, eres la mejor hermana de mundo – me felicita Anthony luego me felicita Beth, luego Teddy, Angelica y Amelie. Me hacen sentir muy especial, hasta me hacen llorar de la emoción. Luego de cenar estoy en la cabecera de la mesa con mi Sebastián en mis brazos mirando cómo todos están bailando. Amelie por supuesto está bailando con Jonathan. Se ven hermosos y me hace enamorar más de mi Bizcocho. - ¿Enamorada? – pregunta Beth sentándose a mi lado. – Muchísimo...decidí hacer a Carolina mi socia y que se encargue de la repostería. Quiero continuar mi vida aquí al lado de ese maravilloso hombre – digo sin dejar de admirarlo. – Me alegro por ti Sophy, ese hombre te adora y a pesar que te voy a extrañar como no tienes idea...sé que es lo que debes hacer – dice con sus ojos llenos de lágrimas y la abrazo. – Pueden ustedes hacer lo mismo, buscar un socio para que se encargue del deli y se mudan para acá – le digo llorosa. – Siempre y cuando me regalen esa cabaña, me fascina – dice haciéndome reír. En ese momento escuchamos la vocesita de Amelie por los parlantes, al voltear la mirada vemos que han sacado un sistema de Kareoke. Ambas nos miramos y nos vamos con emoción donde están todos, ya que otra de las cosas que disfrutamos mucho es cantar juntas.
Disfrutamos muchísimo, todos cantamos bailamos, bromeamos. Es el mejor cumpleaños que jamás haya tenido después del fallecimiento de mis padres. De repente Jonathan pone la canción Endless Love, la versión de Mariah Carey y Luther Vandross, mi favorita. Jonathan comienza a cantar estrechando su mano para acercarme a él. Beth me da el micrófono para cantarla juntos. No nos podemos dejar de mirarnos, siento que quiero explotar y comienzo a cantar muy entregada a la letra. - And I'll give it all to you... – estoy cantando con mis ojos cerrados y al abrirlos me encuentro a Jonathan de rodillas con una cajita y un anillo dejándome petrificada. – Sophia...¿quieres ser mi esposa? – dice con esa voz que me encanta pero temblorosa. – Bravo...felicitaciones... - alguien nos interrumpe cuando voy a responder. Nos volteamos y es Alanis. - ¿Qué haces aquí? – pregunta Jonathan poniéndose de pie. – Vine a traerle un regalo a la cumpleañera – dice entregándome un sobre. – Feliz cumpleaños Miranda – dice cuando saco el documento que hay dentro sorprendiéndome y miro a Jonathan. – Agradéceme que lo desenmascaré antes de que te casaras – dice con tono arrogante como es usual en ella. – Alanis lárgate de mi vista – digo con coraje, Anthony se levanta y se la lleva. - ¿Esto es cierto? – le pregunto a Jonathan con lágrimas en mis ojos. Él toma el documento de mis manos y lo lee. – Sí, es posible. Es lo que te tenía que decir... - responde sin mirarme. - ¿Cómo es posible? – pregunto con coraje. ¿Cómo fuiste capaz Jonathan? – digo con coraje levantando mi mano para abofetearlo. – Sophia, espera, déjalo que te explique – dice Anthony aguantando mi mano. - ¿Tú sabías también? – pregunto indignada. - ¿Qué está pasando? – pregunta Beth. Angelica toma a Amelie y se la lleva con Sebastián. - ¿Cariño qué has hecho? – le pregunta Teddy a Jonathan con el documento en la mano. – Sophia, déjame explicarte... - dice Jonathan con preocupación. – No sé quién mierda eres que puedes controlar todo lo que pasa a tu alrededor, no te quiero en mi vida ni en la vida de Sebastián – digo llorando sin consuelo. – Anthony, no puedo creer que le jugaste así as tu hermana, y a mí también... ¿cómo rayos?... ¿esconder que Sebastián es hijo de este mentiroso? – dice Elizabeth con furia. – Sophia por favor... - dice Jonathan tratando de aguantar mi mano, pero no lo dejo. – A ver ¿qué me vas a explicar, que conocías al doctor de la clínica y le pediste que me inseminara con tu semen? ¿Quién te crees que eres Jonathan? – siento un inmenso dolor en mi corazón. – Sabía de la decisión que habías tomado y la clínica en donde te estabas tratando, fui y dejé la muestra. Sabía que era casi imposible, pero el destino estuvo a nuestro favor. Yo no estaba cien por ciento que Sebastián era mi hijo. Es lo que he tratado de decirte hace tiempo, pero siempre había alguna interrupción. Quería decírtelo e ir juntos para hacer la prueba de ADN – él me explica, lloro con mucho dolor. – Bebé yo sabía también pero no era yo quien tenía que decírtelo, no pensé que lo fueras a tomar de esta manera... - comienza a decir Anthony. – Tú te callas, no puedo creer que hayas aprobado esta porquería – dice Beth muy enojada. – Un mentiroso siempre es un mentiroso – continúa mirando a Jonathan indignada. – Sophia por favor perdóname... - dice Jonathan aguantando mi mano. – No...me toques – digo moviéndome bruscamente y me voy corriendo a la habitación.
Tiro mi ropa en la maleta después de haber llamado a un taxi, cuando Beth sube. – Sophy tranquila por favor no puedes viajar así con Sebastián – me dice. – No lo puedo creer – digo llorando y la abrazo. – Sophia, amor, entiendo tu coraje, pero no sé, trata de calmarte y piensa bien todo lo ocurrido, Jonathan no lo hizo con mala intención – dice Teddy. – Lo siento Teddy, pero ya bastante le perdoné a su nieto – respondo entre sollozos. – Me voy contigo Sophy – Beth dice. – No, tú tienes que arreglar esto con Anthony, estas embarazada y están casados... - digo. – Casados, pero no sé por cuanto, esto es imperdonable Sophia – ella reitera. – Por favor necesito estar sola, voy a estar bien. Teddy por favor tráeme a mi hijo – le pido, ella asienta y se va. – Estoy enojada con mi hermano, pero tienes que arreglar esto con él por tus hijos – digo tomando su mano, ella me mira y asienta con la cabeza. Teddy entra con Sebastián, le agradezco con un abrazo y me voy. – Sophia no te vayas... - escucho a Jonathan, no le hago caso, sigo caminando para subir al taxi y nos marchamos.
No quiero viajar tan tarde así que nos vamos a un hotel. Estoy devastada, mi corazón está hecho pedazos, pero por mi bebé me quedo tranquila hasta que se queda dormido. Comienzo a llorar, y a llorar. Todo era muy perfecto para ser verdad. Mi teléfono suena, lo busco para apagarlo pensando que es Jonathan. Me quedo mirando el teléfono debatiendo si contesto o no al ver que es Charlie. Como no contesto me llega un mensaje de texto que lee "Beth me llamó, por favor llámame". No puedo hablar con él ya que no puedo dejar de llorar. Vuelve a sonar el teléfono, esta vez lo contesto porque no quiero que se preocupe. – ¿Estás bien? ¿Dónde estás? ¿Cómo está el niño? – pregunta rápidamente y lo interrumpo. – Charlie, tranquilo, estoy en un hotel, Sebastián está bien...yo...con muchísimo dolor – digo con voz llorosa. – Sophia, lo siento tanto...dime dónde estás yo voy por ustedes. Así estas vulnerable y les puede pasar cualquier cosa – dice. – No es necesario Charlie, pero te agradezco – respondo y comienzo a llorar porque no lo puedo aguantar. – Sophia, por favor, no voy a estar tranquilo... - lo interrumpo y le doy el nombre y locación del hotel. – Llegaré lo antes posible, sé que es difícil lo que te voy a pedir, pero trata de tranquilizarte – dice antes de terminar la llamada. Apago el celular, miro a mi bebé durmiendo tan angelical recordándome tanto a Jonathan, trato de no llorar, pero no puedo hasta que me quedo dormida.
ESTÁS LEYENDO
Dime la Verdad
RomanceSophia conoce a Jonathan en las circunstancias menos esperadas. Ambos acceden a vivir una pequeña aventura dejando una marca muy profunda en ellos. Jonathan tiene un plan que no les permite estar juntos y después de varios años, ambos se encuen...