Quisiera odiearte, pero no puedo

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Decido ir a visitar a Charlie para ver si me puede ayudar con el préstamo. Me recibe con un gran abrazo. – Sophia, me tienes que disculpar que no te he contactado. Me sentía tan avergonzado, si me hubiese quedado contigo, nada te hubiese pasado, pensé que verme te traería el recuerdo de ese horrible día – dice apenado. – Ni hablemos de eso Charlie, y por favor no te culpes. Si te hace sentir mejor, necesito tu ayuda – digo sonriendo y le enseño mi plan de negocio. – Con mucho gusto Sophia – dice y estudia el plan de negocios. – Muy bien elaborado, ven pasemos a mi oficina para que me des más detalles. Después de estar una hora con Charlie, salgo del banco muy feliz, me van a poder hacer el préstamo que necesito para comenzar.  Llamo a Beth y a Anthony para darles la buena noticia, y quedamos en encontrarnos en un bar en una hora. 

- Hola bebé, te vez como renovada – dice Anthony y me da un beso en la mejilla. – Le tengo que contar lo que me pasó hoy, empezando con que me aprobaron el préstamo para comenzar con mi propio negocio – le digo con emoción. – Me alegro Sophia, por lo menos para algo sirvió el mentiroso ese – dice Beth refiriéndose a Jonathan. - ¿Cuál mentiroso? – pregunta Anthony. – El tal Jonathan fue quién le dio la idea y el plan de negocio a Sophy para que hiciera su propia repostería – le explica Beth. – Jum... entonces no tendré que darle tan duro – dice haciéndonos reír. Luego les cuento mi plan de comenzar desde mi casa, para hacerme conocer daré muestras gratis en mis cajitas especiales en supermercados y centros comerciales. – ¡Yo te quiero ayudar! – dice Beth con emoción. – Me parece perfecto porque... -. – ¿Miranda cómo estás? – escucho y se me eriza la piel. Al voltearme es Alanis y Jonathan. - ¡Mierda! – digo en voz baja. – Mejor – respondo. – Hola Beth, te presento a mi esposo Jonathan DeLouie – dice mirando a Beth. – Mucho gusto Beth – le dice estrechándole su mano. Miro a Jonathan y no deja de mirarme. – Él es mi hermano Anthony – lo presento. – ¿Jonathan? – dice mi hermano muy serio estrechando su mano. – Sophia, lamento mucho tu desgracia – me dice Jonathan, noto tristeza en su mirada. - ¿Tú eres asesor financiero cierto? – pregunta mi hermano. – Sí – responde Jonathan. – Y el más aclamado de todos porque siempre está viajando – responde Alanis. Mi hermano la mira sonriendo forzosamente. - ¿Podemos hablar? – le pregunta Anthony a Jonathan. Beth y yo nos miramos con los ojos que se nos van a salir. – Miranda aprovecho que te veo para ofrecerte tu puesto nuevamente con mejor sueldo por supuesto – me dice Alanis. – Muchas gracias, te lo agradezco, pero voy a comenzar mi propio negocio – respondo con orgullo. - ¿Tú, propio negocio? Suerte con eso – dice con tono sarcástico haciéndome enojar. – Sí, su muy bien dotado marido...en conocimiento financiero, me lo aconsejó – respondo haciendo que su sonrisa sarcástica desaparezca. – Alanis – alguien la llama, ella se voltea para ver quién es y miro a Beth quien está que no puede aguantar la risa. – Adiós, esperan por mí – dice ella. – Adiós Alanis – me despido y cuando se va, Beth comienza a reírse. – ¡Ese comentario que hiciste!...Wow guapísimo tu bizcocho mentiroso – ella dice y la miro seria. – Disculpa – dice avergonzada. – Me preocupa la conversación de Anthony y él – digo mirando alrededor para ver si los veo. – Ya regreso voy a ver si los veo – dice Beth levantándose y se marcha. Me quedo pensando en la forma que me miraba, en lo guapo que es, pero su traición fue muy fuerte, jugó con mis sentimientos. Vuelvo a mirar alrededor y noto que Alanis está muy coqueta con uno de los chicos del grupo. - ¡Idiota! – digo en voz baja. – Están conversando civilizadamente – dice Beth haciéndome sentir alivio. - Jonathan no se veía golpeado, ¿cierto? – pregunto preocupada. – No para nada, él estaba hablando y tu hermano lo escuchaba con atención – responde. – Ya que sabes que ellos están bien, sígueme contando qué más tienes planeado – dice con emoción cambiando el tema sacándome de toda preocupación.

Cuando Anthony regresa a la mesa me quedo mirándolo en silencio esperando a que me diga algo. En ese momento veo a Jonathan que pasa caminando mirándome dirigiéndose a dónde está Alanis. – Di algo Anthony por favor – le dice Beth. – Ya todo arreglado, lo puse en su lugar – dice tomando un sorbo de su cerveza. - ¿En su lugar? – pregunto. – No te preocupes Sophia, no se va a acercar a ti – dice y me quedo pensando si realmente eso es lo que quiero. De pronto se escucha la canción Unthinkable de Alicia Keys. Miro hacia donde Jonathan está y nuestras miradas se encuentran, al principio estamos muy serios, pero poco a poco nos vamos sonriendo porque recuerdo ese momento y supongo que él también. Interrumpen mis pensamientos cuando nos traen la cuenta, así que pagamos y nos levantamos para marcharnos, vuelvo a mirar buscando a Jonathan, pero no lo veo. – Vamos – dice Anthony aguantándome por la cintura y salimos del bar. – Nos vemos mañana – me despido de ellos cuando llegamos al estacionamiento. – Llego temprano para ponernos a trabajar – dice Beth con emoción. - Perfecto – respondo y los abrazo. En cuanto se marchan tiento a entrar nuevamente para despedirme de Jonathan, esta vez mi impulso me lleva directo a mi auto. – Sophia – escucho esa magnífica voz. Me volteo rápidamente – Jonathan – respondo. Se queda parado guardando distancia - ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes hermosa? – pregunta. – Fue horrible, pero estoy mejor. Mi hermano y Beth me ha ayudado muchísimo – respondo. – Me quería morir cuando me enteré – dice, pero lo interrumpo. – No quiero recordar ese horrible día por favor – digo negando con la cabeza. – Presenté tu plan de negocios y me darán el préstamo – digo para cambiar el tema. – Me alegro, verás cómo tu vida mejorará, de eso estoy seguro – dice sonriendo. – Tu hermano me cayó muy bien, te adora – dice poniendo sus manos en los bolsillos de su pantalón. – Nos hemos unido bastante en estos meses. Se hizo pareja de mi amiga Beth, imagínate – digo riendo. - Ella me odia ¿cierto?, lo noté en su mirada – pregunta. – No te odia, pero tampoco le simpatizas – respondo sonriendo. - ¿Y tú? – pregunta. – No sé, quisiera odiarte, pero no puedo – respondo encogiéndome de hombros. En eso veo que Alanis sale del restaurante - Creo que te buscan – digo señalando hacia donde ella está. Él se voltea y rápidamente vuelve su mirada a mí. – Creo que me ha hecho bien encontrarme contigo, adiós Jonathan, cuídate – digo sonriendo. – Me hizo bien verte también, adiós mi hermosa Sophia – dice sonriendo y se marcha.

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