El rancho...un lugar espectácular

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Abro mis ojos sintiéndome muy llena de mi hombre, lo miro como duerme y sonrío. Escucho a Sebastián haciendo sus bellos ruiditos. Salgo de la cama me pongo mi bata y lo saco de la cuna. – Shh...no hagamos ruidos que despertamos a... - me quedo pensando unos segundos – Papá – continúo sintiendo una emoción muy fuerte en mi pecho. Sebastián hace un ruido muy gracioso despertándolo. – Lo siento Bizcocho – digo riendo. – Buenos días mis amores – dice con voz de recién despertarse. - ¿Cómo durmieron? – nos pregunta. – Después de lo de anoche, dormí muy profundamente – digo riendo haciéndolo reír. – Y manicito durmió toda la noche y está con mucha energía – digo poniéndolo en su pecho. – Hola mi amor – le dice Jonathan besando su cabecita, admiro lo hermoso que se ven. – Voy a prepararles el desayuno, los espero abajo – les digo. – ¿Y me vas a dejar así sin darme un beso? – me pregunta sentándose. – Por supuesto que no – respondo acercándome para besar sus carnosos labios. – Te amo – dice mirando fijamente mis ojos haciéndome sonreír y me marcho.

Me quedo perpleja nuevamente mirando la cocina, es casi del tamaño de mi apartamento completo y no le falta nada. Los gabinetes son blancos y los topes de cuarzo blanco con diseños en gris, parece de revista. Lo primero que hago es prepararle la fórmula a Sebastián, mientras caliento el agua busco en la lacena para ver qué voy a preparar, tengo deseos de hacer un gran desayuno en esta gran cocina. - ¿Mami, dónde estás? – escucho a Jonathan. – De compras en esta inmensa lacena – respondo haciéndolo reír. Salgo y lo veo poniendo a Sebastián en su sillita. - ¿Te gusta la cocina? – pregunta. – Me encanta, me pasaría aquí todo el tiempo – respondo besando su mejilla. – Quiero hacer un banquete, ¿puedes llamar a Anthony para que vengan a desayunar acá? – pregunto. – Muy bien, Teddy también va a venir para cuidar a los niños – responde mientras termina de preparar la formula. – Perfecto, me voy a cambiar y regreso enseguida – comento. – ¿O sea que lo único que tapa tu precioso cuerpo es esta bata? – pregunta mirándome de arriba abajo. Le respondo desamarrando y abriendo la bata. – Madre mía Sophia, si no fuera porque Sebastián tiene que desayunar te cogía ahora mismo – dice pegándose a mí. – Mmm cogerme... esa palabra me excita – le respondo de forma seductora pasando mi lengua por su cuello. – Chis – es lo único que dice cerrando sus ojos disfrutando lo que está sintiendo. – Me vuelves loco – dice y me besa intensamente. Sebastián comienza a llorar haciendo que nos separemos rápidamente. – Lo siento manicito, es que Mami quiere jugar.  Aquí está tu desayuno – dice dándole el biberón. – Ya regreso – digo sonriendo mirando su erección. – Nos van a regañar otra vez – Jonathan dice señalándome a Sebastián con los ojos haciéndome reír.

Al bajar, Teddy ya ha llegado y tiene a Sebastián en sus brazos. – Hola cariño, que gusto verte, quiero disculparme por haber sido cómplice de Jonathan... - comienza a decir, pero la interrumpo. – No tiene que disculparse, él me ha explicado todo, además ya quedó en el pasado – respondo abrazándola. Sebastián está muy cómodo en sus brazos. – El niño está hermoso, me lo quiero comer a besos – dice ella acariciando su manita. – Igual que yo a su mamá – dice Jonathan haciéndome sonrojar, Teddy me mira y se ríe. – Que falta de respeto Jonathan, me voy a esconder un rato en la lacena – digo haciéndolos reír. Mientras preparo todo, nos quedamos conversando de Jonathan cuando era niño estamos tan entretenidos que en un momento todo está listo. – Buenos días – escuchamos la voz de Beth. - ¡Bubu! – dice Amelie corriendo a los brazos de Jonathan, él la levanta y le da una vuelta en el aire. – ¿Y esta bella princesita? – pregunta Teddy. – Soy la princesa Amelie – responde con mucha energía. – Bueno vamos a la mesa para comer que estoy hambrienta – digo sacando la tortilla de huevo y vegetales y el pan del horno. – Yo te ayudo Sisi – dice Amelie y Jonathan la pone en el suelo. Entre todos llevamos las cosas a la mesa y nos sentamos a desayunar como una gran familia.

Luego los niños se quedan con Teddy mientras nosotros nos vamos a recorrer el rancho en el carrito de golf. – Este lugar es precioso – dice Beth mirando todo con admiración. – Este lugar es hecho especialmente para mi Sophia – dice besando mi mano. Mientras nos vamos acercando me quedo perpleja, una vez más. Es el invernadero exactamente donde yo le dije que yo lo haría cuando me trajo aquella maravillosa vez. Tiene un letrero que lee "Sophia's Garden". – ¡Sophy! – exclama Beth al bajarse del carrito. Entramos y huele delicioso, esta todo hermosamente organizado por especie de un lado, frutos en otro y vegetales en otro. – Me encanta, gracias bizcocho – digo dando un salto para abrazarlo y besarlo. – Este rancho está hecho pensando en ti y en Sebastián, quiero que aquí crezca nuestra familia – dice pegado a mis labios. – Jonathan, me haces sentir muy especial y me encanta todo lo que me has mostrado y lo que acabas de decirme, pero tengo que pensar muchas cosas – respondo con preocupación. – Bebé, hablaremos de eso más tarde – dice Anthony. - ¿A qué te refieres? Espero que no estén organizando mi vida – digo muy seria mirándolo a los dos. – Como no quiero que estés enojada, te voy a decir ahora. La inversión que quiere hacer tu hermano es abrir una segunda repostería aquí en California y tal vez un delicatesen. Estamos estudiándolo todavía...pero imagínate, todas las oportunidades que tendrán acá, ver a Sebastián crecer en este ambiente y rodeado por naturaleza... - mientras él me habla, pienso en manicito persiguiendo los cerditos, jugando con perritos, ayudándome en el jardín, montando caballos con Jonathan. Me veo sembrando y cultivando... - ¿No te parecería fabuloso? – pregunta. – ¿Tu sabías de todo esto? – le pregunto a Beth. – A mí Anthony no me dice nada, sabe que te lo diré todo. Pero viéndote lo feliz que estas con el Sr. Paquetitos pienso que es una idea increíble – dice haciéndome reír a carcajada. – ¿Sr. Paquetitos? – pregunta Jonathan haciéndome reír aún más. – Ellas siempre han tenido su propio lenguaje, ¡insoportables! – dice Anthony. – Bueno lo pensaré, de ahora en adelante me incluyen en todo. Ah y por favor nos más secretos – digo limpiando mis lágrimas de tanto reírme. Noto que Jonathan y Anthony se miran con la esquina del ojo. – Los vi sinvergüenzas – les digo a los dos cuando entra una joven. – Buenos días – nos saluda. – Les presento a Gloria, ella es la encargada de mantener el jardín así de saludable, está en la universidad estudiando biología, botánica para ser más específico – nos explica Jonathan. – Mucho gusto – decimos todos a coro. – Sophia es mi mujer y ellos son su familia – le dice a ella. – Un placer conocerles – dice educadamente. – Vengan, les invito a conocer a mis estudiantes – nos dice señalando todas las plantas. La seguimos y nos da un tour por todo el invernadero.

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