Hermosa compañía

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Afortunadamente el tiempo se va muy rápido, ya ha pasado casi cuatro meses desde que Jonathan se fue, lo extraño muchísimo, a pesar que nos hablamos todos los día y a veces nos vemos por video chat. Estoy pensando hacerle una visita sorpresa, pero se me hace difícil separarme de mi bebé. Anthony me tiene casi convencida de comprar el pasaje, Beth lo llama el alcahuete. Carolina ha hecho crecer mucho más la repostería y el delicatesen, además de ser una maravillosa chef, también es una increíble vendedora, así que hemos estado bastante ocupados. Hoy he decidido finalmente aceptar la invitación de Charlie de llevarnos al parque, es la peor fecha del año, el aniversario de cuando mis padres se convirtieron en ángeles, y quiero mantener mi mente entretenida. Como queda cerca, nos vamos caminando. Yo llevo a Sebastián en una mochila para bebés y Charlie lleva el bulto con las demás cosas. Mientras arreglamos la sábana en el suelo y sacamos la comida que traje para almorzar, recuerdo el picnic que hicimos Jonathan y yo en su rancho haciéndome erizar la piel. Cuanto me encantaría que estuviera aquí, mi cuerpo necesita sentirlo, mis labios besarlo, mis manos acariciarlo. – El día está muy bonito – dice Charlie sacándome de mis pensamientos. – Sí, muy fresco. Mira Sebastián está muy feliz – digo sonriendo al verlo jugar con sus manitas.

- Cuéntame Charlie ¿qué aventuras has vivido en estos años que no te vimos? ¿Qué lugares nuevos conociste? Porque recuerdo que te encantaba viajar a diferentes países – pregunto cuando terminamos de comer. – Todavía me escapo de vez en cuando, he visitado África, Jordania, Rusia y mi próximo viaje será a Venecia, ¿quieres venir? – pregunta haciendo una mueca que me hace reír. – Gracias por la invitación, pero estoy en una relación bastante sólida – respondo notando que se pone tenso. – ¿Relación? Pero si siempre te he visto sola...Oh! Ya sé tu relación es con Sebastián – dice sonriendo haciéndome sonreír. – La verdad que estoy totalmente enamorada de mi hijo, pero mi relación es con un hombre maravilloso. Lamentablemente estamos en una etapa que tenemos una relación a distancia, pero pronto estaremos juntos – le explico dejándolo pensativo. - ¿Y tú, no has tenido ninguna enamorada? – pregunto. – Sí, pero nada en serio, no he encontrado a la mujer perfecta...bueno sí la encontré, pero solo quiere ser mi amiga – responde mirándome. - ¿No me digas que todavía te intereso? – pregunto dándole un pequeño empujón por su hombro. – Claro que sí Sophia nunca te he olvidado, es más, te valoro más por haber tomado la decisión de ser madre soltera. Pero bueno voy a respetar que estas con alguien. De todas maneras, la invitación sigue en pie – dice sonriendo – Sin ningún interés, por supuesto – aclara. – Charlie eres increíble – digo negando con la cabeza. Nos quedamos un rato más conversando hasta que comienza a bajar la temperatura y regresamos a mi departamento.

- Gracias Charlie, pasé una velada estupenda. Esta fecha es muy difícil para mí, pero tu compañía me hizo muy bien – digo cuando nos estamos despidiendo. – Para eso estamos los amigos. Me llamas si necesitas cualquier cosa – dice y me da un abrazo. – Gracias – respondo dándole un beso en la mejilla, se despide de Sebastián y se marcha. Me ducho rápidamente y baño a Sebastián antes de que Jonathan nos llame, me arreglo muy sexy ya que acordamos que nos hablaremos por video chat. – Tu mami está desquiciada, ni que me fuera a oler por el teléfono – digo mientras me pongo perfume haciendo que Sebastián se sonría como si entendiera lo que estoy diciendo. De pronto alguien toca el timbre, así que tomo a mi manicito en mis brazos y voy a ver quién es. – Sophia – dice Jonathan cuando abro la puerta. Siento que me voy a desmayar y Sebastián comienza a moverse como si estuviese emocionado. – Jonathan – se me quiebra la voz. - ¿Puedo pasar? – pregunta con su bella sonrisa. – Claro, disculpa. Es que me has sorprendido – respondo sonriendo. Mientras entra con su equipaje lo observo con emoción, todavía no puedo creer que lo tengo aquí conmigo. – Ahora sí, déjame saludar a este caballero – dice y toma a Sebastián de mis brazos. Manicito lo mira muy atento mientras él le habla, se ven tan hermosos, luego lo pone en su cunita y se voltea hacia mí. Me mira muy intensamente, mis piernas se debilitan mientras se acerca. – Oh Sophia, cuanto extrañaba estar cerca de ti – dice extendiendo su mano. Le extiendo la mía y al tocarlo siento que tiembla. – Estas temblando – digo sonriendo. – Así me tienes hermosa – responde halándome para pegarme a su cuerpo, pero el timbre vuelve a sonar interrumpiéndonos – ¿Puedo pasar? – escucho la voz de Anthony. – Que inoportuno es mi hermano – digo sonriendo poniendo los ojos en blanco. – Sí Anthony pasa – respondo. – Él fue quien me busco al aeropuerto y me trajo – dice Jonathan sonriendo. – Hola bebé, ¿te gustó tu sorpresa? – pregunta con complicidad. – Todavía no lo creo – digo sonriendo mirando a Jonathan. – Pues vengo para llevarme a Sebastián, sé que me vas a decir que no, pero ustedes tienen que ponerse al día en muchas cosas y es mejor si están solos – dice mirándome con travesura. Lo pienso por unos segundos y miro a Jonathan, lo deseo tanto que accedo. – Bueno déjame preparar todo – digo y me voy a mi habitación para hacerle su bulto. Mientras doblo su ropita me da sentimiento, nunca me he separado de él. Decido llamar a Beth para estar segura que no le molesta cuidarlo – Hola Beth, te llamo porque... - comienzo a decir, pero me interrumpe. – Sophy sé que estas preocupada pero no le vamos a quitar los ojos de encima, pusimos la cunita movible que era de Amelie en nuestra habitación, así que tranquila y disfruta como no has disfrutado en años – comenta. – Que milagro que no has dicho un comentario negativo de Jonathan – digo haciéndola reír. – Él no es mi persona favorita, pero sé que te enloquece y sé que te hace falta estar con un hombre. Hubieses intentado con Charlie, ¡te imaginas ese trasero desnudo! – dice haciéndome reír a carcajada. – Estás loca, si te escucha Anthony – digo entre risas. – Él sabe de mi fantasía con ese trasero musculoso – responde haciéndome reír aún más. – Por favor me mantienes al tanto de todo – le pido. – Sabes que en mejor cuidado no lo puedes dejar. Tranquila y concéntrate en tu Señor paquetitos de preservativos – dice haciéndome reír y terminamos la llamada.

Regreso a la sala y Sebastián está en los brazos de Jonathan, estoy tan enamorada de este hombre que no lo puedo ocultar siento que no puedo dejar de sonreír. - ¿Todo listo? – pregunta Anthony, le respondo asintiendo con la cabeza. Me acerco a mi bebé para besarlo y abrazarlo. Lo pongo en su cargador, me vuelvo a despedir y se marchan. Jonathan y yo nos quedamos mirándonos, no sabemos que hacer o decir. Me comienzo a sentir muy nerviosa de momento, no sé si es por Sebastián o si es porque estoy a solas con Jonathan. Me sonrío y corro a sus brazos haciendo que me abrace fuertemente. – Estas aquí...realmente estás aquí – digo tomando su masculino rostro entre mis manos y lo beso muy intensamente. Nuestras respiraciones son fuertes y rápidas, su lengua saborea la mía. Siento una corriente recorrer todo mi cuerpo, jadeo de excitación porque siento que me hace suya con ese beso. – Mi Sophia – dice agitado. – No te detengas – digo sin aliento volviéndolo a besar. – Espera hermosa – dice sorprendiéndome. – ¿Pasa algo? ¿Por qué no me sigues besando? – pregunto mirándolo a los ojos. – Te quiero llevar a nuestra segunda cita, quiero que pasemos una noche inolvidable, quiero disfrutarte, gozarte, hacerte sentir bien. ¿Me dejas? – pregunta sonriendo. Yo que estoy loca por coger y él quiere llevarme a una cita, pienso poniendo los ojos en blanco, pero accedo. Me doy cuenta que su cuerpo está tan excitado como el mío haciéndome recordar el potencial que hay adentro de su pantalón. -Mmm... - jadeo mordiéndome el labio. - ¿Nos vamos? – pregunta sonriendo. – Déjame cambiarme de ropa – digo mirándome. – Quédate así, te ves muy sexy – comenta mirándome de arriba abajo. – Esta ropa me la compré para modelártela en nuestro video chat – respondo de forma coqueta, es un vestido azul corto entallado al cuerpo. – Me lo puedes modelar ahora, es mejor en persona – dice de forma sensual. – ¿Seguro que quieres que te lo modele? – pregunto, él asienta con la cabeza. – Esta bien pero no te alteres que nos tenemos que ir a nuestra cita – digo coqueta, ya este jueguito me encendió ese lado atrevido que él solo logra en mí. – Lo prometo hermosa – responde humedeciendo sus labios y sonríe. – Entonces siéntate – digo empujándolo hasta el sillón. Comienzo a caminar de forma coqueta sin dejar de mirarlo. Me sorprende que después de tanto tiempo, me sigo sintiendo sin ninguna inhibición cuando estoy con él. Me siento en el sofá que está enfrente de él y abro mis piernas para que vea mi desnudo sexo ya q no tengo ropa interior puesta. Sus ojos se abren y suspira - Chis Sophia – dice mirándome intensamente. Luego me levanto, me volteo, levanto mi vestido y me doblo hacia delante para dejar expuesto mi trasero. Él se levanta para acercarse a mí – Sophia – dice con su fascinante voz. – Hey, hey...tranquilo que nos tenemos que ir a nuestra cita – rio bajándome el vestido haciéndolo reír. – Me pongo ropa interior y nos vamos – digo y camino hacia mi habitación moviéndome sensualmente. Me siento tan sexy que decido no ponerme ropa interior, solo me maquillo, me cambio mis zapatos por unos tacones más altos. – Wow Sophia estás preciosa. Me has dejado muy inquieto – dice haciéndome emocionar. – Ten tu manejas – le doy las llaves de mi auto, él me toma de la mano y me hala para pegarme a su cuerpo. – Yo también estoy muy excitada...digo inquieta – comento haciéndolo sonreír y me besa tiernamente para no regarme el lápiz labial.

Al subirme al auto me da sentimiento cuando veo la sillita de mi Sebastián. – ¿Todo bien? – me pregunta al ver que mi ánimo cambia. – Extraño a mi retoño – respondo. – Llama a tu hermano y así te quedas más tranquila – dice al encender el auto. Lo observo, está tan deseable, no quiero arruinar este momento, así que tomo mi teléfono y llamo a Anthony para saber cómo va todo y trataré de no preocuparme para poder disfrutarnos. – Hola Sophy – contesta Beth. - ¿Cómo está mi bebé? – pregunto. – Feliz con Amelie, no ha llorado para nada. ¿Y tú? ¿Ya comiste bizcocho? – pregunta haciéndome reír a carcajada porque está en alta voz del auto, miro a Jonathan y sonríe ajeno a lo que ella se refiere. – Todavía, pero me lo voy a saborear porque está delicioso – respondo mirándolo, él me mira con cara de confusión. – Bueno pues tranquila que Sebastián está bien, buen provecho – dice y terminamos la llamada. – Si quieres bizcocho conozco una repostería donde hacen unos postres esquicitos y la dueña está buenísima – dice sonriendo poniendo su mano en mi muslo. – Tan inocente. Tu eres Bizcocho, mira tu nombre en mi teléfono. Te nombré así desde el primer día que te conocí – digo riendo haciéndolo reír. – O sea que me vas a saborear, eso me intriga y mucho – dice con tono sensual. – Me enloqueces Sr. Hopkins – digo acariciando su mano y nos quedamos mirándonos comiéndonos con la mirada.

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