Entonces, mejor amigo, el recordar aquella dulce noche siempre me pone mal...Porque recuerdo el final.
Al final, dejaste que me cambiara de ropa frente a ti aguantando tus ganas de un segundo round.
Tus ojos estaban dilatados y tus respiraciones eran forzosas.
Sentí la opresión en mi pecho cuando te cambiaste tan rápido de ropa que no me dejaste admirarte, y el resto, apartir de allí fue historia; te embriagaste tanto en alcohol que terminaste dormido en el suelo de la cocina, sin mí.
Ni que hablar del día siguiente.
En la universidad durante todo el día me evitaste y cuando por fin te encontré y te puse en jaque, aceptaste haber tenido sexo conmigo pero dijiste algo como: «eramos dos desconocidos, sea lo que sea que haya pasado ayer, se queda en el ayer».
Junto con tu confesión de amor.
Y aún, un año después de eso, me sigo preguntando: ¿por qué dijiste que me amabas y después hiciste como si nada?
Mi respuesta para no mandarte a la mierda después de eso es porqué te amo demasiado como para dejarte ir, sabía que si insistía cortarías la amistad de tajo y yo no quería eso; así que eso lo justifica, pero tú, ¿por qué, cuál es tu motivo?
Ya habías tenido sexo conmigo si era lo que querías, ¿por qué decir que me amabas?
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Sueños más salvajes
Teen FictionElla era fuego y él era hielo, entonces ¿quién quema a quién?