Hola, Sasha Montgomery.Te ví.
Ví tu cara de tristeza la escucharme decirle a Harold que ya no eras nada mío.
Y era cierto; ya no eras mi mejor amiga.
No eras esa niña que me hacía feliz, con la que salía a caminar y la pasaba bien, ni con la que me ponía a tomar un viernes por la noche mientras hablamos de fútbol. Ahora eres plástica, materialista y un copia de Alissa, puedo comprenderlo de ella porque siempre a sido así; tú no.
Sé que te dolió pero más de dolió a mí darme cuenta que jamás fuiste quien yo pensé que eras.
Lo que no entiendo es como a pesar de que, ahora, sé quién realmente eres sigo necesitando verte sonreír. No comprendo como me siguen picando los dedos de entrelazan mi mano con la tuya.
No logro entender como es que mi pulso incrementa al igual que mi respiración cada vez que cierro los ojos y pienso en ti.
No lo comprenderlo y me jode no poder tener respuesta en esta ocasión.
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Sueños más salvajes
Ficção AdolescenteElla era fuego y él era hielo, entonces ¿quién quema a quién?