Hola, mejor amigo.Al día siguiente, cuando te ví en la escuela, no te dije nada ni te reclamé el hecho de no haber estado conmigo cuando te necesita, por primera vez. Supuse tenías cosas más importantes que hacer y lo comprendí.
No obstante, no comprendí como ignoraste de forma letal mi saludo, mirándome de arriba a bajo y después negando con tu cabeza como si pensarás: «¿Y tiene el descaro de hablarme?»
¿Qué hice, eh?
Dímelo porqué yo no lo sé.
Creí ciegamente que era uno de tus días o qué tal vez, quizá, haya dicho algo que no te pareció en un pasado adverso.
Te di la clase de biología donde me cambiaste como compañera por Alissa, doliéndome eso hecho lo comprendí pensando que fue porque ahora ella es tu novia y tiene más derecho que yo.
Decidí, también, darte la clase de álgebra dónde tomaste asiento en la primera fila, justo frente al maestro, para no hablarme y tal vez hasta para no verme; lo sé porque tú más que nadie odia esa clase.
Ni que decir en nuestro break, en la cafetería, siendo un hijo de puta te sentaste junto al grupito de Sharon sabiendo que ella era la que más bullying me hizo junto con su escuadrón.
Finalmente, manteniendo la esperanza en mí, te di nuestra última clase del día que por coincidencia es también la última que compartimos juntos, para que me hablaras y explicarás que estaba pasando, sorprendentemente no enteraste; economía es tu materia favorita.
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Sueños más salvajes
Novela JuvenilElla era fuego y él era hielo, entonces ¿quién quema a quién?