La vida está lleno de ciclos, ciclos que se tienen que ir cerrado poco a poco, tiempo a tiempo.
Esa noche, en las celdas de la delegación, cuando Sasha me dijo que la enamorara, comprendí que se había cerrado un ciclo entre ella y yo, y lo sorprendente es que no fue uno bueno, se cerró un ciclo malo, uno que era tóxico incluso para nuestra amistad o cualquier relación que ella pudiera tener conmigo.
Lo nuestro se había vuelto una competencia por ver quien provocaba más celos, quien lastimaba más, quien extrañaba menos, quien olvidaba primero: eso o cualquier otra cosa, menos amor que era lo que yo buscaba.
Así que cerrar esa etapa nefasta fue lo mejor que me pudo haber pasado aquella noche.
Y si bien ella no me dijo que me amaba, dijo algo mejor, algo que me daba esperanzas de ser mejor incluso para mi mismo. Iba a tener el mayor reto de mi vida, uno real y que definirá si mi vida será una miseria o si soy merecedor de permanecer a lado de alguien que ilumina tanto como el sol.
Cuando me di cuenta de que estaba loco por mi mejor amiga, fue cuando escribí su nombre sobre la espalda desnuda de Carly —de manera inconsciente—, cerré mis ojos, y cuando fui conciente de en quién pensaba y de quién estaba conmigo, bese ahí deseando que al voltear a la chica que estaba debajo de mí fuera Sasha Montgomery.
Luego de noches en desvelo pensando en porque deseé eso en aquel momento si ella era solo mi mejor amiga, decidí tomar un poco del alcohol para poder dormir y lo conseguí: dormía como un bebé, pero desde entonces en cada uno de mis sueños siempre aparecía ella, y no, no eran sueños lujuriosos llenos de morbo, era de esos que creí patéticos en su momento; donde ella tomaba mi mano y me decía una y otra vez: «Más que siempre»
Esos eran mi sueños más salvajes, el soñar, que en un futuro, mi mejor amiga y yo estaríamos juntos para siempre, y eran salvajes porque un ángel no puede enamorarse de un demonio. Era una tortura cada vez que despertaba de esos sueños pues era consciente de que en la realidad alguien como ella jamás estaría con un tipo como yo, yo soy más bien como ese free que tienen antes de encontrar a su príncipe azul, soy más como su Shrek.
O al menos eso creía, porque ahora haré todo lo que esté a mi alcance para que esos sueños más salvajes se hagan realidad.
Hare que ella se enamore de mí, y yo estaré ahí para verlo.
Ella no tendrá que escribir mi nombre en otro cuerpo, embriagarse por las noches para dejar de pensarme e incluso así soñarme, ella no tendrá que huir de mí porque piensa que no vale tanto como para tenerme a su lado, ella no se irá porque no la dejare ir.
Sasha sabrá que está enamorada de mí porque día con día yo le demostraré que estoy enamorado de ella.
***
Nota de autora: Este NO es el final del libro, aún faltan más capitulos, solo es una nueva etapa en la historia, como en la misma historia dice el protagonista.
Besos, las quiero Koalas.
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Sueños más salvajes
Teen FictionElla era fuego y él era hielo, entonces ¿quién quema a quién?