67 | Quédate

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Las primeras cinco sesiones pensé que me había equivocado, es decir, solo contábamos cosas de nuestra relación de manera fluida hasta que la doctora fruncía su ceño y nos explicaba uno de nuestros principales errores; la mala comunicación y la desconfianza.

Esa cinco semanas tuvimos un par de peleas, no había mucho cambio, eran las mismas peleas y las mismas reconciliaciones.

Pensé en salirme de esa mierda. Creí, por un momento, que nuestra relación simplemente no tenía futuro y éramos tóxicos el uno para el otro, y aunque la amará tendría que dejarla ir.

Me dolió está respirar el solo hecho de pensar qué terminaría con ella pero solo quería verla sonreír. Desde que comenzamos nuestra relación la he visto llorar más veces que sonreír.

Yo aún no estaba listo para dejarla ir por lo que en toda esa semana la evite, hasta que llegó el día de la sesión seis, sabía que si no me presentaba era para darme por vencido y dejarla libre, pero entonces pasó; me presente en la cita con una hora y media de retraso y a media de terminar la «sesión en pareja».

Entre casi corriendo, ellas me miraron pero ninguna se sorprendió, es más, la psicóloga dijo con orgullo: «Te dije que vendría», Sasha sonrió y contestó: «En el fondo lo sabía; yo también hubiera venido»

Comprendí que tenían sospechas de mí y de lo que tenía pensando hacer, supongo que Sasha me conoce mejor de lo que pensé y la doctora es una bruja vidente.

Sentí vergüenza al ver a Sasha a los ojos después de lo que tenía pensando hacer, la imaginé dándome una cachetada y seguido terminandome, pero eso jamás pasó.

Se levantó de su silla y camino hacia a mí sin apartar su dulce mirada de la mía, un escalofrío me recorrió el cuerpo y, he de admitir, que unas ganas atroces de hacerle el amor también, se sintió como la primera vez que la miré estando enamorado de ella. Como si fuese la primera vez de todo lo maravilloso que me pasó con mi mejor amiga.

Al llegar, sonrió y beso mi barbilla.

—Yo también tengo miedo, pero no voy a dejarte jamás. Esto va a funcionar, solo.., no te rindas —dijo, fuerte y claro. Entonces, sus delgados y cortos brazos me abrazaron con fuerza y por primera vez, desde que murió mamá, me sentía en paz, me sentía a salvó—. Tu para siempre es todo lo que necesito, por favor, quédate todo el tiempo que necesites.

Descalzo sobre vidrios caminaría por Sasha, para siempre.

🌼🌼🌼

Nota de autora: ¡Uy, se acerca el final!
Aún faltan algunos capítulos, pero podría decir que estamos en la recta final :(

Por otra parte, tengo una beshaaaa historia con temática profesor/alumna que apenas comienza se llama: Clases letras y besos, está disponible en mi perfil de Wattpad para que vayan y me les diga que les parece...

¡Eso es todo por hoy, un beso mis ángeles!

Sueños más salvajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora