Sueños más salvajes

C U A R E N T A Y C U A T R O

Hola, Sasha.

Después de días de pensarlo, volví a Manhattan.

Con pesar, remordimiento y miedo en cada célula de mi cuerpo, pero a la vez, con deseo, la pasión y la necesidad de volverte a ver... aunque sea de lejos.

Se que he dejado de ser ese hombre que mereces a tu lado; me introduje en las drogas, me junte con malas personas e hizo cosas que harían que mi madre me dijera “estoy decepcionada de ti”, pero como ella ya no está, no me importó mucho, no obstante, cuando me di cuenta que tú sí estabas en mi vida y no quería que tú me dijeras tal cosa... ya era tarde.

Al mirarme al espejo ya me daba vergüenza y fue por eso que decidí regresar, ese era mi punto de retorno.

Al ganas de ir con dirección a tu casa son tantas que me pican las manos.

Tengo que luchar con todos los demonios de mi alma para no hacerlo.

Hace ya días, semanas, meses que no te he visto en lo absoluto, y aún no he olvidado el color de tus ojos, el olor de tu pelo, el sonrojo de tus mejillas, el sonido de tu voz, ni nada en con relación a ti, sin embargo.

Aunque desearía hacerlo porque así dejarte de amar sería más fácil, pero imposible de cualquier modo.

Eres ese fuego que arde sobre mi piel.