Dream (La Última Uchiha) ~Pausada~

Capítulo 24

-N-No...No puede ser.-tartamudeó eĺ pequeño Sasuke.- ¡Mientes!

-¡Claro, me gusta jugar a que soy una Uchiha!.-gritó haciendo que algunas personas le miraran extrañados.

El azabache le miró fijamente, ya no molesto, si no con gran curiosidad. Saori suspiró.

-Mira...Sasuke...-habló masajeandose la sien.- Ven, te invito a comer.

-E-Esta bien.-respondió con un tono de voz más tranquilo mientras miraba al suelo.

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-¿¡Por qué tenemos que llevar a ese idiota ttebayo'!?.-gritó molesto Naruto.

-Porque yo lo invité

Sasuke frunció el ceño y miró despectivamente al rubio.

-¡E Iruka-sensei! ¿Por qué abrimos la puerta de su casa y no estamos en Ichiraku?

-Comeremos en mi departamento.-sonrió.-Saori cocinó algo delicioso para todos.

El Uzumaki miró a su sensei para despúes mirar a la chica.

-¿Hizo ramen?

El pequeño azabache rodó los ojos fastidiado por la actitud de Naruto. Tomaron un lugar bastante alejado uno de otro.

La chica les colocó un plato de verduras cocidas. Iruka regresó con otros dos.

-¿Qué? ¿¡Esta es la comida deliciosa de Saori!?.-dijo señalando su plato.

-¡Si Naruto!.-respondió Iruka ya molesto

-No me gustan la verduras, no las soporto ttebayo'...

-Te las vas a comer y punto.-habló energicamente Saori.- Si quieres ser Hokage debes ser fuerte, para ser fuerte debes comer verduras.

El pequeño rubio analizó todo aquello. Comenzó a comer sin decir nada.

Saori dió un vistazo a Sasuke. Observó que el chico comía sin chistar y con gran entusiasmo.
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-Orochimaru nos traicionó.-habló Pain a Madara.

-Era de esperarse por su parte...-murmuró mirando la densa lluvia de Amegakure.-Tendremos que matarlo.

-Si...luego nos encargamos de eso...Ahora necesitamos dos miembros más de Akatsuki.

-Yo me encargo de eso, tengo a los candidatos...

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-Hasta luego...¿Seguros no quieren que los llevemos nosotros?

-¡No! ¡Gracias! ¡Estoy bien!.-gritó euforicamente el rubio.

Sasuke simplemente se limitó a negar.

Los dos niños caminaron por rumbos diferentes.
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-¿Entences al momento no te creía?.-preguntó Iruka mirando la televisión.

-No, tuve que enseñarle el sharingan. Fue algo incomodo.

-¿¡Despertaste el sharingan!?

-Antes de Irme, Iruka.

-¿Cómo?

-E-Es algo de lo que no me gusta hablar.

El de la cicatriz asintió dando a entender que le comprendía.

-Sabes...a pesar de que acabo de conocer a Naruto...tengo esperanza en él...siento que ese mocoso bueno para nada, logrará algo grande...-comentó tocandose el pecho, sintiendo los latidos de su corazón.

Iruka sonrió, por fin había encontrado a alguien que pensara lo mismo que él sobre el Uzumaki.

-¿Y que te dió pie a pensar eso sobre él?

La chica suspiró y bajó su mano, miró melancolicamente el suelo.

-Fue...-murmuró tratando de responder a aquello.

Él notó como sus ojos comenzaban a brillar por algunas lagrimas que querían salir.

-No, nada.-acompletó sonriendole.
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La chica no podía dormir a pesar de las altas horas que eran, pensaba en lo que le había preguntado Iruka. Se dió la oportunidad de llorar en silencio, sin embargo se arrepintió inmediatamente de dejar salir sus sentimientos.

Se levantó del sillón buscó la cajetilla de cigarros que había comprado y encendió uno. Decidió salir para no dejar el olor del tabaco en el departamento.

Miró con nostalgia la luna llena. Hasta que alguien le tomó del hombro y todo se volvió negro.
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-No te preocupes, mi corazón no se puede detener...-le dijo dandose la vuelta y soplandole el humo en el rostro.

El de la mascara rodó los ojos.

-¿Ya cumpliste tú misión?.-preguntó soltandole del hombro.

-No, mínimo necesito un par de meses.

-Solo tienes una semana.-contestó con cierta molestia.

La chica bufó por el comentario de sin nombre.

-¿Ya me conseguiste mi mochila?.-preguntó con illusión.

-¡No Saori, ya te dije que no! No me meteré en problemas por un estúpido bolso y una maldita bufanda.

La chica tomó en entre sus manos la bufanda que le había comprado a él.

-No seas tan engreído...si te regalé esa bufanda es por algo...pero..no eres el único al que aprecio. Hay cosas que son incluso más importantes.

El de la mascara frunció el ceño.

-¿Qué es lo que traes en ese bolso?

-El único vinculo que me quedaba...-murmuró con los ojos brillosos.