Capítulo 52

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-Sin nombre, estoy agotada.

-Sígue caminando, aún seguimos en el país del viento

-¿¡Cúantos malditos países hay que cruzar!?

-Cuatro

-¿¡Qué!? ¡Oh no! ¡Es demasiado! ¡Llevame con tu sharingan!

El no respondió a aquello.

-¡Vamos!.-le dijo tomando su mano.

-No, si vuelves a decir una palabra más...te mataré.

-E-Está bien, p-pero hay que comer. Me muero de hambre.

-Nos detendremos en el siguiente pueblo.

Saori sonrió y siguió callada pr varios minútos, hasta que suspiró y recargó su cabeza en sus hombros.

-Alejate.-le dijo el enmascarado.

-Idiota, llevamos tomados de la mano hace más de veinte minutos y no has dicho nada.

Dicho esto el le soltó y siguió su camino.
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El pueblo era pequeño, los habitantes parecían ser personas demiasiado hostíles y anunciaban sus productos a todo pulmón.

-¡Mira! ¡Ramen!

-No quiero ramen.

-¿Onigiri?

El asintió con la cabeza y siguió a la chica. Entraron al pequeño local y tomaron asiento.

-Tal vez nos quedarémos aquí a dormir.-comentó sin nombre haciendo a un lado su máscara.

Ella no respondió, le miraba fijamente mientras tenía entre manos su alimento.

-Que curioso es el destino ¿no?.-murmuró a lo que parecía a si misma.

El supuesto Madara no comprendía, notó que la persona a la que la chica miraba no era el. Volteó y vió a una chica (casi una niña) sentada y con la mano estirada pidiendo dinero.

-Ella...

-Sigue comiendo, ignórala.

-Está embarazada...

-Imposible, es una mocosa.-comentó tratando de ignorar la situación lo antes posible.

-Mira...-le dijo ella.

El volvió la vista hacia la chica y era verdad. Su vientre se veía abultado, se tomó el tiempo de analizar a la aldeana. Su rostro era delgado y lleno de heridas y cicatrices, su mirada era triste y corrupta. Sus brazos eran delgados al igual que sus piernas.

Saori se levantó y caminó hacia ella.

La chica miró con pavor a la azabache.

-Tienes hambre, ¿verdad?.-comentó lo más amable que su corazón pudo.

-S-Si...

-¿Cúantos años tienes?...

-D-Dieciseis...-respondió mirando al suelo.

-¿Q-Quién fue...?.-habló con molestia mientras le daba su comida

-No puedo...lo siento...-dijo la muchacha echando a correr.
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-Saori, vamonos

-¡No!

-Tsk...No la conoces.-le tomó del hombro para que detuviera su andar.

-No es así...ella tenía miedo...

-¡Vamonos, dormirémos en otro lugar!.-le gritó tomandola esta vez de la muñeca.-¡Te advertí que no incluyeras tus malditas emociones!

-¿¡Dónde dormirémos!? ¡ la noche está cayendo!

-Ese no es un problema.

-¡Claro que lo es!

Antes de que el enmascarado respondiese a aquello, se escuchó un grito.

-¡Ahí!.-habló energicamente Saori mientras seguía caminando entre los obscuros callejones.

Obito frunció el ceño, no la siguió. Mejor para el.

Cuando llegó al lugar que el grito le había indicado, la encontró.

-...U-Usted...-murmuró la chica en el suelo mientras tocaba su rostro.

-¡Hey! ¿¡Quién carajos eres y que quieres!?.-le dijo un hombre demasiado alto y con pinta de ser demasiado fuerte. Aunque no lo era.

-Dime pequeña...¿es el?.-murmuró mirando al suelo.

La aldeana comenzó a llorar.

Saori rió macabramente.

-Es el...

-¿¡Qué planeas hacer, estúpida!?

-No sabes como deseo que las mierdas como tu desaparezcan de este mundo...-respondió acercandose a el.

El hombre trató de propinarle un puñetazo, sin embargo la azabache le detuvo con una sola mano y sin dificultad alguna. Alzó la vista y sonrió.

En cuestión de segundos, Saori estaba encima suyo     amenazandole con un kunai. El hombre trataba de detenerla, si le dejaba ganar, aquella arma caería en su cabeza. Sudaba frio, sintiendo como la chica lo hacía sin piedad...tal y como el abusaba de quien no podía defenderse...

-M-Mierda...-murmuró por ultima vez.

La azabache clavaba una y otra vez el kunai en el rostro del hombre, la sangre salpicaba su rostro y eso le satisfacía. Ahora no solo clavaba el kunai en el desfigurado rostro tambien se atrevió a hacerlo en su pecho y en todos lados. Sus manos no temblaron en ningún momento.

La aldeana no miraba, lloraba en silencio con la vista agachada.

La azabache se levantó de encima del inerte y destrozado cuerpo. La chica se atrevió a mirarla.

Saori le miraba con una macabra sonrisa y grandes ojos color carmesí empapados de lagrimas, su ropa, rostro y manos estaban cubiertos de aquella espesa sangre. Soltó el kunai y salió corriendo de ahí.

Siguió corriendo sin rumbo alguno, sentía como esa adrenalina aún corría por sus venas. El se apareció delante de ella.

-¡H-Hay que largarnos!.-gritó.

El la tomó del hombro y le obedeció. Ambos criminales aparecieron en la entrada/salida del pequeño pueblo.

Sin nombre sonrió maliciosamete al ver el estado mental de la chica. Ella volteó a verlo.

-(Magekyo...).-pesó mirandole fijamente.

-¡Q-Quiero quitarme esto!.-gritó mientras miraba sus manos y ropa empapadas.


Dream (La Última Uchiha) ~Pausada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora