Dream (La Última Uchiha) ~Pausada~

Capítulo 66

La fuerza del agua lanzó a todos los ninjas fuera de  la habitación (o lo que había quedado del muro y la puerta).

Mientras se levantaban aturdidos, aprovechó para correr, sin embargo una potente técnica de rayo le hizo caer.

—Demonios...-murmuró tratando de levantarse lo más rápido que pudo. Corrió tratando de encontrar una ventana.

Seis de los trece ninjas que iban tras ella, amenazaban con atraparle. Sabía que si utilizaba algún otro jutsu crearía más caos del que había, así que utilizaría su tecnica más silenciosa. Aunque nunca la había usado en tantas personas al mismo tiempo.

Se dió la vuelta y corrió hacia ellos con el sharingan ya despierto.

Lo siguiente ocurrió como si el mundo fuese en cámara lenta, la mirada de los seis ninjas quedó atrapada en aquellos ojos carmesí. Saori sintió como gran cantidad de chakra salía de ella, sintió como poco a poco su energía se acababa.

Dejando a aquellos ninjas paralizados y con la mirada perdida, salió por la ventana con extrema dificultad (incluso estuvo a punto de caerse).

Saltó con agilidad el techo de la oficina y el de otros edificios.

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Cuando llegó al departamento se recostó, sentía demasiada sed y tenía sueño. A pesar de eso, sonrió.

Saito Uchiha fué un hombre temido por naciones, naciones que al mismo tiempo deseaban poseer sus ojos. Era un Uchiha único con habilidad de hacer caer en genjutsu a más de cuarenta personas al mismo tiempo y sin sufrir consecuencia alguna. Sin duda un shinobi de elite.

Saori sabía que seis personas no eran nada a comparación de cuarenta, pero sabía que si entrenaba su vista lograría alcanzar a su padre y por fin sería un orgullo.

Se quedó dormida de tanto pensar.

De nuevo aquellos sueños, se encontraba en el distrito Uchiha. Esta vez parecía todo pacífico como en los sueños de Itachi.

—¿Saori?

La azabache volteó sin temor alguno.

—¿Mamá?

—Estás haciendo mal, no te eduqué de esa forma.

—Lo sé mamá, pero aveces siento que no soy la misma persona de antes, siento que incluso ya no soy tu hija.

La Uchiha mayor rió y tomó la mano de su hija.

—Pase lo que pase, jamás dejaré de amarte. Recuerdalo muy bien Saori, pero también debes recordar de que el karma existe y algún día todo te será devuelto.

Saori quizo contestar, pero su madre desapareció en un instante.

—Tu madre tiene razón, piensa muy bien lo que haces.-comentó una aspera voz.

—Padre...

—¿Sabes? Legítimamente tu sigues siendo prometida de Itachi.

Ella rodó los ojos, su padre siempre había sido una persona que seguía al pie de la letra los compromisos.

—No puedo ser prometida de alguien al que no amo.

Saito sonrió triunfante.

—Está bien, tu misma lo haz dicho. Hija no importa que decisión tomes, seguirémos aquí pero...-

Su padre le apretó las mejillas con demasiada fuerza.

—Eres una tonta.

—Lo sé papá...-murmuró reteniendo el dolor
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Despertó gracias a que alguien le había tocado el hombro. Se levantó masajeandose la mejilla.

—¿Qué haces aquí? Pensé que no te vedrías hasta...

—Sé que tienes mi información.

Saori alzó una ceja.

—¿Cómo lo sabes?

—Zetsu...-murmuró

—(La planta...) No tengo anotado nada, todo está en mi mente.

—Dímelo...

Saori trató de recordar todo y lo logró después de algunos minutos (algo que molestó al supuesto Madara).

—Su próxima misión será en una semana...
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—¡Eso es todo!

El de la cicatriz se alegró de que su máscara no mostrase el impacto que generó demasiada información.

La Uchiha aprovechó para acercarse a el y tratar de abrazarle, las mismas frias manos que le habían tomado de la cintura, le tomaron del cuello.

Le alzó como a una simple basura por el aire, presionaba aún más dejandole sin aire.

—No estába jugando Saori, si te vuelves a acercar de la misma forma. Te aseguro que no seguirás con vida.-le comentó presionando aún más su cuello.

La fuerza era tanta que la desesperación hizo que patalease en el aire, como si el enmascarado hubiera nacido con el talento de asesinar mediante la asfixia. Le dejó caer al suelo y se fué sin más.

Saori respiraba con desesperación y su mente seguía aturdida por lo rápido que había ocurrido todo.

—H-Hijo de p-puta...-habló con voz cortada por su respiración.

Se levantó con dificultad y dió un fuerte puñetazo a la pared

—¡E-Esto no se quedará así!