Dream (La Última Uchiha) ~Pausada~

Capítulo 45

Sudando como nunca antes, Saori terminó de barrer el último pasillo. Ahora se disponía a hacer algo que nunca se imaginó que haría, un desayuno para tres niños.

Cuando entró a la cocina caminó hacia la grande estufa que brillaba por lo pulida que estaba.

Recordó algo.

-Pero yo no sé cocinar más que verduras cocidas....-dijo en voz baja mirando a su alrededor.

Caminó hacia la alacena y le abrió con esperanza de encontrarse con verduras, sin embargo lo único que encontró fue harina y huevos.

-Huevo...-murmuró contenta.-En algún momento de mi vida hice huevos....a los nueve años...pero hice...-acompletó tomando dos.

En cuestión de minutos, realizó huevo estrellado para los tres pequeños a los cuales se disponia ahora a despertar.

Se sintió avergonzada al tratar de esconder el olor a quemado que surgia de la cocina.

Respiró con dificultad al saber que cada vez se acercaba a la habitación de la mayor, Temari. Abrió la puerta con sigilo y se acercó a la pequeña rubia que dormía como princesa.

-T-Temari-sama...-hablo bajando un poco la máscara del turbante.-Temari-sama.-insistió.

Cuandó la pequeña abrió los ojos se la subió de nuevo .

-¿Eh? ¿Quién eres?.-preguntó tallandose los ojos.-¿La nueva?

-S-Si.

-Ah...tomaré mi baño, saca mi ropa-.Habló levantandose.

-¿Q-Qué clase de ropa quiere?

La rubia alzó una ceja confundida.

-¿Cúal más? Mi camisa y mi pantalón.

Sin decir más, entró al baño y asotó la puerta.

Saori analizó la habitación de la niña.

-(Es simple como para ser hija del Kazekage...).-pensó acercandose al armario para sacar la ropa indicada.
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El siguiente era Kankuro, el ñiño al que sentía que no iría a soportar.

Entró con dificultad a la habitación debido a las cosas tiradas y mal ordenadas que había.

-Kankuro-sama...-le movió.-Kankuro-sama...

No hubo respuesta inmediata como con la pequeña rubia.

-Kankuro-sama.-insistió con voz fuerte.-¡Kankuro-sama!

El pequeño se levantó con el ceño fruncido y se estiró.

-Ya sé, nueva.

-(Mocoso inútil...).-pensó rodando los ojos.

-Para tu información, Kankuro-sama no se baña y le traen el desayuno a la cama.

-¿De verdad?.-le respondió.

Al pequeño le brillaron los ojos pensando de que su broma habia dado resultado.

-Pues que mal, yo no subo desayunos. Además de que conmigo el baño será obligatorio.

Kankuro bufó con fastidio.

-Aún así yo no quiero bañarme.

Saori se masajeó la sien.

-No es lo que usted diga, el baño es indispensable para ser activos en el día. ¿Acaso quiere apestar a perro muerto? ¿No se ha puesto a pensar en las niñas que van tras de usted? ¡Así nunva tendrá novia!

Dicho esto, el pequeño de alborotados cabellos se levantó completamente sirprendido por la respuesta de su nueva "niñera".

Caminó lentamente hacia el baño y cerró la puerta de la misma forma que su hermana mayor.

Con una sonrisa se dirijió al armario y sacó lo primero que vió.

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Esta vez si estaba nerviosa de verdad, sabía que el siguiente sería el jinchuriki.

Caminó lo más lento que pudo hacia la habitación mientras recordaba lo que sin nombre le había dicho.

"Mató al anterior..."

¿Un niño de nueve años o menos matar? Debía poseer demasiada fuerza.

Abrió la puerta de la habitación con la vista al suelo, notó que el niño ya estaba levantado y vestido. Saori sonrió con toda la credibilidad que pudo tener.

-Buenos días Gaara-sama, un placer conocerle. Soy Akane.

El pequeño pelirojo no dijo nada y salió de la habitación sin quitarle la vista.

Saori quedó sola en aquella habitación completamente limpia y despejada.
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-Un placer conocerlos.-habló Saori con una larga sonrisa mientras los niños comían.-Soy Akane, espero que nos llevemos bien.

-No cocinas bien.-interrumpió Kankuro escupiendo la comida.

-¡Es verdad!.-habló Temari haciendo lo mismo.

La Uchiha se molestó de inmediato al ver aquella groseria por parte de dos mocosos.

-¿Podrías hacer otra cosa?

-No.-respondió cambiando de semblante a uno más serio.-Habrá reglas.

Ambos niños se miraron confundidos.

-Se bañarán sin chistar, comeran lo que se les dé si no lea gusta tienen todo el derecho de dejarlo a un lado, sin embargo será su problema y no habrá cambio de comida. Sobre todo me respetarán.

Temari y Kankuro le miraron perplejos.