Esa tarde se la habían pasado horas y horas fuera, solo caminando juntos, charlando sobre tonterías sin sentido, otras sí tenían sentido y otras no venían a cuento.
Eran felices juntos. Y es que ¿Cómo no serlo?
-Linda vista ¿Eh?-Comentó Golden
-Y que lo digas-Respondió Foxy, admirando tal panorama, pero para cuando se dio cuenta, Golden lo estaba mirando a él, y no al paisaje que se presentaba frente a ellos, eso hizo que sus mejillas enrojecieran de vergüenza, haciendo a Golden reír
-Así que... Con este son siete años juntos ¿No?-Sonrió
-... Si te soy sincero, pensé que duraríamos mucho menos-Habló Foxy, llevándose las manos a los bolsillos, con la mirada clavada en el suelo, como si fuese realmente un interesante ver
-¿Por qué?
-Solo míranos, idiota-Rió Foxy-Contrarios, duh.
-... No voy a empezar con eso de los polos opuestos se atraen, eso es demasiado cliché-Comentó Golden entre ligeras risas
-Ya vas a comenzar con tus discursos cursis ¿No?-Preguntó Foxy
-¿Te molestaría?
Las mejillas de Foxy enrojecieron una vez más.
Siempre Golden le hacía preguntas, sabiendo que la respuesta lo dejaría en ridículo. Al menos eso pensaba Foxy
-N-No...-Respondió, mirando al suelo
Golden rió otra vez-De todas formas no es el momento.
-¿Ah, no?-Preguntó Foxy, levantando la mirada-¿Es que tienes algo planeado, Leyton?
-Me limitaré a no responder esa pregunta-Sonrió
-¿Por qué?
-Luego lo sabrás, amor, calma.
Foxy solo suspiró, y siguió a su -En ese momento- novio.
Estaba bastante misterioso y no dejaba de plantear dudas.
Eso ponía nervioso a Foxy.
«¿Y si quiere cortar conmigo y está haciendo todo esto solo para suavizarlo?» Pensaba «Seguro me engaña con alguien y es ahora cuando me deja en ridículo. Pero él me ama, eso demuestra ¿Por qué haría eso?»
Esa fue la duda que más le aterrorizaba a Foxy. Puede que su autoestima haya subido, pero con Golden, la inseguridad nunca desaparece. Todos se sienten algo inseguros en el amor, sea cuál sea la razón.
La noche ya estaba cayendo de a poco, y en ese momento estaban caminando por la playa, con zapatos en mano y pantalones arremangados.
El cielo se notaba con tonos anaranjados y rojizos, y mientras se reflejaba en el mar, las olas iban meciendo levemente la imagen en el agua.
Las nubes se veían rosadas, como algodón de azúcar en el cielo. Foxy no pudo evitar reír levemente al tener tal pensamiento.
Se imaginó a sí mismo cubierto de algodón de azúcar, luego comenzó a pensar qué haría Golden en ese caso
«Me comería» Pensó «A besos» Sus mejillas ardieron en rojo.
-Foxy-Llamó Golden, a lo que el pelirrojo lo miró nervioso-¿Recuerdas lo que me preguntaste?
-Uh... ¿C-Cuál de todas las preguntas que hice hoy?
-Si tengo algo planeado.
-A-Ah... Sí ¿P-Por qué?
-Porque resulta que sí, tengo algo planeado-Sonrió
-¿M-Me dirás qué es?
-Uh... Ahora es el momento donde doy uno de mis discursos cursis-Comentó-Así que... Siete años, a decir verdad, yo tampoco pensé que me soportarías por tanto tiempo-Rió un poco-De todas formas, estos años han sido los mejores de mi vida, y no exagero. Foxy Macrath, tú me haces la persona más feliz sobre la tierra, y quizás en el universo entero. Si hay una persona a la que quiero estar atado por el resto de la eternidad, ese eres tú. Ya no puedo evitar relacionar todo lo bueno que me pasa contigo, Foxy, mi amor, eres la persona que más amo en el mundo entero, y si tú sientes lo mismo, supongo que solo me queda preguntarte una cosa...
Golden solo suspiró, dejó sus zapatos a un lado, se arrodilló frente a Foxy, y tomó una caja de su bolsillo, abriéndola frente a su contrario, con una sonrisa un tanto nerviosa.
Era un anillo. De matrimonio.
Para Foxy nunca significaron nada, era un anillo ¿De qué servía?
Pero por alguna razón, al verlo, el corazón comenzó a saltarle en el pecho.
No pudo evitar emocionarse al verlo, no lo creía, que fuese real.
Eso era un sueño. Tenía que ser un maldito sueño, eso no podía estar pasando en verdad, pero Foxy deseaba que nadie lo despertara de ese condeando sueño
-Tú... ¿Quisieras casarte conmigo, y ser la persona a la que me ate el resto de mis días?
No fueron necesarias palabras.
Era obvia la respuesta.
