—Freddy me dijo que le gustas—Soltó Chica sin más
Golden tosió de pronto al escuchar aquello, soltando la taza de café que tenía en mano.
Chica era mesera en una cafetería, su turno era de medio tiempo, y así tenía tiempo para asistir a la universidad. Golden iba ahí cada vez que se le hacía tarde de camino de vuelta a casa tras el trabajo, y esa vez era una de esas ocasiones
—¿En serio?—Preguntó seriamente
Ese tema no le gustaba nada. Principalmente porque aún no sabía cómo decirle a Foxy sobre aquello sin que llegara a odiar a Freddy, o a quedar más herido de lo que ya estaba con las recientes noticias que había recibido.
—Sí, y no te hagas el tonto, sé que se te declaró—Respondió ella
—No planeaba hacerme el tonto.
—Hm... Es raro que Fox no te haya pegado esa costumbre—Suspiró—Como sea. No se lo has dicho a Fox ¿Verdad?
—Planeo decírselo—Se cruzó de brazos por sobre la mesa
—Ahá, lo imaginaba—Comentó la rubia, entrelazando sus propios dedos, dejando la libreta en el bolsillo de su delantal—Sabes que seguramente hará una rabieta ¿Verdad?
—Sí, se va a desesperar—Respondió Golden—Pero lo que más me preocupa es que va a empezar a compararse con Freddy, a decirme que lo mejor es que lo deje y seguramente su autoestima va a sufrir daños, porque como te dije, va a empezar a compararse y a echarse en menos.
—Sí... Pero... No fuiste muy cruel con Freddy ¿O sí?
—De hecho... Creo que sí lo fui, me puse a gritar, pero es que... No sé, pensar que por culpa de Freddy, Foxy va a volver a mirarse en menos hizo que me enojara...—Suspiró—De todas formas ¿Te contó que me pidió que le sea infiel?—La miró, esperando una reacción
—¿QUÉ?—Gritó Chica, llamado la atención de todos los clientes y empleados, a lo que ella sonrió nerviosa—No estás jugando ¿Verdad?
—Para nada, te hablo en serio, y contando eso ¿Esperas que no me enoje con él?
—Bueno, me alegra escuchar tu lado de la historia—Suspiró Chica—¡Ahora sí! ¡Tú lo sostienes y yo lo golpeo!
—¡No!
—¿Qué? ¿Quieres que yo lo sostenga y tú lo golpeas?
—No, Chica, hablo en serio.
—¡Yo también!
—Chica, nadie va a golpear a nadie.
—¡Pero te pidió serle infiel a Foxy!—Levantó la voz más de lo que ya lo estaba haciendo
—Chica, baja la voz—Pidió el rubio
Ella solo suspiró, tomó una silla, la puso junto a Golden, y se cruzó de brazos a modo de berrinche o algo similar
—Como sea ¿Planeas algo?—Preguntó ella
—Afrontarlo como un adulto, quizás—Comentó con obviedad, arqueando una ceja
—Y según tú ¿Qué haría un adulto?—Lo miró desafiante
—Primero, no golpear a nadie, y segundo, no es el fin del mundo, seguiré con mi vida, mi amor es solo para Foxy, fin de la historia—Respondió
—¿Y respecto a Fox?
—Voy a estar con él para calmarlo, darle a entender que estoy enamorado de él y solo de él, y que Freddy nunca me interesó y nunca lo hará—Sonrió ladino
—Toma en cuenta que Foxy es muy terco—Recalcó Chica
—Lo sé, pero ¿Cuándo me ha sido eso un obstáculo?
—Cuando intentabas conquistarlo, es un ejemplo—Respondió la rubia, con obviedad en sus palabras
—... Da igual, ya sé lidiar con ello, sé perfectamente como hacerlo cambiar de opinión—Sonrió
—Como digas, debo volver al trabajo, suerte—Suspiró ella, mientras se levantaba de la silla y volvía a su deber
Golden se quedó ahí unos minutos más, hasta que optó por irse.
Félix: Ay, cariño, ahora que recuerdo
Félix: El trabajo me re-ubicó, ahora voy a vivir en tu ciudad
Félix: ¿No es fantástico?Claro, te estaré esperando—
¿Cuándo se supone que estarás aquí? —Félix: Dentro de una o dos semanas más
Genial, te veo en dos semanas, entonces—
Podría decirse que una sonrisa se formó en el rostro del pelirrojo, pero realmente no.
Estaba preocupado.
Seguía pensando en cómo se habían mirado Golden y Freddy en el aeropuerto.
Sabía que eso no era usual en el rubio, pero entonces ¿Qué significaba?
Sentía que Golden lo iba a abandonar, luego de siete maravillosos años, Golden lo iba a dejar para irse con Freddy.
Seguramente Golden se estaba interesando en Freddy.
Comenzó a imaginarse como Golden se lo decía, como se iba con Freddy y comenzaba a formar una vida mucho más feliz.
No tardó demasiado en echarse a llorar.