Perdón si es que hay algún error, no estoy con ganas de revisar el capítulo.
Podría asegurar que nunca se había sentido más nervioso en su vida. Veía sus manos temblar, y se sentía algo patético al ver lo mucho que lo atemorizaba aquella situación.
Pasó saliva, y suspiró.
Arregló por décima vez el cuello de su camisa, y sus mangas.
—Fox, mi vida—Llamó—Luzco bien ¿Verdad?—Quiso asegurarse, porque joder, en ese momento le importaba muchísimo la impresión que daba
Foxy solo lo miró unos segundos, y con las mejillas de un fuerte rojo, bajó la mirada. Esa era respuesta suficiente para Golden.
—A-Ah... B-Bueno, ya te lo he dicho antes, pero...—Suspiró—E-Es tu mamá, y... No lo sé, las cosas no son tan complicadas, o sale bien, o sale mal, y...—Desvió la mirada—E-En ambos casos, yo... V-Voy a estar contigo.
Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de Golden. Por favor, con tan solo observar aquellos preciosos ojos ámbar le bastaba, en serio, podría quedarse sin comer, sin beber agua y sin abrigo alguno, pues lo único que le bastaba, era poder ver aquella criatura de la que estaba tan infinitamente enamorado.
—Bueno...—Suspiró—¿Vamos?—Le tendió la mano, tal como un príncipe a su princesa
Foxy solo rodó los ojos con tal característico sonrojo y tomó la mano de Golden.
Una vez que estaban en el lugar donde Joy había elegido, solo bastaba encontrar a la rubia.
—¿La ves por algún lado?—Preguntó Golden
—Nope ¿Y tú?—Respondió Foxy
—Aquí el alto eres tú, deberías poder ver más—Rió levemente
—Sí, pero de igual modo quise asegurarme—Se encogió de hombros
—¡Chicos!—Rió ella, sacándole un chillido al pelirrojo, y bueno, Golden dio un saltito, también sorprendido—¡Holi!
—¡Otra más se suma a los sustitos!—Se quejó Foxy
—Ah... Por fin—Suspiró Golden—Ya creía yo que no ibas a llegar.
—Pero aquí estoy—Sonrió ella
—Bien, tú sabes donde es—Soltó el pelirrojo—Así que te seguimos.
Joy tan solo asintió, y emprendió camino con una sonrisa en el rostro.
—¿Estás emocionado?—Preguntó ella—¿Nervioso? ¿Algo ansioso? ¿Tienes miedo? ¿No quieres pasar al baño?
—Ah... Eso último no será necesario—Respondió Golden entre leves risillas—Pero... Sí, sí, sí y sí.
—Es normal que te sientas así, cualquiera lo haría si estuviera en tu situación—Dijo Joy—Mira, imagina que Fox está por ver a sus padres biológicos, y sabe de ello...
—M-Mejor cambia de ejemplo—Masculló Foxy
—Ah, perdón, no te gusta hablar de eso ¿Verdad? Lo entiendo, disculpa.
Foxy solo negó con la cabeza. Golden sabía que ese era un tema delicado para el pelirrojo, es decir, no le daba pena -No tanta-, pues no tenía ni la más remota idea de cómo habían sido sus padres, y eso era lo que lo molestaba, la incertidumbre, y la duda que le daba el pensar en sus padres biológicos. No es que no estuviera satisfecho con Eliza y Joshua, los quería muchísimo, y estaba muy feliz con ellos, pero con toda esa situación, le era inevitable preguntarse cómo sería si fuese él quien estuviera a punto de ver a sus padres.
Una vez frente a una alta reja de color café opaco, fue Joy la que se dispuso a tocar el timbre. A lo que salió una mujer de piel caída, cabello cano y ojos opacos, pero vestida de una manera tan elegante, que parecía que fuese a algún evento especial.
—¿Sí?—Habló la mujer, con tono egocéntrico
—Hola, señora—Empezó Joy—Ah... Mi nombre es Jessica Leyton, y... Bueno, iré al grano—Suspiró—¿Usted es o conoce a Samantha Anders?
—¿Samantha Anders...?-Preguntó la mujer, mientras miraba el cielo como si éste le otorgara la respuesta que estaba buscando—No, mi nombre es Caroline Anders.
—Ah... Está bien, lamento las molestias, adiós—Habló Joy, mientras bajaba la mirada
Golden suspiró, y se llevó las manos a la cabeza, despeinando aquel dorado cabello que más de alguna vez en el día había peinado
—Ah... L-Lo siento—Dijo Foxy—P-Pero... B-Bueno, simplemente no era ella, y... C-Creo que es para mejor, esa señora parecía... Difícil—Se rascó la nuca algo nervioso y bajó la mirada
—No importa—Soltó Golden—Ya... Ya no importa.
