el marine [h.s.]

Veintiuno.

21

LEA'S POV.

En el mismo instante en el que abrí la puerta, Mia se avento con brazos abiertos a Harry, quien dejo salir una exclamación de grata sorpresa.

"Oh Dios, Oh Dios." Musito Mia, lagrimas deslizándose por su hermoso rostro. "Eres tú."

"El mismo." Dijo juguetón él. Mia se echó para atrás y subió la mirada a él, entrecerrando el ceño levemente.

"Estas incluso más alto de lo que recordaba."

"Tu estas incluso más chaparra de lo que recordaba, sacudió la cabeza sonriendo este y volvió a abrazarla. "Y justo tan llorona como siempre."

Ver a Mia bromeando con Harry me hizo tener un especie de flash-back, llenándome plenamente. Haciéndome sentir en casa.

"Oh, cállate." Se sonrojo.

"¿Dónde están Ryan y Rose?" Pregunte notando la ausencia de su esposo e hija.

"¡Lea!" Se zafo del agarre de Harry y esta vez estampo su cuerpo contra el mío.

"Woah.." Me abrazo tan fuerte que deje de respirar un instante. Ella era unos doce centímetros más baja que yo, pero su fuerza era impresionante para su tamaño. "Mia, te vi hace menos de dos semanas." Me escabullí de su agarre riendo y me refugie en los brazos de Harry, que me recibieron con ganas.

Mia se quedó frente a nosotros, sonriendo entre lágrimas.

"Oh, Harry." Suspiro. "Oh, Lea." Otro torrente de lágrimas bajaron por su rostro.

"¡Qué demonios, Mia!" Entro por la puerta Ryan enfurruñado, seguido por la pequeña Rosalie de ocho años.. Sonreí abiertamente, soltando una pequeña risa por lo bajo.

Mia y Ryan.

Ryan y Mia.

Eran la pareja más dispareja que pudiera existir y sin embargo, en algún lugar de sus diferencias habían encontrado un perfecto equilibrio. Mia era una pequeña bomba atómica de 1.63. Era la persona más ruidosa y llena de vida que había conocido en toda mi vida. Era dolorosamente sincera y no dudaba dos veces en decir lo que pensaba o sentía.

Así pues, me había sorprendido terriblemente cuando un día había llegado diciendo que se había casado, de todos los hombres en el mundo con Ryan. Su compañero de trabajo, con el cual peleaba todo el tiempo.

"¡¿Que has hecho que?!" Exclame aquella tarde de Abril. Mia no se inmuto ante mi tono y sonrió despreocupada, echando su cabellera hacia atrás.

"Me he casado con Ryan." Tomo un sorbo de su café, sonriendo.

"¡Pero si no le soportas!" Pensé en el pobre Ryan, siendo molestado por las continuas bromas de Mia y comentarios sarcásticos.

"Solo cuando me lleva la contraria." Se encogió de hombros. "Cuando se mantiene callado, le soporto perfectamente." Sonrío perdida en sus pensamientos. La mire atónita, sin dar crédito a lo que me había dicho.

"Tan solo tienes veintidós años, ¿qué hay de 'me cogeré a cada hombre de Europa antes de los treinta'?" Pregunte en ese entonces, pensando que tenía que ser una broma .¿Cómo podía desperdiciar tantos años que podía tener adelante, casándose tan joven? ¿Casándose en absoluto? Mia hizo una mueca de desagrado.

"Dicen que los franceses no se bañan." Alce una ceja. "De acuerdo, de acuerdo." Subió ambas manos en rendición. "Es solo que... Teniendo a Ryan, es más que suficiente para mí." En todos los años que llevaba conociéndola, jamás la había visto de esta manera. Era casi cinco años mayor que yo, pero nunca los aparentaba. Era como si siguiera siendo una adolescente. ¡No podía estar casada!