el marine [h.s.]

Veintisiete.

27

HARRY'S POV.

Martes

Ellos te están vigilando.

Te están siguiendo. Saben que estas mintiendo.

Piensan que estás loco.

Estás loco.

Ella sabe lo que hiciste.

Ella te está juzgando. Te mira con lastima.

Ella se ríe de ti y tus repugnantes cicatrices.

Ella te detesta. Al igual que Noah.

Todos lo hacen.

Y tú, tú los odias también.

"No, no." Estaba hecho un ovillo, dejando el agua casi hirviendo quemar mi piel. El dolor era gratificante.

Sí, sí.

Tú los herirás. Tú quieres herirlos.

No, no lo hare.

Tarde o temprano lo harás. Y una vez hecho, no habrá marcha atrás. Lo volverás a hacer, a quien se ponga en tu camino. Una y otra vez.

Te odiaran y tú a ellos aún más.

Los odiaras, por no entenderte. Por no lograr a comprender tus necesidades. Por hacerte ver como un maldito monstruo, no solo a los que te rodean, pero a todas las putas personas existentes.

"Cállate." Enterré mi rostro en la curva de mis rodillas, pegadas a mi pecho. "Por favor, cállate." El vapor de la ducha caliente, reinaba en el baño.

Respiraba entrecortadamente, mis lágrimas mezclándose con el agua de la ducha. Hecho un maldito desastre, dando lastima de lo estúpidamente débil que estaba siendo. Una vez más. Como todos y cada uno de los días que había regresado,

Mis demonios hablaban en mi cabeza. Diferentes tonos, frases y pensamientos, haciendo que mi mente comenzara a girar. Susurrando palabras llenas de veneno en mi interior. Ha este paso, ya debería estar acostumbrado.

Las voces no se callaron. Nunca lo hacían.

Sal de la ducha. Abre la puerta de tu habitación. Ahí estará ella. Durmiendo tranquilamente en tu cama, sin tener que preocuparse por pesadillas o malos recuerdos.

Maldita sea, no es justo. Gruño mi propia voz, dentro de mi cabeza.

Tan solo tendrías que acercarte a ella. Despacio. Tus manos rodeando su cuello, casi cariñosamente. Y cuando tus dedos ya estén rodeándolo por completo... Presiona.

Presiona contra su yugular. Siente como su ritmo cardiaco comienza a estallar ante la falta de aire. Ante el poder que tienes sobre ella. Ella despertara. Oh, sí mierda.

Sus ojos se abrirán horrorizados. Nublados por el dolor y la confusión. Aquellos ojos grisáceos, te mirarían implorando piedad.

Implorando tu piedad, ante lo que le podrás hacer. Sentirás después de tantas semanas, ese placer incomparable al saber que la vida de alguien depende completamente de ti. ¿Recuerdas ese sentimiento de satisfacción infinita, al tener la vida de alguien colgando de un hilo en tu poder? Lo sentirías de nuevo.

Vamos, Harry. Levántate. Sal de la ducha y mátala.

Elimina la culpa, vergüenza y arrepentimiento. Cada segundo, de cada minuto, de cada día desde tu regreso, no puedes mirar a aquella mujer, sin que la sangre comience a bombear violentamente contra tus venas, en un dolor casi físico repleto de culpa. Sus ojos llenos de compasión, no deberían estar mirando los tuyos llenos de pura mierda. No mereces su compasión.