Cincuenta y seis.

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Cancion para el capitulo:

Cuando digo tu nombre: Alejandro Fernandez.

56

LEA'S POV.

"¿M-mañana?" Tartamudeo Ethan, abriendo de sopetón los ojos. Di un paso hacia atrás confusa.

"Creí que era lo que querías." Dije, sintiéndome como una completa idiota por mi impulsividad. ¿En qué estaba pensando?

"B-bueno, claro... Pero no mañana mismo." Rasco la parte posterior de su cuello con nerviosismo.

"Si, yo-" Iba a decirle que había sido inapropiado de mi parte aquello, pero me interrumpió.

"Es decir, hace días ni siquiera podías darme una respuesta coherente y ¿ahora quieres casarte mañana?" Titubeo un poco. Fruncí el ceño.

"No quería tomar ese tipo de decisión tan rápido." Y entonces al decir que lol en voz alta, me hizo sentir aún mas estúpida de lo que me estaba comportando.

"Esto es rápido." Medio río incómodo. Me sentí rechazada. Mis inseguridades creadas por Harry me torturaron ante la mirada incomoda en Ethan.

"L-lo siento." Baje la mirada a mis manos, las cuales se habían aferrado la una a la otra. Mi cuerpo aún demasiado tenso.

"Hey hey," Las manos de Ethan me atrajeron hacia si. Podía sentir su cuerpo abrazándome, pero no sentía su calor. No lo sentía junto a mi. Me sentía a kilómetros. Como si no estuviera aquí. Como si hubiera muerto. "Yo te pedí matrimonio, ¿de acuerdo?"

"Si."

"No pienses que no quiero casarme contigo, es solo que creo que podemos esperar unas pocas semanas para hacer el papeleo y decirle a Noah."

"Si."

"Y ahora pensándolo..." Soltó una carcajada que me hizo sobresaltar. "Ni siquiera estas divorciada aun." Aun abrazada a él y mis ojos sin despegarse del piso del departamento de el, no reaccione a sus palabras. "Una vez que esté listo el papeleo, nos casaremos. Lo prometo."

"Si." No sé por qué no le dije que los papeles del divorcio estaban en mi cajón a unos metros de nosotros. No sé por qué no le dije en donde estaba Harry. No sé.

"Te daré la boda que mereces," Siguió hablando, sin darse cuenta que sus palabras carecían de significado para mí. "No será nada como la pobre boda que tuviste con el." Se separó de mí y me miro a mis ojos sin vida, sonriéndome tiernamente.

"Si." Dije una vez más, haciendo que el sonriera más profundamente. Mis labios no sonreían. Mi ojos no lo miraban amorosamente. No entendía como no se daba cuenta que algo andaba mal conmigo, pero lo agradecía infinitamente. Ethan se inclinó para besarme, pero como lo había hecho infinitas veces en las últimas semanas, mi rostro evito el suyo. Lo hice inconscientemente. Ni siquiera había titubeado en intentar evitar su beso, algo dentro de mi sabía que estaba mal hacerlo.

"No, no," sus manos voltearon mi rostro con delicadeza, haciendo que nuestros labios estuvieran a la par. "Ahora eres mía. " No me gusto la posesividad en su voz, pero no hice nada por evitar sus labios esta vez. Me sentía exhausta. Débil. Sus labios acariciaron brevemente a los míos, mientras estos se quedaron inmóviles. "Ahora ve a dormir. Pareces terriblemente cansada." Acaricio mi mejilla suavemente.

"De acuerdo." Asentí una sola vez. Ethan me sonrió una última vez y me indico con la cabeza que esperaría a que entrara al departamento. Sin esperar nada más, di vuelta y entre al departamento cerrando detrás de mi.

Camine por el departamento, dejando las luces de la cocina y de la sala prendidas detrás de mi. No me importaba. Entre a aquella habitación que tanto detestaba los últimos días y me deje caer en la cama. La habitación está obscura, la puerta abierta y mi ropa seguía puesta, pero me sentía tan drenada que no hice indicio alguno de moverme. Me acosté de lado en la cama, mirando en la obscuridad el cajón de mis calcetines fijamente. Era como si toda la habitación estuviera a obscuras mientras ese cajón brillara. Con una intensidad cercana a dejarme ciega.

el marine [h.s.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora