Cuarenta y cinco.

24.6K 1.5K 245
                                        

                                                                                                                                        45





HARRY'S POV.



"¿Un regalo?" Noah abrió mucho los ojos, cuando le tendí el paquete envuelto. Asentí sonriendo.

"Quiero.." Dios, ¿cómo lo decía? "Quiero disculparme, por no haber aparecido en tu cumpleaños." Los ojos de Noah bajaron hacia el regalo, curioso.

"Mama dijo que mi fiesta me la regalaste tu." Eche una mirada rápida a Lea, quien me miraba expectante. No sabía que haría esto, así que sonreí aún más profundo por haberla sorprendido y por el hecho que Noah considerara una 'fiesta' a una pequeña comida con familiares y unos cuantos amigos.

Estúpido, ¿no es así? Lo ignore.

"Si, pero no pude llegar y te quiero dar esto." Los pequeños dedos de Noah tocaron tímidamente el regalo.

"Gracias." Se levantó del sillón frente a mi y un poco sorprendido recibí su abrazo.

Así que esto era lo que se sentía tener una familia.

No podía ser hipócrita como para decir que jamás lo había sabido. Mi niñez con mis padres y adolescencia con mi abuela, no habían sido en vano. Ni tampoco los pocos años con Lea antes de haberme ido, pero esto era diferente.

Noah no era más un bebé, ni Lea y yo un par de adolescentes sin saber que demonios hacíamos.

Esta vez, éramos una pareja casada, con un hijo de seis años y una vida por delante.

Que conmovedor. Se burlo la conocida voz amarga en mi cabeza y tal y como lo había hecho durante las últimas semanas, la ignore.

Últimamente, los comentarios amargos y burlones de mi subconsciente casi no me dejaban pensar. Estaba desesperado. Patéticamente desesperado. Tanto, que comencé esta misma semana, con 2 terapias semanales con Tyler y había comenzado a tomar pastillas para dormir de nuevo. Esta vez no para evitar hacerlo, sino para hacerlo más profundo. Técnicamente, me desmayaba intencionalmente cada noche con el único fin, de huir de las pesadillas, que al igual que las voces habían regresado.

Sabía que Lea se preocuparía, así que había decidido sufrir en silencio. No valía la pena angustiarla por algo que era problema mío y sólo mío.

Por primera vez desde que llegara, había comenzado a hacer las malditas cosas bien. Estaba decidido en un cien por ciento hacer funcionar mi relación con Lea y Noah... Era casi como sí mi mente me castigara por ello.

Como si me estuviera echando en cara a mi mismo, todas las veces que había dicho seguro que los dejaría. Ni siquiera ahora me arrepentía de pensar así, para ser sincero. Seguía creyendo que estaba siendo estúpidamente egoísta por aferrarme a ellos, sabiendo que habían más probabilidades de que saliera mal a bien. Pero en momentos como estos, mirando el contento rostro de Noah gracias a mi y sintiendo los ojos tiernos de Lea mirándome, nada importaba. Nada en absoluto.

Noah tomo su nuevo juguete y salió corriendo a su cuarto, para comenzar a armarlo. Era un tanque de guerra armable. Reí sacudiendo la cabeza al ver salir a Noah de aquella manera de la sala y después me senté en donde había estado el unos segundos atrás! junto a Lea.

"No quería arruinarlo." Murmure. Lea frunció el ceño.

"¿El que?"

"La 'fiesta'" Hice comillas con mis dedos. "Es por eso que no vine." Admití. "Tenía miedo de terminar metiendo la pata."

el marine [h.s.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora