Cuatro.

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LEA'S POV.

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Junio 15, 2011.

"Ya, ya Noah." Sorbe mi nariz, dejando caer las lágrimas fluidamente de mis ojos. Había dejado de evitar llorar. Era inevitable hacerlo. Había aprendido que al contener las lágrimas no lograba nada más que cansarme mentalmente, para horas después colapsar una vez más, ahogada en llanto.

"Por favor Noah, deja de llorar." Solloce, atrayendo el pequeño cuerpo de mi hijo que no dejaba de llorar, hacia mí.

Recién le había dado de comer. Estaba bañado, limpio y no tendría más de dos horas que había despertado de su siesta, sin embargo no dejaba de llorar fuertemente.

Estaba desesperada. No sabía qué hacer. Una abrumadora sensación de desconsuelo me dejo inmóvil cuando Noah levanto su pequeña cabeza, mirándome con aquello ojos verdes iguales a los de su padre, con dolor. Era como si con sus pequeños tres años, supiera que era lo que estaba pasando. Era como si estuviera compartiendo mi dolor.

Aun sollozando, subió una pequeña y temblorosa mano a mi rostro, tocando mis lágrimas. Su pequeño rostro se contrajo, mientras lloraba aún más.

Me abrace más fuerte a él, intentando mitigar el dolor. Intentando que la terrible sensación de desesperación y devastación pasara aunque sea un poco, pero al abrazar a Noah y sentir una pequeña parte de Harry abrazada a mí, no hizo nada, más que destrozarme al doble.

<<knock knock>>

Un par de toques a la puerta nos sobresaltaron. Mi cabeza comenzó a sacudirse en dirección hacia la puerta, como si la persona detrás de esta pudiera verme. No quería ver a nadie. Tan solo había pasado una semana, era demasiado pronto.

La muerte de Harry había sido primera noticia en todos lados. 'Muere sargento de los Marines E6, Harry Styles en ataque en Afganistán.'

Personas que ni siquiera recordaba conocer, llamaban para 'darme sus condolencias'. ¿No entendían que en vez de apagar el fuego dentro de mí, solo lo encendían aún más?

Había pedido a las pocas personas que realmente importaban que no me llamaran. No me visitaran, ni intentaran contactarme. Había desconectado mi teléfono para evitar más llamadas y únicamente mandaba un mensaje de texto a Mama con nada más que un 'buenas noches' para que supiera que había sobrevivido un día más.

Enterré mi rostro en los rizos de Noah, escuchando los toquidos en la puerta seguir resonando una y otra vez en el departamento. Me sentía mental y físicamente exhausta.

Había tenido que recurrir a pastillas para poder alcanzar el sueño y ni siquiera ahí, en la inconciencia podía descansar. Mis sueños <<o pesadillas>> durante la última semana me habían llevado siempre a Harry.

La frase 'prometo que regresare" me atormentaba entre sueños, hasta que en algún momento agradecía al despertar gritando en mi cama. O en el sillón, la mesa de la cocina, junto a la cuna de Noah, o donde hubiera colapsado antes de dormir.

Levantándome de un tirón, aun cargando a Noah camine a pasos monótonos hacia la puerta, incapaz con el dolor de cabeza mezclado con los fuertes toquidos a la puerta.

"¿Que..." La frase se quedó incompleta, cuando al abrir la puerta; me di cuenta que no era mi madre o Mia, la persona que tocaba.

El esfuerzo de reprimir las lágrimas frente al desconocido hombre frente a mí, hizo que las pulsaciones de mi corazón martillaran mi garganta en un dolor agonizante.

el marine [h.s.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora