Sesenta y dos.

25.5K 1.4K 402
                                    

62

HARRY'S POV

No estaba seguro de cuánto tiempo llevaba sentado afuera del edificio, simplemente mirando hacia la nada. Cobardemente incapaz de decidirme sobre que decir o hacer, al ver a Lea por primera vez después de estos casi dos meses.

Había pedido salir de Afganistán lo más pronto posible y así había sido, pero como siempre algo tenía que salir fuera de lo esperado. El vuelo en donde habíamos hecho parada en Francia se había retrasado, así que habíamos llegado a Washington diez horas después de lo esperado.

Ahora, después de minutos interminables, no hallaba las palabras necesarias para expresarle a Lea y a Noah todo lo que había pasado.

No sabía si sería capaz de mirarla a los ojos.

Aquellos ojos que tanto habían llorado por mi culpa...

A pesar de haberle prometido que la cuidaría siempre, había terminado siendo la persona que más la había herido. Más que incluso su padre. Más que nadie.

¿Cómo podía ir ahora a decirle que los quería de regreso?

¿Cómo podía pedirle que me abriese la puerta siquiera?

Habían pasado ya dos meses. Para esta altura, debemos estar divorciados ya.

Una ola de coraje hacia mí mismo, me hizo estampar mi puño contra el volante. Mi nivel de estupidez rebasaba todos los límites. Ahora que tenía mi mente más despejada, no era capaz de comprender como había sido tan increíblemente estúpido como para decir y hacer tantas de las cosas que dije e hice en el pasado.

Ahora, sentado afuera de la que una vez fue mi hogar, sigo sin poderme creer lo injusto y egoísta que soy, esta vez por siquiera pensar en volver a tenerlos en mis brazos a ambos. ¿Con que cara puedo pedirles que me reciban de vuelta?

Talle mi rostro con pesadez con ambas manos y deje salir un suspiro pesado.

El viejo Harry había muerto, de eso estaba seguro. El viejo muchacho ingenuo y bueno en su totalidad, había desaparecido. Esa persona ya no existía, pero tampoco existía ya el monstro en el que me había convertido en los últimos meses. Aquella persona despreciable, arrogante y cruel, había desaparecido.

La persona sentada en este carro, era alguien mejorado.

Había aprendido a que no todo era color blanco, pero tampoco negro. He aprendido que aunque no puedes ir por la vida fingiendo que todo es color rosa, tampoco deber ser un manipulador hijo de puta.

He encontrado mi propio balance.

Y ahora, así como he aprendido a perdonar, necesito que me perdonen.

Necesito urgentemente, que alguien me sostenga entre sus brazos y me diga que todo estará bien. Necesito que alguien se lleve el vacío que aún hay en mí.

Y ese alguien, no puede ser nadie más que Lea Styles... o Stuart.

Mordí con fuerza mi labio inferior, imaginándome a Lea firmando los papeles del divorcio. Imaginando sus pequeñas manos tomar con fuerza la pluma. Sus ojos llenos de lágrimas y su pecho ardiendo en dolor.

Aquella imagen casi en llevo al borde de la locura, así que con determinación, salí del carro de un solo movimiento.

Una de las millones de cosas que había aprendido, es que la vida es demasiado corta e impredecible. En un momento, tu vida puede ser arrebatada de tus manos. Nosotros ya habíamos perdido demasiado tiempo, como para ser desperdiciado en mi acobardamiento.

el marine [h.s.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora