Capítulo 41

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- Katniss.

Doy un salto al notar lo cerca que está el sonido y miro a mi alrededor como loca para localizar su origen; tengo el arco preparado, pero nada a qué disparar.

- Katniss.

Aunque los labios de Peeta apenas se mueven, no cabe duda, el nombre ha salido de él. Me quedo mirándolo con el ceño fruncido, ¿Qué es lo que le pasa? Peeta parece estar programado para responder ante el coro de siseos, para unirse a la caza. Está empezando a ponerse nervioso. De repente se sienta, abre mucho los ojos y exclama, casi sin aliento:

- ¡Katniss! -Vuelve rápidamente la cabeza hacia mí. -¡Katniss! ¡Sal de aquí! Vacilo. Suena alarmado.

- ¿Por qué? ¿De dónde sale ese sonido?

- No lo sé, sólo sé que tiene que matarte -dice Peeta-. ¡Corre! ¡Sal de aquí! ¡Vete!

No hago nada solo unos instantes, ya que inmediatamente decido confiar en Peeta y emprender la marcha, veo que realmente no traemos armas más las que estábamos usando para las propos, Finnick su tridente, Jackson y Cressida armas de fuego, Gale y yo los arcos y Johanna su hacha, ¿eso será suficiente?

- Sea lo que sea, viene a por mí. Quizá sea buen momento para dividirnos –digo pensando que lo mejor será apartar a los demás del peligro.

- Pero somos tu protección -protesta Jackson.

- Y tu equipo -añade Cressida.

- Yo no me voy -dice Gale. Frunzo el ceño, veo a Johanna, Finnick y Peeta quienes no dicen nada pero seguro están en la misma posición.

No protesto ante su decisión. Al salir de la habitación, el siseo se hace más claro. Sin embargo, también puedo localizar mejor de dónde sale: están detrás de nosotros, todavía a cierta distancia. En teoría debemos llevarles bastante ventaja a lo que sea que haya soltado, aunque seguro que son mucho más veloces que nosotros. Recuerdo las criaturas de aspecto lobuno de la primera arena, los monos del Vasallaje, las monstruosidades que vi en televisión a lo largo de los años, y me pregunto qué forma adoptarán estos mutos. Lo que Snow crea que me asustará más.

El corazón empieza a latirme a mil por hora ante estoy pensamientos, los cuales los pongo a un lado, si nos movemos de prisa, quizá lleguemos a la mansión de Snow antes de que nos alcancen los mutos.

Después de avanzar aproximadamente 3 cuadras escuchamos gritos, nos paramos por unos instantes escuchando y de repente me llega un olor... un olor que me hace vomitar. Todos se quedan mirándome espantados, Gale se pone detrás mío y me soba la espalda.

-¿Katniss estas bien? –pregunta preocupado

-Sí... es solo el olor... -digo sintiendo arcadas de nuevo – son rosas... vámonos de aquí.

Volvemos a ponernos en marcha, empiezan a denotar muchas vainas por el camino, ahora este túnel que al principio fue una buena idea empieza a ser la peor idea del mundo, en este momento lo único que quiero es ir a la superficie y pareciera que Cressida lee mis pensamientos porque grita que nos guiara hacia afuera.

Justo cuando encontramos una manera de salir, veo las escaleras que dan para la superficie también puedo ver claramente a los mutos. Son una mezcla de humanos y lagartos con vete a saber qué más. Tienen una piel blanca y prieta manchada de sangre, y garrasen vez de manos y pies; sus rostros son un batiburrillo de rasgos incongruentes. Bufan y chillan mi nombre mientras se estremecen de rabia. Agitan rabos y garras, se arrancan así mismos y entre sí enormes pedazos de carne con sus bocas llenas de espuma.

Katniss Y Peeta--Sinsajo--Historia AlternativaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora