Capítulo 8: Un plan inspirado de una broma.

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Algunos dirían que la clase favorita de Alessandro Tremaine era la que su abuela impartía. Planes Malvados y Trucos Sucios, daba cátedra en exactamente en la planificación, estrategias, organización, creación y ejecución de planes malvados y trucos sucios, obviamente. Desde que la mejor estudiante de la clase se había ido, Mal —esa maldita traidora— era la que más destacaba allí. Pero ya no estaba allí. Así que Alessandro como todo buen villano aprovechó la oportunidad de que su rival se haya alejado.

—Hola terribles niños —dijo Lady Tremaine entrando a la habitación con un chasquido de sus enaguas y dando una mirada aburrida en la clase frente a ella—. Hoy vamos a trabajar en un plan malvado, pero esta vez describirán la planificación detalladamente, las estrategias para lograrlo y como ejecutarlo, además de un plan de emergencia por si acaso. La meticulosidad y la extrema planificación serán evaluadas. Debo decir que el estudiante de la clase recibirá un crédito extra de puntuación, y no tendrá que hacer exámenes por más de dos semanas completas. Y recibirá un cuadro de honor entre los estudiantes más malvados de Dragon Hall.

Los estudiantes frente a ella se emocionaron.

Alessandro se emocionó, era una buena recompensa. Estar entre esos cuadros de honor del mal, era como ser un nuevo jefe. Como ser temido en la escuela.

—Así que manos al plan malvado, y que el peor de todos de gané —Lady Tremaine.

—Alessandro, ¿cómo vas con tu plan malvado?. Me estoy quedando si creatividad, dame un tentáculo para impulsarme —Ulises estaba sentado al lado de Alessandro.

Algo para Ulises, ¿qué podía hacer por el hijo de la Bruja del Mar? Alessandro nunca dudo en ofrecer ayuda a la hora de esparcir el mal.

—¿Vives cerca de un muelle, no?, cubre los tablones con limo viscoso y coloca unos anzuelos afilados, allí tienes, más ayuda imposible —dijo Ulises.

—Genial, ya me inspiré, te debo una, hombre —Ulises chocó puños con Alessandro.

Había ayudado a Ulises, pero ahora tenía que pensar algo para él. Alessandro entrecerró los ojos mientras pensaba. ¿Ratas y cucarachas en la comida de la cafetería?, nah, eso sería como servirles la comida que dan todos los día. ¿Cambiar los químicos por químicos explosivos y corrosivos en la clase de Ciencias Extrañas?, no, eso sería como algo que haría los jueves, y además Zyma se daría cuenta. ¿Soltar unos cubos de pintura magenta en el baño de hombres?, menos, eso sería cosas de niños.

Alessandro se estaba frustrando. Algo malvadamente bueno se le debía ocurrir. Como si lo que había pensado anteriormente no fuera lo suficientemente malvado y desagradable.

No encontraba inspiración, ¿qué le estaba pasando?

Mientras él pensaba, y unos estudiantes lo acompañaban en la misma actividad. Algunos ya estaban escribiendo en sus hojas de papel amarillento.

El que planifica rápido, rápido sale perdiendo, Alessandro pensó.

Un Anthony Tremaine con perfil bajo entro al aula, Lady Tremaine parecía que no se había dado cuenta, estaba distraída leyendo el periódico de la ciudad.

Anthony estaba usando un gorro de tela rojo oscuro, que cubría todo el cabello de su cabeza. Alessandro sonrió para sí mismo, luego le dio un codazo a Ulises. —Mira esto —el pelirrojo tenía los ojos brillando de malicia.

Anthony tomó asiento delante de su hermano.

—¿Que sucede? —Ulises preguntó en voz baja.

—Ya lo verás —Alessandro estaba inclinándose hacia adelante lentamente hacia Anthony. Movió lento pero seguro su mano hacia el gorro de Anthony.

La Descendencia de la Isla de los PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora