Capítulo 16: El comienzo de algo nuevo

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Alessandro se emocionó, les pidió a Ulises, Zyma, y Regina que fueran a las tiendas y compraran latas de pintura en aerosol de colores magenta y negro. Él les entregó el dinero. Como líder esta eran partes de su responsabilidades con sus demás secuaces. Al llegar, los niños villanos parecían confundidos al traer tanto material de pintura.

—Antes de embarcarnos en esta misión, ¿alguno de ustedes sabe manejar una espada, o conoce como disparar un arma? —preguntó Alessandro, al ver el montón de latas de pintura de aerosol.

—Yo si, vivo cerca de muelles de piratas, aprendí viendo a otros y por mi hermana menor —Ulises parecía emocionado.

—Yo, solo se manejar una daga que mama me regalo, dice que casi la usó para destruir a ese tal Kuzco —Zyma sacó debajo de su falda una daga.

Regina parecía muy soberbia. —Por favor, es obvio que si, soy la hija de una reina que le gustaba decapitar, se cortar cabezas con espadas, hachas y guillotinas. En casa tengo una hacha tan agilada que me regalo el verdugo que contrató mi madre —ella resopló sus uñas.

Alessandro sonrió, esta actitud era la que necesitaba. Seguridad y soberbia. —Bien, primero que todo, saben que si salimos ahorita a tomar algo que ya pertenece a otros, probablemente tengamos que pelear —su voz sonaba seria y confiada.

Los tres asistiera.

—Entonces... Guarden estas latas de aerosol en mi mochila —dijo Alessandro pasando un mochila de cuero negro gastado—. Ahora, vamos a la plaza central.

—Alessandro espera, no podemos ir desarmados, tenemos que hacer algo si llegaran a hacer una emboscada —Ulises parecía un tanto inseguro.

—Es cierto. Quédense aquí, ya vuelvo —Alessandro subió rápidamente las escaleras.

Después de cinco minutos bajo muy confiado con lo que parecía ser una mochila muy larga. —Toma Ulises —Alessandro le lanzo una espada—. Regina esto es para ti —les lanzó una hacha de esas que se usan para decapitar, tenía un filo increíble, y Regina lo sabia—. Zyma ya tienes tu daga, de todos modos se que tienes otros métodos para defenderte —él señaló un bolso lleno de frascos redondos—. ¿Están listos?

—Listos —gritaron los tres niños villanos a coro.

Alessandro salió de la peluquería, junto con su gente a los lados. Mientras caminaba al bazar central, sonrió para sí mismo, este era su inicio. Su momento. Era su rebelión. Su ascenso.

Había llegado bastante lejos, tenía un equipo, expertos en el arte de dañar. Tenían las armas y las ganas. ¿Que más podía pedir?.

Mientrascaminaba en las calles, por primera vez en su vida no sintió que toda su vidafue un completo y absoluto fracaso. La emoción llenaba su mente, tan emocionadoestaba como una hermanastra malvada podía estar al quedarle una zapatilla decristal.    

La Descendencia de la Isla de los PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora