La Descendencia de la Isla de los Perdidos

Capítulo 18: El reto

Cuando llegaron al central de la Isla de los Perdidos Alessandro sacó todas las latas de pintura en aerosol y comenzó a tachar los antiguos lemas de: ¡NOS VAMOS CON LA MAREA! de la pandilla pirata de Uma. Primero puso una capa de colores negro, y luego coloco en magenta brillante: ¡EL MAL AÚN VIVE! junto con las siglas de A.T. Comenzaron a cubrir cada rincón y símbolo de la Isla de los Perdidos, borrando y dejando atrás el antiguo lema pirata por uno nuevo. Pasaron por los muelles, por las tiendas, por las escuelas.

El equipo de Alessandro Tremaine sonreía, la perversa emoción se notaba en sus rostros. Él sonrió débilmente para ellos.

—Listo, ni un solo lugar en esta isla esta sin cubrir con mi lema —dijo Alessandro, finalmente habían cubierto la Isla con su lema, estaban todos en el restaurante de la mama de Ulises.

—¿No te parece extraño que nadie se nos haya alzado? —Ulises preguntó mientras traía una tanda de almejas fritas para el grupo.

—Quizás nadie se atreva a retarme —Alessandro resopló sus uñas.

Comenzaron a devorar las almejas fritas, Ulises prefirió no comer, sabia lo que tenían esas almejas, y no era solamente mantequilla para freírlas.

Cuando Alessandro Tremaine se echó los pies sobre la mesa y se inclinó para atrás en su silla un garfio tan brillante como la plata se clavó en la mesa. Alessandro se sobresaltó, y miró hacia atrás,Harry Hook lo miraba con una sonrisa oscura.

—Vaya, vaya, vaya. Pero miren lo que tenemos aquí, un nieto de una madrastra, una princesa, un brujito marino, y una nerd de química —Harry Hook miraba con un brillo malicioso a los cuatro niños villanos.

Todos se levantaron de las mesas, y se escondieron detrás de la espalda de Alessandro. Desde que Uma se había ido de la Isla, Harry Hook —su segundo al mando— se había vuelto el líder de la ciudad, y tenía una reputación que hacia temblar a cualquier niño villano. Pero Alessandro no era cualquier niño villano.

Harry rió al ver a los tres niños villanos detrás de Alessandro. —Asi que este es tu equipo?. Pensé que si alguien se atrevía a borrar los lemas de mi pandilla, seria alguien lo suficientemente fuerte. Pero ya veo que no tengo competencia —Harry dijo muy sonriente.

—Lo siento mucho, Harry. Pero Uma no esta, y no hay nadie a cargo, y alguien debe encargarse de este lugar —Alessandro parecía calmado y tranquilo.

—¿Y es que no observas al líder de esta isla? —Harry dio una vuelta sonriendo.

—¿Donde? Yo solo veo a un mocoso con un garfio y un montón de piratas atrás de él —Alessandro miró hacia atrás de Harry.

Harry rió fuertemente, en cuestión de segundos intento poner el garfio en el cuello del pelirrojo, pero Alessandro tan rápido como siempre lo agarro con las manos. —Muy lento, Harry.

—Sabes que puedo hacerte daño —Harry halo su garfio de los dedos de Alessandro, luego acarició lentamente la mejilla del pelirrojo.

—No si Uma te da permiso —dijo Alessandro.

—Uma no está, y yo puedo mandar —Harry seguía acariciando a Alessandro con su garfio, luego lo puso cerca de su cuello.

—Deja de hacer falsos espectáculos frente a la tripulación de tu no-novia. Ahora que estas solo en esta isla, ¿dónde estará tu chica turquesa para consolarte? —Alessandro puso una cara triste.

Las palabras apenas habían salido de la boca de Alessandro cuando ya Harry estaba sacando su espada, listo para herir.

—Alto, ¡Nada de duelos! ¿Que no ven el letrero? —Úrsula apareció cerca del grupo.

Todos se giraron para ver a la vieja Bruja del Mar, estaba usando un vestido ceñido azul oscuro, con turquesa. Sus tentáculos se agitaban en el suelo. —Si van a pelear, lárguense de aquí —Úrsula apuntó a la puerta de entrada—. Y tu Ulises, pon respeto en este lugar —añadió ella mirando a su hijo. Luego se fue, sus tentáculos pesados resonaban al arrastrarlo para caminar.

—Te salvas de que Úrsula llegó —Harry miró a Alessandro.

—¿Crees que te tengo miedo? Arreglemos esto, mañana a las 11:30 pm en el muelle pirata, tu y yo, el perdedor cede su territorio, y el ganador se lo lleva todo —Alessandro no tenía miedo, su voz parecía seria y arrogante.

—Hecho. Vas a perder —Harry salió del restaurante junto con su pandilla de piratas.

—Ustedes son unos cobardes —Alessandro se giró hacia su equipo.

—Sabes que Harry Hook es aterrador —Regina parecía nerviosa—. ¿Sabes lo que acabas de hacer?

—Sí,esto era exactamente lo que quería —Alessandro Tremaine sonreía malvadamente.