Capítulo 44: De regreso a Auradon

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Carlos y Ben se apresuraron lo más rápido posible por entrar a la habitación de Carlos. Su impresora 3D era la solución y una gran parte de su plan. Pero cuando abrieron la puerta encontraron a nada más y nada menos, que a Chad, el Príncipe Encantador Junior, usando una corona exactamente a la de Ben.

—¿Esa es mi corona? —preguntó Ben un poco confundido, señalando los rizos dorados del príncipe.

Chad se dio vuelta rápidamente, y se quitó la corona de la cabeza. Sonriendo muy incómodamente ante la situación.

—De hecho, es una copia exacta —dijo.

—¿Por qué esto es extremadamente incómodo y raro? —preguntó Ben.

—¿Chad, no te prohibí entrar a mi habitación? ¿Como abriste la puerta? —quiso saber Carlos.

—Puede que Jay me haya enseñado algún truquito sucio de la Isla —respondió—. Esperen una zapatilla de cristal, ¿por qué vistes como un cantante de rock? —señaló a Ben.

Ben miró a Carlos.

—Porque... Estamos haciendo una fiesta de disfraces —mintió Ben.

—¿En serio? ¿Dónde? —preguntó Chad interesado.

—En... El Bosque de Sherwood —Carlos soltó rápidamente.

—¿Y por qué regresaron? —preguntó el hijo del Príncipe Encantador.

—Se nos olvido algo —mintió Ben.

—El Bosque de Sherwood está a cuatro horas de aquí y ustedes se devolvieron por algo que olvidaron —Chad arqueó una ceja.

—Sí. Chad tienes que irte —instó Carlos—. Ahora.

El Príncipe Encantador Junior caminó hasta la puerta.

—Chad —dijo Ben.

Él se giró.

—¿Qué? —preguntó.

—La corona —Ben extendió la mano.

—Está bien —Chad entregó la imitación de la corona, suspirando profundamente.

Algunas cosas no cambian.

—No quiero que Carlos tenga que poner un sistema de alarmas en su puerta —dijo Ben frunciendo ligeramente las cejas.

Él rodó los ojos.

—De acuerdo, no volveré a entrar.

Cuando Chad salió, Carlos enseguida introdujo el código de Varita Mágica del Hada Madrina en su teléfono y lo envió a la impresora.

—¿Tardará mucho? —preguntó Ben.

—Puedo ponerla en modo rápido. Pero puede sobrecargarla y dañarla —dijo Carlos.

—La vida de Mal espera, Carlos —Ben estaba preocupado, la vida de su novia, estaba en riesgo, bueno si es que aún eran novios.

—¡Está bien, está bien! —dijo—. Déjame ver qué puedo hacer.

Carlos programó la impresora a modo rápido. Ben miró asombrado como la Varita Mágica aparecía ante sus ojos. Tan rápido como permitía. Después de una hora, la varita estaba lista. Carlos la sacó.

—Aquí está, la copia de la varita más poderosa de Auradon —dijo—. Ahora dejame hacerle una modificaciones.

Ben observó como Carlos vaciaba cantidades de pólvora y un mechero en el interior de la varita, le hizo un agujero pequeño por un costado y lo selló con una masa moldeable. Carlos era un chico muy inteligente, y astuto. Eso era obvio, incluso para Ben.

—¡Listo! —exclamó—. Vámonos de aquí.

Ben y Carlos se apresuraron a salir de los dormitorios de la Preparatoria de Auradon, pero fueron detenidos por Audrey, quien los vio salir del edificio.

—Hola chicos —dijo ella.

—Hey, ¿que tal todo Audrey? —preguntó Carlos.

—Bien, supongo. ¿Por qué Ben viste como un hijo de un villano? —respondió y luego señaló, con mucha curiosidad en su mirada a Ben.

—Es... la nueva tendencia. Realeza villanesca —respondió Carlos.

—¿Oh sí? Bueno, supongo que ustedes trajeron estas nuevas modas a Auradon. Tendré que pedirle a Evie que mi diseñe un vestido a la «realeza villanesca» —dijo ella.

—Tenemos que irnos —Ben trató de alejarse—. Nos vemos luego, Audrey.

—¿A dónde van? Tengo algo muy importante que decirles, algo de suma importancia para el reino —ella parecía muy preocupada por su tono de voz.

—¿Qué sucede? —preguntó Ben tomándola en serio. ¿Audrey vio a un hijo de villano salir de la Isla? ¿Robaron la Varita Mágica original? ¿La barrera de la Isla se había debilitado, y ahora venían tropas de villanos a Auradon? ¿Qué podía ser muy importante?

—¡Evie no ha terminado mi vestido para el Baile en Honor a los Héroes de Auradon! —Audrey sonó muy dramática.

Ben miró a Carlos, y ambos rodaron los ojos. Incluso sus mirada compartidas decían: «¿Es en serio?»

—Um, Audrey, cuando la vea le diré. ¿De acuerdo? —dijo Carlos.

—¿Y Evie? ¿Y Mal? ¿Y los demás dónde están? No los vi ayer, o hoy —preguntó Audrey muy curiosa.

—Estamos todos en una fiesta en el bosque de Sherwood —volvió a mentir Ben—. Y nos tenemos que ir pronto, porque olvidamos algo. Hasta luego, Audrey —despidió a la primorosa princesa rápidamente.

Pero la princesa rosa no se dejaría despedir tan fácilmente.

—¿Qué no es Chad el que viene para acá? —Ben usó esa estrategia para alejar a Audrey, mientras apuntaba hacia la puerta de entrada.

Y funcionó, porque la hija de Aurora comenzó a alejarse lo más rápido posible.

—Uff eso estuvo cerca, hoy es el dia en donde nos encontramos con todo el mundo —dijo Carlos cuando se alejaron de la princesa.

—Si quieres alejar a Audrey de un sitio, dile que Chad se acerca y saldrá corriendo —bromeó Ben.

Ambos chicos compartieron una sonrisa mientras se montaban en la limusina real y conducían de regreso hacia la Isla.

***

Evie esperaba muy ansiosa cerca del viejo garaje a los chicos, cuando divisó la limusina a lo lejos su pulso se calmó.

—Por fin están aquí —dijo cuando Ben y Carlos llegaron hasta donde estaban.

—¿Tienen las espadas? —preguntó Ben.

Jay asintió.

—Las busqué por unos muelles mientras las chicas conseguían las bombas —dijo.

—¿Están listos para esto? —preguntó Freddie.

Todos asintieron con la cabeza, y se fueron caminando al Castillo de las Gangas. 

La Descendencia de la Isla de los PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora