Capítulo 36: El rey y el hijo del dios

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Freddie Facilier apenas podía respirar después de esa larga corrida que realizó. Su corazón latía con fuerza.

—¡Que suerte que nos hubieran enseñado a escapar y escabullirnos en la clase de educación física de Dragon Hall! —comentó a los demás mientras respiraba, y se colocaba una mano en el pecho.

Todos respiraban rápidamente tratando de tomar una buena bocanada de aire.

—Me alegra haber practicado Tourney, me enseñó a ser más rápido —dijo Ben quien parecía más calmado.

—Sí. Que bien por ustedes, pero mi maquillaje se corrió y mi cabello esta desordenado —dijo Evie viendo su reflejo en su pequeño polvo compacto.

—¿Realmente te preocupa eso? Estamos en una isla llena de villanos que nos odian, y tú solo te preocupas de un maquillaje corrido y una melena esponjada —Freddie rodó los ojos.

—¡Hey!, soy la hija de la Reina Malvada. Mi apariencia me preocupa, no obsesivamente, pero me preocupa cómo me veo. Así soy yo. No te juzgo porque te gusta disecar sapos o algo así —Evie alzó los hombros.

—No me gusta disecar sapos. Mi papa transforma a príncipes en sapos, ¿por qué todos lo olvidan? —dijo Freddie rodando los ojos.

—Me parece irrelevante hablar sobre ello ahora, Evie —dijo Ben.

—Sí. Busquemos a Mal, debe estar allá arriba —dijo Carlos.

—Yo iré a buscarla para que baje —Jay comenzó a subirse por las diferentes estructuras del edificio—. Manténganse alerta —gritó desde lo alto.

Todos asintieron. Después de dos minutos, Jay bajo otra vez, y Mal no lo acompañaba.

«Ummm... ¿Y Mal?», pensó Ben.

Jay parecía un tanto preocupado.

—Mal no está aquí —dijo.

—Y tampoco la encontrarán cerca de aquí —dijo una voz detrás del grupo.

Todos se sorprendieron y subieron la guardia automáticamente. Ejem, digamos mejor, todos excepto Freddie. Ella conocía esa voz a donde fuera. Tenía que ser...

—¡Hadie! —exclamó.

—¡Freddie, Carlos, Jay, Evie! —dijo él muy emocionado —. Han vuelto

—¡No hables tan duro! —Freddie murmuro—. Sabes que aquí las paredes tienen oídos.

—Lo siento —Hadie murmuró—. Preguntaron por Mal, ¿no? Bueno la vi en el Castillo de las Gangas.

—¿Seguro? —Ben no pudo evitar preguntarle.

Hadie lanzo una mirada a Ben, lo miro de pies a cabeza.

—Esperen un momento. Yo creo que te conozco —sus ojos de entrecerraron. Luego se agrandaron al ver que estaba hablando con el... —¡rey Ben! ¡No puedo creerlo!

Todos le dijeron a Hadie que bajara la voz.

—Lo lamento mucho —se disculpó otra vez. Estiró su mano a Ben—. Es un gusto conocerlo, mi nombre es Hadie, hijo de Hades.

Ben la estrecho con una sonrisa. Era agradable encontrar personas amables en este lugar.

—Creo que he escuchado de tu padre —dijo.

—Quizás lo conozcas como el dios del Inframundo, y el Señor de la Muerte —dijo Hadie.

—Oh, si ya lo recuerdo, el hermano de Zeus —dijo Ben.

—Debo decir, que me alegra conocer a la persona que cambió el destino de mi vida —Hadie le dio una sonrisa a Ben.

—¿Si? —Ben parecía intrigado.

—De no ser por su proclama real y su decisión de dar una segunda oportunidad, yo no hubiera descubierto quien soy en realidad —Hadie parecía orgulloso de lo que decía.

—¿Y quién eres? —preguntó Ben.

—No soy solamente Hadie, hijo de Hades, soy alguien mas que la sombra de mi padre, puedo decirle eso. No tengo que hacer lo que mi papá quiere que haga —Hadie respondió—. Diré lo más arriesgado en este sitio. Soy bueno.

Ben se sorprendió y alegró al mismo tiempo. Los demás lo miraron. Su modo de pensar fue quien hizo que muchos chicos como Hadie descubrieran quienes podrían llegar a ser, sin tener que seguir el camino del mal.

—Me alegra, me gustaría que fueras a Auradon. Chicos como tú, son los que hacen falta para cambiar al mundo —Ben colocó su mano en el hombro de Hadie.

Él le devolvió una sonrisa.

—Bueno, nos gustaría quedarnos a hablar más, pero tenemos que encontrar a Mal —Jay dijo.

—Vayan al Castillo de las Gangas, ella debe estar allá —dijo Hadie.

Todos se despidieron del hijo de Hades y siguieron su camino hasta el Castillo de las Gangas. Ben pensó en lo genial que fue conocer a Hadie. Ojalá todos los hijos de villanos fueran como él.

La Descendencia de la Isla de los PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora