A la mañana siguiente, Evie se despertó para iniciar los preparativos para el Baile en Honor a los Héroes de Auradon. Había enviados todos los vestidos, y accesorios para tener todo listo. Todo estaba listo...
A excepción de uno que diseñó especialmente para una clienta especial.
Un sonido de «toc toc» llegó a los oídos de Evie mientras quitaba las pelusas de un vestido.
—¡Evie! —exclamó Dizzy cuando abrió la puerta.
—¡Silencio! —murmuró en voz baja—. Mal aún duerme, D.
—Está bien, entendido —alzó un pulgar.
—Pasa entonces —Evie le indicó.
***
—¡Es maravilloso! —dijo Dizzy observando la maravillosa creación en el espejo.
—Gira por favor, déjame ver cómo se mueve la tela.
Dizzy comenzó a dar giros sobre sí, y el vestido parecía una flor dando vueltas en el viento en una cálida tarde de verano.
—Me parezco a mi madre —comentó la hija de la hermanastra, prácticamente maravillada ante el diseño. El vestido era casi una réplica exacta del mismo vestido que había usado Drizella cuando asistió al baile real, claramente Evie le había hecho algunas modificaciones para adaptarlo a la edad de Evie y modernizarlo. Eliminó las mangas abombadas y arruchadas sustituyéndolas por unas planas de encaje verde limón, cambió el polizón y añadió más volumen a los lados. Entrecruzó las telas y acortó el largo de la falda para hacerlo más cómodo. Verdaderamente, Dizzy se veía como la versión más joven y moderna de Drizella. Elegante y soberbia como toda una Tremaine.
—Me alegra que te guste —Evie esbozó una sonrisa—. Y con tus accesorios quedará espantacular.
Dizzy chasqueó sus dedos.
—Oh por supuesto que quedará fabuloso con los accesorios, amiga. Los diseñé yo —alardeó.
Evie soltó una risita entre dientes buscando un perchero y una bolsa para resguardar su creación, mientras Dizzy empezó a quitarse el vestido.
—Oye, ¿en dónde estuvieron ayer? Los estuve buscando y no los encontraba por ninguna parte —comentó Dizzy mientras se colocaba sus gafas.
La pregunta hizo que Evie se diera vuelta rápidamente. Dizzy enseguida la miró fijamente, y la hija de la Reina Malvada sabía que ya no había vuelta atrás, reaccionó bruscamente, y como hija de una villana, Dizzy leyó esa reacción brusca. No podías mentirle a quien ya sabía de mentiras.
—Problemas en la Isla, ¿cierto? —la nieta Tremaine suspiró y arqueó una ceja.
—Sí —respondió la descendiente de monarca.
—¿Uma otra vez?
—No.
—¿Entonces, quién o qué? —quiso saber Dizzy.
—Uno de tus familiares —respondió Evie.
—Evie, cariño, ¿sabes cuántos familiares tengo? Sé específica —preguntó con una risita que alivió un poco el ambiente.
Evie también soltó una sonrisa inconscientemente.
—Cierto —dijo. Luego carraspeó—. Alessandro.
El nombre apenas hizo salir de su boca y ya Dizzy empezó a sentirse incomoda, incluso soltó un leve «oh» de impresión y susto.
—No te preocupes, D. Ya resolvimos ese problema en la Isla —tranquilizó Evie.
—¿Están seguros que se deshicieron completamente de él? ¿Qué se quedó en la Isla? —preguntó.
—Sí, por supuesto. No creo hubiera manera de que escapara —respondió—. No te preocupes, Dizzy —volvió a repetir.
¿Que no se preocupara? ¡Já! Tenía que estar más preocupada que nunca. Era de Alessandro Tremaine de quien Evie le estaba hablando, el peor primo que ha conocido. Dizzy conocía perfectamente (y temía) de lo que era capaz. En momentos como estos, Dizzy sentía que su pasado y familia en la Isla la volvía a seguir. Creyó no volver a ver o tener que saber de su malvada familia. Pero como decía su abuela: «Yerba mala nunca muere». Definitivamente, aquí había una zapatilla de cristal que no encajaba en un pie. Y Dizzy podía sentirlo, había Lucifer encerrado.
—Evie —dijo finalmente suspirando mientras le pasaba su vestido.
—¿Dime?
—No bajes la guardia, ¿de acuerdo? Solo prométemelo.
—Está bien —Evie no entendía la preocupación de Dizzy. Todo estaba bien como siempre, ¿no? El bien triunfante ante el mal, ¿verdad?
—Bien, nos vemos dentro de dos horas para irnos al baile. Nos veremos allá —dijo Dizzy saliendo de la habitación.
—Nos vemos más tarde, D.
***
Dizzy caminaba preocupada por los pasillos vacíos de la Preparatoria de Auradon. Su primo otra vez estaba causando problemas, y arrastrándola a ellas.
—¿Que no se cansa? —dijo a sí misma.
De repente, un ruido se escuchó por el camino a su habitación. Se volteó. Todo parecía en orden, los cuadros de princesas colgados en la pared. Las estanterías con trofeos, y la alfombra roja habitual. Eh, a lo mejor estoy paranoica, pensó. Y siguió caminando.
De repente el aire y la temperatura se hicieron más fríos.
—¿Pero qué...? —observó cómo el aliento de su boca se transformaba en una nube que se expandía por el ambiente—. ¿Y este frío tan repentino?
—¿Que tu abuela no te enseñó que las damas no hablan solas? —preguntó una voz que Dizzy no pudo visualizar de quién era.
Pero no necesitaba ver para saber. Esa voz profunda, soberbia, e intimidante la conocía perfectamente.
Una mano fría y húmeda se posó rápidamente en el hombro de Dizzy, y se quedó estupefacta al escuchar:
—Hola,prima.
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La Descendencia de la Isla de los Perdidos
Fanfiction¡Cuidado con los lugares a dónde vuelves! En la remota Isla de los Perdidos, un evento único se realizará, el Festival del Mal, reúne a todos los villanos de la Isla para celebrar el orgullo que los representa. Y cuando el viejo amigo de Mal, Alessa...