Capítulo 4: Confianza

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Fue un hermoso fin de semana, claro sin contar algunos golpes y hechizos, los cuales dolieron más de lo que me gustaría admitir, dejando en algunos lugares un hermoso color morado, y por supuesto también contamos el hecho de que estuve encerrado a la fuerza en mi habitación.

Si.....
Que buen fin de semana

Me dirijo hacia la escuela junto con mis hermanos, creo que nunca me gusto tanto un lunes. Ya no era capaz de aguantar tantas discusiones y peleas.
Mi padre conduce, ninguno emite comentario alguno, mis hermanos por ser cuidados, y yo por desconfianza, nadie quiere empezar a discutir ahora.

Es irónico, estoy en el auto con mi propia familia y no me siento cómodo.

Hoy claramente es lunes, por fin empieza la semana, por lo que obviamente también las clases, la única razón por la que se terminó mi encarcelamiento. Sin embargo, tampoco estoy muy emocionado por eso, porque me siento demasiado cansado y adolorido, tal vez si hoy no estuviera mal que siguiera encerrado, me encantaría faltar pero no tengo permitido darme ese tipo de "lujos".

Todos sentimos cuando el auto se detiene, pero nos quedamos totalmente quietos, esperando como perros a que nos de la autorización para movernos.

Me siento tan ridículo.

—Ya llegamos—habló mi padre—Pero antes que se vayan, quiero dejar algo en claro—nos miró severamente—Luke y Camila, dejó en sus manos el comportamiento de Abel, y más les vale que mejore.

Mi hermano bajó la mirada—Como digas—dijo Luke, mientras que Camila asentía.

—Bien, bajen.

Salimos del auto, por supuesto yo más rápido que mis hermanos, tratando de alejarme lo más que puedo de este, echando una mirada de reojo por un momento.

Mi hermano me dió una última mirada, antes de dirigirse su grupo de amigos, pero Camila se quedó a mi lado mirándome fijamente por unos segundos, hasta que por fin habló.

—Mira Abel, este fin de semana fue asqueroso— ¿En serio? No me di cuenta—Pero esto te tiene que servir para entender tu lugar, así que basta de tus estupideces y empieza a comportarte, que nosotros también resultamos afectados por tus errores.

— ¿Acaso es culpa mía la actitud agresiva de nuestro padre? Perdona, pero no me puedes hacer responsable de sus errores— aclaro algo enojado— Y dime hermanita....¿Tú cómo te comportas?—en mi rostro se formaba una sonrisa—Vivir de lo que te dicen lo demás es una buena vida, ¿No?

—Pues esa vida implica que en un futuro tenga un lugar en donde voy a poder tener una buena vida, y en donde sea respetada—me di cuenta de cómo apretaba fuertemente los puños—Tú ni siquiera te esfuerzas, no es tan fácil estar donde estamos, tú no eres nadie a los ojos del resto, y si sigues así, en un futuro tampoco lo serás.

—Yo soy alguien, lo que pasa es que no necesito que los demás me lo digan—mire tranquilamente hacia el frente— Porque yo tengo la suficiente autoestima para no necesitar del resto, puedo llegar a ser un gran brujo y ejercer bien mi trabajo sin necesidad de chuparle las medias al resto.

—No te atrevas a hablarme así Abel, soy tu hermana me debes respeto por todo lo que hago por ti.

—Entonces vaya hermana que tengo—Camila se comenzaba a enojar con cada una de mis palabras—Pero tengo una pregunta, si según tú eres tan importante, responde—hice una breve pausa, para mirarla a los ojos—¿Vale la pena dejar de tu personalidad atrás por solo ser un Wood?

— Abel..— estuvo a punto de replicarme.

— ¿Qué quieres ser realmente hermanita? Pensé que aspirabas más alto.

El Brujo tiene un MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora