Capítulo 37: Imperfectos

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— ¿Te sientes mejor?— me pregunta con una voz tranquilizante mi novio.

Me limito a hacer un sonido de afirmación, mientras apoyo mi cabeza en su hombro, dejando mi espalda aún más pegada a su pecho, y el aprieta ligeramente su agarre en mi cintura.

Después de mi inesperada llegada, nos quedamos en silencio, no en uno incomodo, solo creo que ambos necesitábamos un rato para pensar y disfrutar de la presencia del otro. Luego él se fue a bañar, y después de cambiarse nos sentamos en su cama, terminando en esta posición.

— Estas muy mimoso— susurra dulcemente— Siento la necesidad de aprovechar, siempre has tenido tus momentos de cariño, pero nunca tan abiertamente.

Me encojo de hombros— Creo que yo estoy más sorprendido que tú.

— No puedo imaginarme como será cuando despiertes del toda tu parte lobuna— ríe malicioso— Los primero días serás un terrón de azúcar.

— ¿Por qué?

— Ahí será cuando tu parte lobuna se conectara con la mía— se encoge de hombros— En todas las relaciones de mates nunca ha hecho falta, siempre se gana la confianza y amor de otras maneras, no por la parte lobuna, la parte humana es la que enamora, no por el instinto, olor, y demás, solo digamos que es un accesorio mas, en donde es como si todo fuera nuevo.

Le doy como respuesta un asentimiento.

— ¿Que sucedió?— no da rodeos— Llevamos medio mes de novios, pero siento que te conozco de toda la vida, y me puedo dar cuenta cuando estas por explotar.

— ¿Explotar?— creía que no era tan obvio con mis emociones.

— Eres mi bello y amable compañero— suspira— Pero tienes una costumbre que me preocupa, siempre te ha gustado guardarte la mayoría de las cosas, cuentas muy poco de tus problemas para no preocupar a los demás, aguantando tu solo todos tus problemas, eres muy fuerte, cualquiera que este unos minutos contigo lo notara. Pero recuerda que no está mal compartir el dolor con las personas que más te aman.

Eso me suena conocido.

—  Entonces tu y yo, somos exactamente iguales en eso— susurro en su oído— Me has escuchado con cada problema con mi familia, pero estoy completamente seguro, con solo verte lo siento, que tu también te guardas tanto como yo, o incluso más, solo para no preocuparme, y lo entiendo, pero quiero estar dentro de tu vida, yo también quiero ser tu apoyo.

Él no dice nada, lo único que siento es como se estremece.

Creo que es mejor que empiece yo, y así tal vez no se sienta solo.

— Cuando toda es locura comenzó, creí que podría soportarlo todo, solo tendría que tener paciencia y ser fuerte, sería como un grano de arena más para lo que venía siendo mi vida, no necesitaba ayuda. Problemas con mi familia siempre tuve, la personas que me apoyarían, nunca estuvieron, no tengo nada que extrañar— me cambie de posición, sentándome como indio, frente a frente, pudiendo ver perfectamente el rostro de Harry— A decir verdad nunca estuve en el ojo de la tormenta, siempre encontré el modo de salir junto a Alec y los gemelos, porque a pesar de no tener a mi familia, los tenia a ellos. Sin embargo ahora entré sin darme cuenta, y ahora, con una mejor relación con mi madre, apareciste tú, la alianza, tantas personas realmente hermosas, pero tantos peligros.

— Te has encariñado— sonríe, mientras junta su frente con la mía— Estas experimentando por primera vez la inseguridad de perder lo que tanto has buscado, y además se te ha presentado algo, que ya no pueden controlar tan fácilmente.

El Brujo tiene un MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora