Capítulo 8: Perrito

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—¿Es necesario que vengas al baño conmigo?—rodé lo ojos.

— Si, somos amigos— Harry me miró sonriendo— Te voy a acompañar a todos lados—gemí en modo de protesta.

Mi día no ha podido ser más extraño, desde que crucé la puerta de entrada todo el mundo se me quedó mirando, como si fuera algún tipo de ser no identificado.

Alec me dijo que la causa era porque se había esparcido el rumor de lo que sucedió con mi hermano, lo cual hizo que todo el mundo quisiera saber quién le había ganado al prodigio de Luke.

Cuando se enteraron que fui yo, el rumor se hizo más fuerte, hasta que toda la escuela lo supo, entonces termine siendo una "estrella" entre los alumnos.

Aunque lo peor de todo sucedió después, digamos que al gran Harry Collins se le dio por acompañarme todo el bendito día. Me acompaña a mi salón, viene conmigo al baño, doy dos pasos y el me sigue de todos modos, es desesperante.

Se nota que hablaba en serio cuando dijo que quería ser mi amigo.

—¿Terminaste?— me preguntó Harry al ver que me secaba las manos.

— Si acosador, ya termine— me encaminé hacia la puerta seguido de Harry.

—No soy un acosador—caminamos a la par por uno de los pasillos— Pero me alegra que ya me pongas apodos.

—¿Te das cuenta que eso no es un cumplido, no?— lo mire confundido.

—Si— me miró con una ceja alzada— Pero me alegra porque significa que te estás acostumbrado a estar conmigo.

—Sigue soñando— mientras caminábamos fije mi vista en las demás personas que se encontraban en los pasillos, las cuales corrían su mirada al vernos.

Al parecer le tienen miedo o algún tipo de respeto a Harry, cada vez que camina a mi lado nadie se atreve a siquiera mirarnos, cosa que me conviene mucho porque estar a su lado significa que no voy a tener que aguantarme las miradas de las demás personas.

Y que posiblemente se olviden del rumor, así puedo volver a ser un don nadie.

—Te tienen miedo—afirme.

— No lo sé, puede ser— alzó sus hombros— No me interesa, mientras no te miren tanto, está bien para mí— gruñó molesto.

—¿No te gusta que me miren?— reí por su manera de actuar.

— No, tu eres mío— dijo seguro, pero al parecer después se arrepintió cuando vio mi cara de desacuerdo— Digo, eres MI amigo.

—Aja, si tú lo dices— lo mire extrañado por su actitud— Aunque nunca te afirme que somos amigos.

¿Es así de celoso con todas las personas?

—No digas eso— hizo un puchero— Ya me voy a ganar tu confianza, pronto seremos amigos y después...

— Ahg, ¿Dónde está el trío de idiotas?— hable harto, ignorando las cosas que decía Harry.

—¿Hablas de tus amigos?— pude distinguir un poco molestia en su voz— ¿Para que los buscas?¿Para qué nos acompañen?

—¿Y para qué más?— solté sarcástico —Calma perrito, son mis amigos.

—No necesito calmarme, estoy bien— volteó su mirada para un costado— No es mi culpa que se fueran.

—En realidad si es tu culpa— susurre bajito para mí mismo.

Cuando llegue a la escuela me encontraba como siempre con los gemelos y con Alec, hablábamos tranquilamente hasta que llego Harry, con su iniciativa de querer estar conmigo. A Matías casi le agarra un ataque cuando lo vio, se paralizó apenas llegó.

El Brujo tiene un MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora