Capítulo 22: Hogar

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Todo a mi alrededor era oscuro, no sabia donde estaba ni cómo salir de este lugar, pero por mas raro que suene, extrañamente tenia esa rara sensación de que todo estaba bien.

No hay peligro.

Sin embargo necesito despertar, por lo cual decidí concentrarme lo más que pude para tratar de volver, recordando las palabras de mi abuela para animarme, ya que mi fortaleza, tanto mentalmente o físicamente, es lo único que me puede ayudar.

Cerré mis ojos con fuerza, tratando de pensar que podía hacer, pensé en mis amigos, pensé en las miles de cosas que me faltan por descubrir, pensé en las personas que aun tengo que ayudar y sobre todo pensé en la única persona que quería ver en estos momentos.

Harry..

Y entonces, abrí mis ojos.

-¡Abel!-la silueta de Harry fue lo primero que vi, sigue en la misma posición que tenía antes de que me fuera al limbo- Quédate quieto o será peor.

Él se encontraba justo parado a unos metros míos, justo en el lugar de donde provenían la lianas, no podía acercarse a mi.

-Voy a ayudarte príncipe-trata de tranquilizarme, pero el más nervioso es el-Pero por favor no cierres los ojos, que me acabas de dar un buen susto.

Como si fuera otra persona, la cual ya no siente inseguridades o temor, me muevo entre las lianas y el hielo como si no me hicieran daño, porque ya ni siquiera siento dolor.

-Por favor, Desaparezcan- susurro amablemente, como si tuvieran vida.

Sorprendiéndome, tanto como las lianas y el hielo se desintegran, haciendo que un gran sonrisa aparezca en mi rostro.

Fijo mi mirada en mis heridas y me doy cuenta que estas se están curando rápidamente.

- Menos mal- suelto aliviado, ya que no podría ayudar si me encuentro herido, bueno, Harry no me dejaría.

Intento levantarme con el máximo cuidado, para no abrir ninguna de mis heridas, Harry al ver mis acciones sale de su sorpresa y se acerca a mí para ayudarme.

-¿Como hiciste eso?- Harry pasa mi brazo izquierdo detrás de cuello.

-Es algo complicado de explicar-le sonrío inocentemente.

Tengo muchas cosas que contarle.

- ¿Me vas a contar después?- pregunta como niño pequeño.

-Por supuesto-afirmo, no quiero tener mas secretos con el-¿Estas bien, no?

-¿Te esta preocupando por mi?-ríe-El preocupado soy yo, solo mírate.

Paso mi mirada por mi cuerpo y me doy cuenta, que estoy totalmente sucio, incluso tengo sangre seca por donde estaban las heridas.

-Después me baño-le restó importancia.

-Tienes que tener más cuidado- me reta-Realmente me asustaste, no puedes poner tu vida en riesgo de esa manera.

-Tranquilo, ya estoy mejor-trato de tranquilizarlo.

-¿Como fue que llegaste a meterte aquí?- inquiere aun preocupado.

El Brujo tiene un MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora