Capítulo 42: Preparándonos

9.9K 725 177
                                    

Medio dormido, medio despierto, me remuevo lo más que puedo entre la sabanas tratando de encontrar una posición cómoda, haciendo que, sin querer, choque suavemente mi codo contra el estómago de Harry, a lo que él simplemente responde con un gruñido bajo, y afiance más su agarre sobre mi cintura, para pegarse más a mí.

Luego de un rato, con mucha pereza opto por abrir mis ojos, tomando poco a poco más conciencia, ya es costumbre que me levante unos minutos antes de que suene la alarma por mas sueño que tenga, y es preferible despertarme yo solo, que por el susto de la alarma.

Me remuevo un poco más, pero esta vez lenta y delicadamente, para soltarme del agarre de mi novio, quien se remueve disconforme pero no se levanta, para seguidamente en un movimiento me siento sobre mi cama.
Poco a poco trato de deshacerme de la pereza, primero me estiro con cuidado, froto mis ojos varias veces para espabilarme, voy quitándome las lagañas que puedo y bostezo reiteradamente.

Cuando me canso, ojeo un rato mi habitación solo por mero aburrimiento, donde sin querer me embobo con la mochila que está tirada en el suelo, quedando con la vista fija en ella, sin razón aparente, solo descansando la vista, hasta que mis ojos se fijan en mi mejor amigo, que debido a sus bajos ronquidos termino llamando mi atención.

Él imbécil durmió sobre un colchón tirando en el suelo, aun sabiendo que perfectamente podíamos agrandar la cama con magia, excusándose al decir que no le van los tríos.

Decido también repasar con mi vista a Harry, que duerme tranquilamente a mi lado, entre el enredo de las sabanas, con su rostro apacible, y su boca entre abierta, con un pequeño hilo de baba colgando. A eso le sumamos el cuerpo que se carga, y que puedo ver perfectamente, ahora que está sin camisa.

Río bajito, tratando de contenerme.

Él es muy tierno, algo muy contradictorio con respecto a su naturaleza salvaje.

De lejos veo mi pequeño reloj, que si no me falla la vista, este dicta que faltan cinco o seis minutos para que suene mi alarma, por lo que no veo razón para despertarlos si lo hará la alarma dentro de poco.

Cierro los ojos, y suspiro cansado al recordar lo que nos espera, hoy será un día muy largo.

Quien diría que terminaría entrenando un sábado a la mañana.

Ayer Alec se quedó a dormir, al igual que Harry, quienes básicamente me pusieron al día con respecto a todo sobre la reunión, que movimientos haremos y demás detalles. Además que también me ayudaron bastante con lo académico, no falta mucho para que empiecen los finales, y yo estoy bastante atrasado.

Ya no me es fácil estar pendiente de todas mis responsabilidades.

Otra cosa que básicamente les obligue a contarme detalle por detalle, fue el ataque que tuvieron, y como se relaciona con las personas desaparecidas, dejándome sin palabras.

Esto se está poniendo cada vez más complicado.

Esto se tornó tan serio y peligroso, que digamos que tuvieron que tomar medidas más severas con respecto al entrenamiento, Alec me informo, que si yo estaba de acuerdo, hoy empezaríamos a entrenar todos juntos, y que con esto se refería, a literalmente todos, ya que no solo seriamos nosotros tres, sino que también entrenaremos con los mellizos Bennett, quienes también se quieren unir a lo que sea que estemos empezando, contando con el apoyo de todos los adultos implicados.

Claramente acepte, es obvio que lo que venga por mí, ya no tardará en llegar, es hora de ponerse al día para que no me den otra paliza.

Aunque en cierta parte, estoy muy nervioso, porque una cosa es entrenar solo, cosa que no hago hace una semana, y otra cosa, es sumarle a mi entrenamiento cuatro adolescentes más, con los que nunca practique como tal, y con nuestros nuevos expectantes adultos, totalmente experimentados.

El Brujo tiene un MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora