Capítulo 44: Adrenalina

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— Eres un inmaduro— me regaña Harry con burla, sin dejar de sostener la botella de agua que tiene en mano, pero que ahora está vacía.

— ¿En serio?¿Yo?— entrecierro los ojos— Es la tercera vez que intentas mojarme, no creo que sean accidentes.

— Las dos primeras no— ríe, mientras ve como con magia sostengo todo el agua, como si estuviera flotando— Pero en serio, que en esta última si fue un accidente.

— Eres un romántico de primera— digo de forma sarcástica, mientras hago que toda el agua vuelva a la botella.

Todavía soltando pequeñas risitas deja la botella encima de la mesa, que está a nuestro lado— No te enojes— hace un puchero para luego depositar un corto beso sobre mis labios.

Se hace imposible no dibujar una sonrisa en mi rostro, es imposible tomarme esto en serio.

Entonces sin decir nada, dejo de estar sentado en el colchón, y me acuesto boca arriba, Harry no demora en seguirme, y acomodarse en la misma posición, quedando solo a unos centímetros de mí.

Él en busca de contacto, con suavidad toma mi mano, y la entrelaza con la suya— Gracias— le susurro con sinceridad después de unos minutos.

— ¿Por qué?

— Por darme esto, me hacía mucha falta este tipo de tranquilidad, dejarme hacer por nuestras tonterías, y sobretodo pasar tiempo como pareja— confieso.

— Me alegro que te haya gustado— suena alegre— Creo que en parte esta cita también fue como un regalo para mí, no sé, te tengo tan cerca y suena estúpido, pero te extrañe.

Río— Yo también.

— Hay que hacer esto más seguido— afirma— Momentos pequeños, no necesariamente algo extravagante, en lo único que tengamos que pensar es cuál será la siguiente tontería que haremos.

— Te apoyo— aprieto un poco su mano.

Sin quererlo, me quedo embobado con el cielo, me da tranquilidad ver sus colores, que ahora por el atardecer veo a la perfección como el rojo y el amarillo se fusionan, como se unen también la nubes, pareciendo que nos dedican tal espectáculo de la naturaleza solo a nosotros.

Puedo jurar que siento el aire más puro.

— Se acerca tu cumpleaños— comenta Harry tranquilamente— ¿Qué tal va el entusiasmo cumpleañero?

— Bastante apagado— me burlo de mí mismo— Sinceramente me sorprende mi propio desinterés.

— Con la cantidad de cosas que tenemos encima, a mí no me sorprende tanto— bufa— Pero es algo triste, me habías dicho que sin importar que, siempre te ha emocionado tu cumpleaños.

Niego— Es raro lo que siento— manifiesto— Por un lado, desde hace unos días ya comencé a sentir el extraño cosquilleo en la barriga, una sensación que me llena de dicha, pero al mismo tiempo algo de culpa, es muy seria la situación que tenemos pisándonos los talones como para andar tonteando con mi cumpleaños. Además de que como le dije a tus padres ayer, me tengo que poner al día y comenzar a dar la cara por todo este lío.

— Pues entonces déjame decirte que vayas apagando esa culpa que te cargas— me avisa mi novio, mientras comienza a jugar con nuestras manos— Déjame contarte algo que me dijo mi abuelo, a mí me sirvió bastante y creo que a ti también te podría pasar lo mismo.

— Soy todo oídos— asiento.

— Me dijo que disfrutemos— no puedo evitar mirarlo con confusión y un gran mueca en mi rostro— No se refiere a ponernos contentos porque te quieren matar— aclara divertido ante mi expresión— Mi abuelo dijo que la vida es así, nuestra vida está destinada a ser así, por ejemplo las personas comunes tiene problemas que en algún momento van a tener que aprender a sobrellevar, porque parte de la vida es aprender que no todo será bueno, que a veces hay que ensuciarse las manos, y darle la cara a la cosas— deposita un suave beso sobre mi mano— Los sobrenaturales como nosotros también tenemos problemas comunes, de eso no somos exentos, pero también le tenemos que sumar los peligros a los que nos afrontamos por nuestras peculiaridades, algunos sobrenaturales la tienen más fácil, y otros, son como nosotros, con situaciones diferentes, pero difíciles— exhala, y yo giro mi rostro para verlo, por lo que alcanzo ver el hermoso brillo de sus ojos al hablar— Lo importante es que, sin importar cuantas veces nos tiren, nos tenemos que volver a levantar, sin importar cuán difícil sea la situación o cuán seria sea, tenemos que disfrutar y vivir al máximo cada momento, para saber que sin importar que, dimos hasta nuestro último aliento viviendo la vida que quisimos y haciéndole frente a todo lo que pudimos. Y eso, es más que suficiente.

El Brujo tiene un MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora