Capítulo 45: Preámbulo

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— Entonces..— Interrumpo el silencio que se había creado entre nosotros luego de explicar la situación y hacer mi pregunta— ¿Crees que puedas ir?

Veo como un pequeño escalofrío pasa por su cuerpo— Perdón, me sorprendiste— ríe bajito— Por supuesto que iré.

— Por un momento pensé que no aceptarías—rio nervioso mientras me rasco la nuca—Lo cual no sería muy conveniente para mí— susurro en lo bajo. Es extraño, todavía no sé cómo actuar frente a él— Básicamente te estoy avisando unas cuantas horas antes.

— Si me hubieras dicho hace dos semanas o cinco minutos antes, de todos modos estaré presente— declara con una media sonrisa— Lo único que cambia es la cantidad de tiempo que tengo para prepararme mentalmente— carraspea— ¿Ellos ya saben que estoy aquí, no?

No tardo en entender a quienes se refiere, por lo cual asiento, para luego agregar— Si no me equivoco, creo que solo la señora Hill es la única que no está enterada.

Con una mano se masajea la sien— Hoy va a ser un día muy largo— exhala, quedándonos unos minutos en silencio. Me quedo en silencio más bien por respeto que porque lo necesite, ya que es bastante notable que y él, con la mirada perdida. Todavía no puede digerir del todo la nueva información—¿Y tú que tal estas? Te perdí un rato de vista, y parece que te adelantaste diez pasos en vez de uno.

Antes de hablar, pienso un poco la respuesta. No tengo muchas ganas de explayarme mucho en el tema— Aunque no lo creas, me sorprende más a mí que a ti— exhalo.

Chasquea— Si antes ya tenía un ojo sobre ti, ahora me voy a volver en tu principal acosador — afirma señalándome — Eres demasiado ansioso niño— Zach se tapa la cara con la manos— Definitivamente todo lo que tiene que ver contigo es demasiado extraño para mi gusto.

— ¿A qué te refieres?— no puedo evitar entrecerrar los ojos.

— Boberías— bufa— Cosas de niñero, no lo entenderías.

— No te hagas el misterioso— ruedo los ojos— Recuerda que el perdido aquí eres tú.

— Oye, eso ofende.

— No es culpa mía que no seas eficiente en tu "trabajo"— digo acentuando la última palabra.

Hace una exagerada reverencia— Perdone su eminencia, es mi culpa por confiarme en que no me causarías problemas— masculla entre dientes— ¿Te das cuenta lo complicado que haces esto? No estaría mal que te quedaras un rato quieto. Es por el bien común.

— Perdona por protegerme— aprieto los labios— No entiendo que es lo que te frustra tanto, estoy vivo y coleando.

— Por ahora— susurra — Solo trato de que esa siga siendo la realidad— la frustración en su voz es notable— Sabes, no me gustan las charlas serias ni sentimentales— se muerde un poco el labio— Pero simplemente no puedo evitarlo esta vez, ya que me paso los días estudiándote, tratando de no perderme ningún detalle pero asimismo no incomodar tu vida cotidiana, y eso, es una línea muy finita y realmente fácil de pasar— aclara cuidadosamente— No soy un ignorante ¿Sabes?. Tengo muy en cuenta tu tensión familiar, como recae y como vuelve a entablarse, puedo ver tus miraditas y toqueteos con Harry, tus notas y tus otras relaciones sentimentales— confiesa— Sin embargo, me despreocupe demasiado y me conforme en verte solo en la escuela, pensé que seguías siendo un chico relativamente normal, porque como no te conozco, no sé cuándo realmente te sucede algo o no, para mi tu comportamiento es relativamente igual todos los días, porque  ver a alguien de lejos no es de mucha ayuda para saber su situación o estabilidad emocional.

— ¿Y qué tanto esperas saber de mí?— interrogo.

— Todo— no tarda en responder, y lo hace con toda seguridad— Mira, tal vez para ti no sea tan importante el que tengas una relación conmigo, pero para mí lo es— explica— Quiero llevarme bien contigo, quiero conocerte, quiero entrar en tu vida y sobre todo, quiero que confíes en mí.

El Brujo tiene un MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora