Me encontraba saliendo del salón de belleza, hoy era viernes y era la gran gala de beneficencia para los niños con cáncer que el Sr. Blair junto a Benjamín y otros socios de la empresa organizaban para recaudar fondos, subí a mi auto y maneje hasta el apartamento, estaba muy emocionada, no sabía que ponerme, como siempre yo de indecisa, estacione y Brad se encontraba allí.
—Buenas tardes, Srta. Williams —saludo Brad sonriendo mientras me abría la puerta.
—Buenas tardes, Brad —devolví el saludo con una sutil sonrisa.
—Tiene usted un paquete, llego en la mañana —respondió él pasándome una caja con una carta sobre ella.
Mire el destinatario del sobre y era un paquete de Aliah, lo tome y agradecí, subí por el elevador y al llegar a mi piso Allison me esperaba en la entrada bastante conmocionada, estaba así al verme como había quedado.
—¿Qué demonios hiciste con tu cabello? —cuestiono ella mirando mi cabello, el cual estaba bastante corto.
—Solo lo corté, no tiene nada de malo los cambios —respondí riendo por su rostro de horror.
—Te ves un poco rara, pero hermosa, es un gran cambio y me encanta —agrego ella sonriendo mientras lo tocaba.
—Gracias Allison —respondí sonriendo agradecida por su comentario.
—¿Y esa caja? —cuestiono ella mirando la caja.
—Es un paquete de mi mejor amiga —comenté sonriendo mirando el paquete.
Entramos al apartamento y nos sentamos en el sofá, Allison traía dos bolsas en su mano y me paso una, la miré atónita, pues no sabía que había comprado.
—Toma, este es tu vestido para la gala, el Sr. Blair me mando a comprarlos para que estemos hermosas esta noche —comento ella amablemente.
—Gracias, en verdad me salvaste de una —respondí tomando la bolsa y sonriendo.
Abrí la bolsa y mire el vestido, era precioso, totalmente azul oscuro con destellos, realmente Allison tenía muy buen gusto para escoger la ropa.
Entre a la habitación y me cambié el vestido para probármelo, eran las 5:30 P.M., la gala era a las 7:30 P.M., así que tenía tiempo para ducharme y alistarme, el vestido me quedaba a la perfección y sonreí, aunque mi embarazo ya casi no deja que me ponga nada ajustado, todo tiene que ser bastante ancho para no aplastar al bebe.
Me volví a quitar el vestido y entre a ducharme, como aún tenía un poco de tiempo decidí llenar la tina y echar esencias de sal marinas para relajarme un rato, una vez llena me metí y deje que las esencias hicieran su trabajo en toda mi piel, me estaba relajando y dure casi una hora allí esperando a que se enfriara el agua.
Salí de la tina y me dispuse a cepillar mi cabello, mis dientes y maquillarme, aplique un poco de rimel, rubor y brillo labial trasparente, deje mi cabello seco en ondas y salí del baño casi listo, tome el vestido y unos tacones dorados bajos, decidí que apenas me creciera más el vientre no usaría más tacones hasta después del nacimiento del bebe.
Ya una vez lista salí de la habitación y mire a Allison tratando de maquillarse, pero se veía fatal y solo faltaba 5 minutos para irnos, estaba desesperada peleando con su espejo.
—¿Te ayudo en algo? —cuestione divertida al verla hecha un manojo de ira.
—Oh, por favor, serias de gran ayuda —respondió ella implorando.
Ella volteó a verme y sonrió, mirándome de arriba abajo, me inspeccionaba y sonreí al verla bastante pálida, me incomodaba que me miraran así porque pensaba que me veía mal con lo que traía puesto.
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SIEMPRE TUYA ©
RomanceEngreído, prepotente y frío, pero sobre todo un empresario millonario sexy que arrasa con todo a su paso, eso define perfectamente a Alexander Harrison. Kaylee Williams, una chica soñadora, pero sobre todo inteligente, no estará dispuesta a dejarse...