El día estaba asoleado, últimamente mantenía muy cansada y hormonal, cuando quería llorar solo evitaba hacerlo, mi embarazo debía ser tranquilo para que él bebe naciera sano, eso era algo que tenía claro y no pensaba dañar mi paz por nada.
Me vestí rápidamente con un conjunto beige y aplique un maquillaje ligero, cepille mi cabello y mis dientes para salir a desayunar, compartía una habitación con Mía, pero ella ya no se encontraba allí porque había salido más temprano, camine a la sala solamente se encontraba Mía, todos se habían marchado, me acerqué a la cocina y ella estaba leyendo su celular cuando soltó un grito en ahogo.
—¡Maldito Alexander! —exclamo gritando enojada.
—Demonios Mía, me asustaste —comenté colocando una mano en mi pecho.
—Lo lamento mucho Kay, no sabía que estabas aquí, solo que acabo de ver algo en Internet que no me lo esperaba —confeso ella mordiendo su labio inferior.
—¿Qué sucede? —cuestione atenta, pues no sabía de qué hablaba.
—Alexander anuncio ayer en la prensa su compromiso con la víbora de Alessa —respondió ella tirando su celular sobre el sofá; —seremos la comidilla de la prensa y de todo Boston —añadió bufando.
—¿Qué demonios?—fue lo único que pude articular.
Tome el celular de Mía y en él se podía ver la foto de una revista en la cual salían Alessa y Alexander vestidos de gala y en la gran portada aparecía como la gran boda del año, solo reí cínicamente y le devolví el celular, a él no le importaba poner en boca de todos a la familia Harrison, pero sabía muy bien que él tenía bastante prisa por casarse con esa víbora y tener una familia.
—No vale la pena pensar en esto —espeté mirando a Mía, ella solo asintió y se acercó a mí abrazándome.
Decidí ir a desayunar, aunque la noticia no me tomo por sorpresa, sentía una gran decepción por él, me senté en la mesa a la par de Mía y comenzamos a desayunar en total silencio, ella sabía que no quería hablar del tema, al terminar nos levantamos y lavamos los platos.
Nos sentamos a jugar un juego de mesa y estábamos entretenidas cuando llego Anny junto a Gregg y Dereck, nos avisaron que ya nos iríamos a Inglaterra y la emoción me invadió, vería a mis padres y a mis hermanos, me preocupe al pensar en que dirían mi papá y mi hermano Chris cuando se enterase de que estoy embarazada del idiota de Alexander.
Solo pensaba decírselo a mis padres y a mis hermanos por el momento, sé que ellos no me juzgarían, al contrario, me apoyaran y querrán ser parte de la vida de mi bebe, subimos las maletas al auto y el camino al aeropuerto fue calmado, durante el viaje decidí dormir, ya que mantenía con sueño.
Al aterrizar en Londres, las ansias de ver a mi familia se apoderaron de mí, entramos al auto que Gregg había contratado y llegamos a casa en unos minutos, me baje del auto y toque el timbre varias veces hasta que abrieron, aunque la casa de mis padres no era tan grande como la mansión de los Harrison no me podía quejar, era de dos pisos, 8 habitaciones, 2 baños, piscina y un gran jardín trasero en el cual jugábamos cuando éramos pequeños, allí había vivido los mejores momentos de mi vida junto a mi familia.
La felicidad me invadió cuando mamá abrió la puerta, al verla sentí que todo lo malo que había vivido en Boston se desvaneció porque tenía el amor maternal, después de separarme de ella entre y papá estaba sentado en el gran sillón de la sala viendo un partido, me acerque a él y le tape los ojos, él sabía que era yo y me descubrió.
—Pequeña Kaylee, sé que eres tú —espetó mi papá tocando mis manos.
—Papá, siempre sabes que soy, yo no es justo que lo sepas —chille haciendo puchero mientras jugaba con sus manos.
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SIEMPRE TUYA ©
RomanceEngreído, prepotente y frío, pero sobre todo un empresario millonario sexy que arrasa con todo a su paso, eso define perfectamente a Alexander Harrison. Kaylee Williams, una chica soñadora, pero sobre todo inteligente, no estará dispuesta a dejarse...