Capítulo 31.

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Me desperté con ayuda del sol traspasando las cortinas, hermoso sábado como te amo, Copito se removió sobre mi cama y luego bajo de esta para estirarse, reí ante su acción y me levante de la cama, ya que quería salir hoy, me sentía de buen humor así que me adentre a bañar a la tina.

Últimamente, ando enamorada de esta tina, deje que el agua caliente hiciera su trabajo con la espuma mientras jugaba con esta como niña pequeña, a mi cabeza se vino la idea de ir a un centro comercial a comprar algo de ropa para mi bebe y otras cosas como ropa materna, algunos pañales y comida para abastecer la cocina.

Después de salir de la tina me enrollé en la toalla y me puse frente al espejo, me cepille los dientes y aplique solo rimel y brillo, salí del baño y camine hacia el closet, me despoje de la toalla para buscar ropa en el closet, algo cómodo y fresco.

Una vez lista, arregle la habitación y tome mi bolso, guarde mi cartera, maquillaje y llaves, salí a la pequeña sala y deposite mi bolso sobre la pequeña isla en medio de la cocina, me acerque a la nevera y saque de allí algunas frutas para comer.

Pique unos bananos y una piña, los serví en un plato, tome un vaso y lo llene de jugo de naranja, desayune rápidamente mirando caricaturas en el televisor y mi celular sonó, rodee toda la isla y lo tome el aparato, en mis manos, era un número desconocido, pero aun así decidí contestar la llamada.

—¿Sí? —cuestione confundida.

—Kaylee, soy Benjamín, quería saber si querías salir a almorzar conmigo, no tengo planes y bueno necesito hablar con alguien —comento él con un tono de nerviosismo.

—Claro, iba a salir a comprar algunas cosas y podrías acompañarme si quieres, tu ayuda me sirve de mucho, ya que no puedo hacer mucha fuerza —respondí sonriendo.

—En 5 minutos estoy allá por ti —espeto él colgando.

¿Cómo demonios había conseguido mi número?, de seguro Allison se lo dio o simplemente miro mis datos en mi curriculum cuando lo lleve, deje el celular sobre la isla y tome los platos sucios, lave todo y seque mis manos, mire mi mano derecha en ella podía notar que aún llevaba el anillo de Alexander después de tanto tiempo olvide quitármelo, lo saque de mi dedo anular y lo guarde en mi cartera.

Tome mis cosas y me senté en el sillón, cinco minutos después sonó mi timbre, abrí la puerta y Benjamín se encontraba del otro lado, vestía unos jeans sencillos junto a una camisa de polo, se veía realmente distinto, en la oficina siempre utiliza trajes de empresario y admito que de ambas formas se ve bien el muy condenado, tenía aires a Alexander en cuanto su físico.

—Hola Kay —saludo él sonriendo mientras me veía.

—Hola Benjamín —saludé con una cálida sonrisa, él me miro atento.

—¿Vamos? —cuestiono el divertido.

—Sí, claro —asentí tomando mis cosas.

Bajamos por el elevador con un silencio bastante cómodo, me despedí de Brad y continuamos hasta el auto de Benjamín, un Mercedes Benz último modelo, color negro y bastante lujoso, estaba aparcado frente al edificio, me abrió la puerta del copiloto y subí, dio la vuelta al auto y subió, prendió el auto y emprendimos camino.

—¿A dónde vamos? —cuestiono él sonriendo.

—Quiero ir un centro comercial, que tenga tiendas de bebe —respondí sonriendo. 

Él solo asintió y siguió conduciendo, coloque música y empezamos a escuchar a Ed Sheran, el camino fue divertido, ya que cantábamos y reíamos, al llegar al centro comercial Benjamín estaciono y nos bajamos para entrar al lugar que era bastante grande.

SIEMPRE TUYA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora