Capítulo 52.

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Llevaba menos de una semana secuestrada, no sentía mi cuerpo debido a los cambios de temperatura que había tenido, no sabía que esperar de mi vida, si iba a morir o seguir viviendo, estaba empapada y todo mi cuerpo tenía moretones, en un principio pensé que aquel tipo me iba a violar, pero no, ya que solo se revuelca con Alessa, para mí fue un alivio saber eso, así que no me haría nada.

Respire hondamente y me moví despacio, me dolía cada parte del cuerpo, estaba sola, porque el tipo se había ido, quería ver a mi bebe, Alexander, a toda mi familia, así sea la última vez que los vea. Oraba porque Dios me diera fuerzas para salir de aquí con vida, estaba muy debilitada, ya que no tenía comida o agua, llevaba bastantes días sin consumir algo.

Pov Alexander.

Había casi una maldita semana desde que Kaylee estaba secuestrada, Jacob lloraba por la ausencia de su madre y claramente estábamos todos en alerta, sus padres viajarían hoy, porque mi madre les dijo lo que estaba pasando, al igual que Chris y Mellisa, venían todos a ver que había pasado, todos llevábamos días esperando a que Alessa se comunicara conmigo o sus padres.

Ellos tenían a Abby, todos estábamos ansiosos porque dieran noticias positivas, habían puesto una alarma nacional para arrestar a Alessa por asesinato y secuestro, mi mamá estaba muy preocupada y Aliah no paraba de echarme la culpa, sabía que esto era culpa mía.

Me senté en el sillón frustrado y mi celular comenzó a sonar, lo mire atento y era un número privado, pero igual conteste pensando que era la loca de Alessa, si era ella tendría que decirme donde tenía a Kaylee.

—¿Sí? —cuestione atento.

—Alexander, soy yo Tarah, te hablo para decirte que sé donde está Alessa con Kaylee, me llamo hace unos minutos —dijo ella bastante alarmada.

Tarah Wells es la hermana mayor de Alessa, es buena persona a contrario de ella, aunque jamás pensé que ella me llamara para decirme donde estaba esa loca con Kaylee.

—¿Qué sabes?, ¿dónde están? —cuestione alarmado.

—Sí, me dijo que la va a matar hoy mismo, es mejor que anotes la dirección, está a las afueras de Boston —respondió ella angustiada.

Tome una libreta y anote la dirección que me dio Tarah, decidí ir sin la policía, ya que era muy peligroso, respire hondamente y tome mi saco para salir corriendo, realmente solo quería encontrar a Kaylee con vida, salí al auto y me subí, emprendí camino lo más rápido posible, al llegar observe una vieja casa en las afueras de Boston, toque dos veces, pero no oí nada, había un candado puesto y busque una piedra para romperlo, después de buscar una piedra grande comencé a pegarle a este candado.

Logre hacerlo y entre, el piso rechinaba y olía a guardado, estaba oscura y ya estaba oscureciendo, comencé a buscar a Kaylee en cada rincón de la casa con la esperanza de encontrarla con vida, no se podía ver rastro de ella hasta que se me ocurrió algo, la casa debía tener ático, busque la puerta y estaba con pasador, lo quite y empecé a bajar las escaleras, al bajar logre ver a Kaylee tirada en el suelo amarrada con una cinta en la boca, sus manos y pies estaban atados, estaba totalmente pálida.

Rápidamente, corrí y quite la cinta de su boca, estaba fría y tenía varios moretones en la cara, su labio estaba roto, sentí como ella me miro con pocos alientos, sentía como ella estaba muriendo frente a mí.

Se podía ver su sostén tras la camisa, sus piernas estaban pálidas y su rostro estaba pálido, comencé a llorar al verla así, quite las cuerdas de sus manos y piernas. Toque su mejilla y la bese, la acomode sobre mi cuerpo y la subí con gran dificultad, al llegar arriba Alessa estaba sentada en un sillón junto a otro hombre corpulento a su lado.

SIEMPRE TUYA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora