Después de tener una charla con Anny y Mía para ver quién cuidaría de Jacob, ambas decidieron que lo harían cuando naciera, volvimos a la mansión, los pies me dolían así que me acosté a dormir, últimamente sentía las ganas de dormir a toda hora.
Me desperté, mire el reloj y eran las 8:30 P.M., me coloque mis zapatos y baje a ver donde estaban todos, Gregg ya se encontraba mejor y el doctor dijo que era un milagro que su salud mejorara tan rápido, creo que la llegada de Jacob no solo cambiara mi vida sino también la de sus abuelos.
Quizás al saber que sería abuelo aumentaron sus ganas de vivir y eso me alegraba, Gregg es como un padre para mí y no me gustaría que nada malo le pasara, mucho menos ahora que lo necesitábamos para la llegada de mi hijo, él también necesitaba de su abuelo.
La noticia de que heredaré la parte de Alexander me dejaba aún perpleja, jamás me imagine que los Harrison me quisieran tanto como para darme la herencia que le correspondía a Alexander en un principio, pero Anny tenía razón, yo estuve casada con Alexander y soy la madre de su hijo, él es quien heredaría la parte de su padre, no lo haría por mí, sino por Jacob, él tenía derecho de disfrutar del dinero de Alexander, total era un Harrison.
Baje las escaleras y todos se encontraban sentados cenando, al ver que había bajado Anny ordeno que sirvieran mi cena y me senté junto a ellos, me acomode un poco, ya que estaba incómoda por mi vientre, solté un suspiro y les sonreí a todos.
—Buenas noches, cariño —espeto Anny sonriendo con dulzura.
—Buenas noches, Anny —asentí sonriendo de vuelta.
—Puesto que todos estamos sentados aquí, quiero hacer oficial la noticia de la herencia de Jacob y Kaylee en la familia —pronuncio Gregg sonriendo.
—En serio agradezco todo lo que están haciendo por mí, sé que ustedes son mi familia y jamás los abandonaré de nuevo, pero esa herencia no es para mí, sino para el bebe, él es quien debe tener esos beneficios de los Harrison —comente tomando la mano de Anny y Gregg.
—Cariño no tienes por qué agradecer, Jacob debe tener todo lo que su abuelo y su padre han trabajado, aunque lo dudes, Alexander ayudo mucho a la compañía en los meses que estuvo a su cargo —comento Anny triste mientras tomaba mi mano.
Sé que ellos extrañaban a su hijo, pero les dolió más que él prefiriera a una mujer antes que a su familia, eso demostraba el poco amor que tenía Alexander hacia sus padres, aunque no sabía que era lo que realmente pasaba por su mente.
—Yo me encargaré del bebe cuando nazca junto con mi mamá, así que no te preocupes de que estará en buenas manos mientras tú vas a trabajar Kay —me miro Mía sonriendo.
—De eso no hay duda, me haré cargo de la empresa solo por ustedes y porque le tengo un gran cariño a ese lugar —asentí abrazando a Anny y luego a Gregg.
—Sé que harás un gran trabajo, eres una gran mujer y no lo digo porque seas la madre de mi nieto, sino porque trabajaste para mí y sé qué nivel tienes —me miro Gregg sonriendo.
—Gracias por ese voto de confianza que tienes en mi Gregg, no te defraudaré —asentí con una leve sonrisa.
Comenzamos a cenar y esta fue bastante cómoda, hablamos de muchos temas como la empresa y otras cosas, después de terminar nos paramos de la mesa y decidí salir al jardín mientras miraba el cielo a tomar un poco de aire, Mía se había ido con Tom, ahora son novios, ya que él le había pedido que fuera su novia, Anny se fue a ver los últimos retoques de la habitación, pues en la tarde trajeron todo y estaban organizando la habitación del bebe.
Salí al jardín y me senté en una silla, se podía notar la luna con el cielo negro y las estrellas brillando fuertemente, ese era el mejor paisaje que podía apreciar cuando estaba aburrida, sentí unos pasos detrás de mí y voltee para ver a Gregg junto a mí, sonrió y se sentó a la par mía en la mesa del jardín.
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SIEMPRE TUYA ©
RomanceEngreído, prepotente y frío, pero sobre todo un empresario millonario sexy que arrasa con todo a su paso, eso define perfectamente a Alexander Harrison. Kaylee Williams, una chica soñadora, pero sobre todo inteligente, no estará dispuesta a dejarse...